Abstract
El presente artículo reflexiona sobre los orígenes del pragmatismo atendiendo puntos importantes para implicaciones epistemológicas que buscan servir luego de clave para una perspectiva para el pensamiento del sur del continente. Hay una exposición de aspectos centrales que sobre el pragmatismo expuso Charles Pierce, específicamente sobre las creencias, el signo como mediación cognitiva, así como una consideración de las ciencias para comprender el papel tanto del razonamiento como de la percepción y el instinto. Igualmente, se exponen elementos claves de la teoría del conocimiento de John Dewey, quien ante el rechazo declarado al racionalismo cartesiano y sin limitarse a la experiencia como punto de referencia para la clarificación conceptual, se encamina más a unas vivencias y contactos con un mundo observado comprometiendo así la realidad sentida la propia mente. El pragmatismo implica atención a lo que nos rodea sin generar separaciones entre sensibilidad y razón o entre pensamiento y emoción, lo cual hace que los asuntos de la ciencia y del conocimiento no se den ajenos a las acciones democráticas entre los individuos activos y sus colectivos.