Abstract
La crisis en la que estamos inmersos tiene entre sus causas una profunda crisis de relaciones entre las personas y los Estados. Si superamos esta crisis de relaciones, asumiendo nuevos paradigmas políticos y sociales, aseguraremos la base de una nueva convivencia democrática, integradora y solidaria, que responda al reto de la globalización y la interdependencia. Sólo se saldrá de la crisis de relaciones desde valores basados en la solidaridad, asentada en la confianza mutua. Algunas propuestas para regenerar el sistema de valores apelan el paradigma de la fraternidad: la globalización de la solidaridad como respuesta a la crisis de la globalización.