Abstract
El debate entre realistas y antirrealistas científicos puede ser concebido como un caso de desacuerdo profundo entre partidarios de perspectivas epistémicas rivales. Versa sobre los compromisos metafísicos, epistémicos y semánticos a los que deberíamos suscribir sobre la base de nuestras mejores teorías científicas, especialmente respecto de las entidades inobservables postuladas por ellas. Defendemos que, pese a sus discrepancias, tanto realistas como antirrealistas comparten un núcleo mínimo de supuestos compartidos que dotan de sentido a su discusión, y cuyo rechazo implica la impugnación de los problemas filosóficos que caracterizan el debate. Durante este trabajo, presentamos y analizamos estos supuestos comunes, a saber, que la ciencia empírica parece hablar de entidades inobservables (A) postuladas por descripciones aceptables según su adecuación con el modo en el que somos afectados por el mundo (B) en pos de explicar sus aspectos intrigantes del modo más parsimonioso posible (C). Además, argumentamos que constituyen condiciones necesarias para participar de la discusión, y suficientes para generar interpretaciones divergentes por parte de los agentes que discurren. Finalmente, sugerimos que reconocer estos compromisos nos permite comprender mejor por qué es improbable que este desacuerdo sea resuelto por vías argumentativas, aunque sí cabe esperar que sea fructífero en la generación de conocimiento compartido en torno a la práctica científica.