Abstract
Las soluciones a la paradoja de la ficción propuestas por Kendall Walton y Gregory
Currie, a pesar de diferir en puntos de detalle importantes, suponen dos movimientos
conceptuales comunes para entender la situación de quien está inmerso en una obra
de ficción, a través del recurso a la noción de “cuasi-emociones” y de la idea de construcción
de escenarios imaginarios. Aquí propondré que sus propuestas fallan en sus
dos puntos centrales, a partir de problemas que son, sin embargo, independientes. Por
un lado, sus ideas sobre las emociones que sentimos al estar atrapados por una obra
de ficción fallan al suponer una versión inaceptable de la tesis cognitivista acerca de
las emociones. Por otro, sus ideas sobre la construcción de mundos imaginarios por
parte de los “consumidores de ficción” fallan al suponer una dicotomía entre mundos
de ficción y realidad. Finalmente, discutiré brevemente el modo en que ambos tipos
de problemas repercuten sobre la viabilidad del planteo de la paradoja misma.