Abstract
En este artículo se examina de qué forma los investigadores de
la Inteligencia Artificial han asumido un desafío propuesto por
Descartes: la imposibilidad de construir máquinas programadas
que, al entender lenguaje, evidencien que son pensantes. Tal
desafío, que se enmarca en la filosofía metafísica cartesiana,
distingue entre cosa pensante y extensa, siendo imposible la
existencia de pensamiento en esta última. El lenguaje evidencia
la imposibilidad de la inteligencia de máquina, de hecho. Como
se examina, al enfrentar el desafío cartesiano, dichos
investigadores han debido suponer como verdadera parte de la
teoría cartesiana, a saber, que el uso flexible de lenguaje
implica la existencia de pensamiento. Por ello califico de
ambivalente la relación que tiene la Inteligencia Artificial con
el filósofo francés: por una parte, rechazan la imposibilidad en
principio de la inteligencia de máquina; por otra, están de
acuerdo con Descartes en que el uso flexible de lenguaje es
suficiente para mostrar que alguien piensa. Si bien el carácter
ambivalente entre la IA y Descartes parece anecdótico, no lo es.
El hecho de que aún se considere el Test de Turing como una
evaluación adecuada de la inteligencia corrobora la compleja
relación entre la IA y el pensamiento cartesiano.