Abstract
El presente artículo muestra cómo la crítica humeana a los fundamentos del racionalismo
moral y a sus consecuencias en el terreno de las ideas educativas propició un cambio
significativo en la comprensión de los objetivos de la educación moral que pasaron de
buscar el perfeccionamiento de la agencia, a perseguir la perfección y el refinamiento
de las capacidades del individuo como espectador y evaluador moral imparcial. Esta
trasformación de la finalidad y del currículo de la educación moral será la solución
que Hume ofrezca a los problemas de parcialidad derivados de la historicidad y la
caducidad del general point of view como criterio último para el juicio moral. La
exposición constante del educando a todas las formas históricas de la belleza, junto
con la poesía, la literatura, el estudio de la historia y la filosofía, constituirán para
Hume la base de esta revolución pedagógica.