Abstract
La sociedad del siglo XXI ha sufrido una mutación histórica en lo que respecta a los métodos de producción y los impactos derivados de la generación de información. Este período se caracteriza por su inmersión en el entorno digital, donde los individuos, como ciudadanos, se encuentran bajo la manipulación, por un lado, de sus datos mediante técnicas de vigilancia y, por otros, expuestos a cámaras de resonancia mediática. Este panorama plantea desafíos significativos en cuanto a la manera en que interactúan con la información y cómo esta afecta sus vidas. La relación entre los medios de comunicación y los acontecimientos, además, se encuentra atravesada por el concepto de interpretación, donde la capacidad de comprender y la habilidad para reconstruir narrativas son elementos que determinan la comprensión y el sentido de lo que ocurre en nuestro mundo.