Abstract
Resumen: El diálogo fallido entre Estado y pueblo mapuche se enraíza en la formación misma del Estado chileno promovido por una elite que construye una institucionalidad a su imagen y semejanza, ilusamente homogénea e invisibilizadora de las diferencias. No obstante, el mismo espíritu “civilizador” que espera integrar a estas minorías asimilándolas, facilita la inserción de estas minorías en el diálogo postmoderno acerca de la interculturalidad, en el cual se enfrentan a la perspectiva multiculturalista que no da cuenta del acto de reconocimiento que implica convivir con la otredad.