Abstract
En Kierkegaard podemos encontrar un señalamiento fuerte de la tendencia de la sociedad de masas de la época manifestada ante sus ojos. De este tipo de consideraciones se podría partir para llegar a la idea de que Kierkegaard es un pensador social por su fuerte crítica social. Aunque el cristianismo no tenga pretensiones políticas, según el mismo Kierkegaard, la radicalidad ética pretendida por nuestro autor necesariamente se genera incomodidad social. Debido al exceso de postulados abstractos y a las falsas tendencias en las relaciones que han gestado en la sociedad, el cristianismo se presenta como un escándalo y quien lo practique corre el riesgo de ser burlado y aborrecido. Este texto se centra en la crítica de Kierkegaard a la sociedad y, por tanto, en la dificultad de llevar a cabo el mandato del cristiano en ésta. Y, finalmente, ¿es Kierkegaard un pensador social? Se llega la discusión sobre las consecuencias y cuestionamientos sobre la posibilidad de considerar a Kierkegaard como un pensador social fundamental.