Abstract
Los conceptos de evolución y cambio evolutivo son a la vez laxos y polisémicos: se aplican a fenómenos muy diferentes y no siempre se definen con precisión. La aplicación extendida del paradigma neo-darwinista clásico, además, suele imponer un esquema adaptacionista al análisis de los hechos evolutivos, en el cual las funciones juegan un papel lógicamente anterior a los rasgos y sus formas. En este artículo proponemos, como etapa previa a la formulación de hipótesis sobre las causas del cambio, un modelo de espacio forma-función que pueda responder a preguntas como cuándo se da un cambio en los rasgos de una arquitectura biológica y de qué tipo son estos cambios. Un modelo de este tipo nos permite ver claramente cuándo se da un cambio en la forma o en la función y qué alcance evolutivo tiene.