Abstract
Esta obra literaria de Mario Vargas Llosa plasma una configuración asimétrica en sus personajes. Esta es distintiva de la condición moderna que justifica su inestabilidad ontológica, tal como lo constata Milagros Ezquerro. A su vez, se comprende por el contexto en el que se desarrolla: etapa dictatorial que se atraviesa en el Perú y Latinoamericana en la segunda mitad del siglo XX. Retomando esta premisa, este artículo tendrá como objetivo fundamentar cuáles son los enclaves que delimitan y convergen la constitución de las jerarquías que adoptan las autoridades responsables y los cadetes que oscilan en el universo castrense de la novela. Para ello, se corroborará con la noción de violencia que fluctúa Walter Benjamín, la concepción de espacio de Iuri Lotman y el paradigma del universo militar que aborda Herbert Morote. Estas categorías se imbricarán para demostrar con triángulos jerárquicos la implicancia que se alcanzó con este tipo de instrucción.