Abstract
Este artículo cuestiona la función del escritor comprometido en una época posmoderna que se caracteriza por la diversidad, la ausencia de criterio, el relativismo conceptual, la banalidad en la política, el consumismo desenfrenado y el reduccionismo de los límites entre lo público y lo privado. Para ello, se pondrá como referente Latinoamérica, desde las perspectivas de Avelar, Cornejo Polar, Sarlo y Jameson. Y se planteará la hipótesis de que el lector no se ha distanciado de lo que le ofrece la clase dominante a la cultura de masas. Más bien, será necesario redireccionar esa responsabilidad a los escritores y los intelectuales, quienes están aptos de revelar los verdaderos percances de la sociedad y que perjudican el concepto de cultura (y Literatura). Por ese motivo, se propondrá como solución la participación comprometida según Gramsci, ya que incorpora la ideología que posee el discurso y su transferencia en espacios interdisciplinarios.