Abstract
Entre las múltiples formas de violencia que los opresores históricamente han utilizado para imponer su lógica propia al universo humano que oprime, está la ‘violencia epistémica’. Ella se basa en el control monopólico de la ‘verdad’ y en el secuestro de la universalidad. Quienes la aplican buscan convencer a todos del carácter absoluto de sus supuestas verdades, de la universalidad cuasi-natural de sus maneras de pensar, de vivir, de organizarse socialmente. ‘Verdad’ y ‘universalidad’ se convierten en insoslayables objetos disputables entre las fuerzas conservadoras y los empujes emancipadores de los pueblos. El escenario de esta disputa alcanza hoy dimensiones globales. Lo que está en juego es la vida misma. Es obvio que, sin echar abajo las ‘verdades opresoras’ y los ‘particularismos depredadores’ vestidos de ‘universalidad’, la emancipación social no sería factible. Tampoco sería posible la conservación de la vida. El crecimiento ilimitado, la propensión permanentemente acumulativa de riquezas, la vocación hacia la maximización a toda costa de ganancias, hacen tendencialmente incompatible al capital con la vida. Es preciso desmontar las falsas verdades que han convertido en sentido común la centralidad supuestamente inevitable del mercado, que han transformado al capitalismo en el modo natural de convivencia humana. Siguiendo el método lógico-deductivo, este trabajo tiene como objetivo hablar críticamente de la verdad, pero no negando su existencia, sino intentando develar las condiciones sociales de su posibilidad, de cómo puede y debe vivir la verdad si aspira a ser libre y descolonizada en un marco social como el de Nuestra América.