Abstract
El propósito de este estudio es redireccionar y actualizar la interpretación del discurso que se deriva de la Comisión de la Verdad y la Reconciliación (CVR) en torno al atentado originado en la residencia del embajador de Japón durante el Gobierno de Fujimori y la intervención respectiva con la operación Chavín de Huántar. Para ello, se utilizarán distintas estrategias de análisis del discurso histórico y archivístico del Informe final (2003) de la CVR y la inclusión de la categoría antropológica de memoria de Elizabeth Jelin, que será trascendental para constatar el almacenamiento y la influencia de este hecho en los ciudadanos. Un resultado relevante de ese contexto es la insatisfacción ciudadana hacia el Estado, puesto que para aminorar ese atentado los militares y el Servicio de Inteligencia Nacional (SIN), autorizados por el Gobierno, transgredieron los derechos humanos, así como la prensa no se desempeñó con ética —reacción que no es ajena a la actualidad—. Con todo ello, se concluirá que no existen maneras coetáneas de establecer convenios con los opositores al Gobierno. A la vez, no se busca la concientización. Más bien, se recurren a mecanismos violentos. Ese problema debería solucionarse, más que preocuparse por una reconstrucción escrita e idónea de la historia.