Abstract
Por más de una década, la escritura de Kazantzakis ha atraı́do a una serie de comparatistas-comentaristas. La propia declaración del autor acerca de sus influencias -Nietzsche, Bergson, Lenin, Cristo, Buda- ha dado a los crı́ticos el incentivo para verlo principalmente a la luz de cada uno de estos pensadores, a la sombra de cada antecesor, y no como escritor con sombra propia. Es como si estos crı́ticos hubiesen probado un plato único y, sin poder identificarlo por lo que es, lo compararan con los ingredientes individuales que contiene