Abstract
Desde los trabajos de Catriona McKinnon se ha empezado a hablar del crimen de postericidio. Este crimen es entendido como aquella conducta intencional o imprudente capaz de provocar la casi extinción de la humanidad. En este trabajo mostraré por qué el principio de daño (intergeneracional e internacional) puede aportar buenas razones en favor de la justificación moral de la criminalización del postericidio. Argumentaré que ni el problema de la no-identidad ni el de los daños por acumulación hablan en contra de considerar que la criminalización del postericidio está moralmente justificada.
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The discussion on the crime of postericide has acquired a considerable boost since Catriona McKinnon’s writings. The crime of postericide is understood as an intentional or reckless conduct fit to bring about the near extinction of humanity. In this paper, I will show why the harm principle (intergenerational and international) is able to provide good reasons in favour of the moral justification of the criminalization of the postericide. I will argue that neither the non-identity problem nor the problem of the accumulative harms speak against considering the criminalization of the postericide morally justifiable.