Abstract
En era de la inteligencia artificial (IA) no han sido pocos los que se han preguntado si una máquina puede crear arte. En este sentido, la investigadora cognitiva Margaret Boden (2011) ha definido un tipo especial de arte al relacionar los conceptos "creatividad" y "computación". Así, el arte generado por computador (computer-generated art) es “the artwork results from some computer program being left to run by itself, with minimal or zero interference from a human being” (p. 141). Uno de los casos más populares de este tipo de arte es el cuadro Portrait of Edmond de Belamy (2018), ampliamente publicitado como la primera obra de arte de una IA en ser subastada en Christie’s (Still & d´Inverno, 2019). Que las máquinas creen arte no ha dejado indiferente al mundo artístico. En efecto, se ha tendido a criticar al CG-art porque carecería de la inspiración mística que tiene el arte humano. Como menciona Aaron Hertzmann (2018), científico principal de Adobe Research San Francisco, “it is as if only humans create art because only humans have ‘souls.’ Surely, there should be a more scientific explanation” (p. 1). Atendiendo a lo anterior, sostengo que el CG-art tiene un valor estético descifrable a través de dos aproximaciones, a saber, evaluación humana y maquinal (Arriagada, 2020).