Abstract
Los filósofos han tendido a discutir el esencialismo como si fuera una doctrina global, una filosofía que, por alguna razón uniforme, debiera ser adoptada por todas las ciencias o por ninguna. Popper (1972) ha adoptado una postura global negativa, porque ve al esencialismo como un obstáculo fundamental para la racionalidad científica. También Quine (1953b, 1960), por una combinación de motivos semánticos y epistemológicos, quiere desterrar el esencialismo de la totalidad del discurso científico. Sin embargo, en fechas más recientes, Putnam (1975) y Kripke (1972) han propugnado doctrinas esencialistas y han afirmado que es tarea de cada ciencia investigar las propiedades esenciales de sus clases naturales constitutivas.