Abstract
En su situación presente, el hombre se encuentra fragmentado, dirigido a la consumación de fines cuyo último engarce con el destino personal de cada uno a duras penas puede vislumbrarse. El individuo cree ser auténticamente libre en cada uno de los ámbitos en los que tales fines se le presentan, sin que, no obstante, una efectiva libertad real acompañe a su conciencia de actuar libremente. En efecto, no es la posibilidad de elección el sentido más profundo de la libertad humana, sino la capacidad de ser fiel a la propia dignidad en todos los planos en que la vida discurre.