Dissertation, Pontificia Universidad Católica de Chile (
2016)
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Abstract
Este trabajo busca reflexionar en torno al siguiente problema: ¿cuál es la mejor forma de
concebir la felicidad en la filosofía contemporánea? Para ello, dividiremos esta
interrogante en dos. En primer lugar, indagaremos si acaso la felicidad es algo similar a
lo que los griegos entendían por “eudaimonia”, i.e., una vida buena o digna de ser
vivida; o si, en cambio, la felicidad es mejor entendida como un estado de la mente,
postura que comienza a recibir mayor aceptación desde los inicios de la modernidad.
Nuestra opinión es que actualmente la felicidad se debería concebir de la segunda forma:
en primer lugar, “eudaimonia” es un término que está revestido de un innegable
componente evaluativo. Esto, sumado al “criterio de pertinencia descriptiva” —según el
cual, la definición técnica de un concepto no debería alejarse demasiado de la
concepción cotidiana del mismo— y al hecho de que en el lenguaje vernáculo
“felicidad” es de naturaleza eminentemente descriptiva y no evaluativa, nos lleva a
concluir que el uso técnico de este término debe ser también descriptivo, coincidiendo
así con un estado mental más que con una vida buena.
Una vez resuelta esta dimensión del problema, procedemos a abordar la segunda
cara del mismo: si la felicidad es un estado mental, ¿cómo debe describirse ese estado?
Las teorías más aceptadas al respecto son el hedonismo con respecto a la felicidad, la
satisfacción con la vida como un todo, y la condición emocional positiva. Ninguna de
estas propuestas está libre de dificultades; sin embargo, concluimos que la teoría más
prometedora es la de la condición emocional positiva, puesto que las incongruencias
internas y los inconvenientes que debe resolver son de menor gravedad. De esta manera
proponemos que actualmente la mejor manera de concebir la felicidad es como un
estado mental que se puede describir como una condición emocional positiva, la cual
consistiría, grosso modo, en la posesión de emociones positivas y/o placenteras, así
como también en propensiones o disposiciones de ánimo positivos.