Abstract
La semiósfera, término empleado por Iuri Lotman, constituye todo el universo representado en La ciudad y los perros (1963), con un enfoque prioritario en la institución articulada. A partir de este espacio configurado, se aprecia la construcción de una sociedad condicionada al ejercicio militar, pero también es transgredida por su código moral al ejercer una violencia que está siendo permitida y aceptada. Por otro lado, el colegio como universo posible permite que el autor se apropie de elementos peculiares para la creación literaria y la crítica de los desniveles de su propia realidad.