Madrid, España: Publicep (
2006)
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Abstract
La aproximación filosófica con respecto al hombre tiene diversas metodologías, las más actuales son de índole existencial y hacen especial hincapié en el análisis fenomenológico y hermenéutico en sus distintas modalidades. Principalmente a partir del siglo XX la crítica y la minusvaloración de la metafísica como vía adecuada de conocimiento de la realidad han sido reiteradas. Sin embargo, al estudiar y conocer al hombre desde las citadas aproximaciones, hay quienes no quedan satisfechos y desean profundizar todavía más. Para ello, vuelven la mirada a los autores clásicos del pensamiento antiguo, entre los que destacan Platón, Aristóteles y San Agustín. ¿Con qué se encuentran? Con la “menospreciada” metafísica, y su mayor sorpresa consiste en descubrir una serie de ideas que explican minuciosamente los distintos motivos y formas de la actuación humana. Los antiguos tenían un profundo conocimiento del hombre y sus aportaciones siguen siendo actuales. No hace falta eliminar las diferentes aproximaciones metodológicas, ya que pueden ser complementarias, y, por el contrario, plantearlas como antagónicas implicaría correr el riesgo de perder grandes y genuinos conocimientos.
La Antropología Metafísica es el estudio del hombre desde el punto de vista del análisis esencial del mismo. Antiguamente se la conocía con el nombre de Psicología, término que después pasó a denominar la Psicología Experimental moderna y ahora se refiere al estudio de la conducta y el comportamiento humanos. Pero originalmente, la Psicología tenía por objeto el alma, ese principio vital que mantiene la unidad de los seres vivos, en concreto, del ser humano. El estudio del alma o de la vida se puede efectuar a partir de la manifestación de sus capacidades, facultades o potencias, que a su vez se expresan mediante actos u operaciones. Y las potencias operativas no son otra cosa que capacidades que posee el hombre mediante las cuales despliega su obrar en la existencia.
Entre los autores clásicos medievales, destaca Tomás de Aquino, quien, en distintas obras, hace un análisis profundo del hombre. Más tarde sus seguidores y comentarista compendiaron sus trabajos en lo que se conoce como “Psicología tomista”, una psicología con ideas sorprendentes, muchas de las cuales ya habían sido preformuladas por Aristóteles.
Este trabajo se desarrolla bajo la perspectiva de la metafísica realista clásica desarrollada sobre todo por Aristóteles y Tomás de Aquino. Se trata de una síntesis acerca de las principales potencias operativas que intervienen en la acción humana. Se presentan de manera sucinta las tres principales potencias operativas en cuanto a su estructura y su dinámica. No se trata de una investigación exhaustiva, sino más bien de un estudio con intenciones propedéuticas, por eso se presenta en forma sintética, para que ayude a comprender a través de una aproximación general pero sistemática cómo son y actúan dichas potencias.