Abstract
En este trabajo intentamos hacer una aproximación a la problemática de la llamada singularidad del Holocausto. Tomamos como disparador inicial un suceso alusivo relativamente reciente que acaba de causar revuelo en la opinión pública, en el que una política Africana (Helen Zille) se declaró defensora de la singularidad del genocidio perpetrado por el régimen nazi. Desde allí intentamos aproximarnos a distintas articulaciones en favor y en contra de la tesis singularista ¿Fue el Holocausto un hecho único, sin precedentes, o apenas otra manifestación de la violencia occidental, o quizás un poco las dos cosas? ¿Tiene la discusión sólo un sentido “objetivo” o también uno “subjetivo”, y en este último caso, cuál de los dos es más fundamental? En este sentido abordamos de manera sucinta las articulaciones elaboradas tanto por los defensores de la formulación extrema de la tesis singularista (específicamente Goldhagen, Katz, y Genwarth) como de sus objetores relativos (como, a nuestro entender, E. Traverso) y absolutos (por ejemplo Stannard).
Intentamos mostrar que la aproximación a la problemática no resiste satisfactoriamente la adopción de posturas binarias a diferencia de lo que ocurre con acercamientos más tendientes a la conciliación como el de E. Traverso, cuyo acento en el estatus doble del Holocausto (como emergente histórico en el plano fáctico-objetivo e irrupción sin precedentes en términos del proceso de comprensión y auto-comprensión occidental del ejercicio de violencia) podría suponer antes que una resignificación del debate reciente, la inauguración, casi, de todo un nuevo horizonte de investigación.