Abstract
In the early 2000s, it was already mentioned that one of the problems of bioethics was a lack of wonder or amazement (Thaumazein in Greek). Today we see that the patient, the weak, and the helpless have become clients or objects at the disposal of personal, communal, and corporate whims based on functionality or utility that can take on a life of its own. Accordingly, this article proposes wonder or amazement as an attitude that not only makes it possible to place the human being at the center and starting point of bioethical reflection, but it is those who suffer the most, the weak and the defenceless, who are predominantly at that center or starting point.
A comienzos de la década del 2000 ya se mencionaba que una de las cuestiones que aquejaba la Bioética era la falta de asombro. En la actualidad vemos que el paciente, el débil y el indefenso han pasado a ser clientes u objetos puestos a disposición de caprichos personales, comunitarios o empresariales basados en la funcionalidad o utilidad que pueda tener una vida en particular. Es por eso que en este trabajo proponemos el asombro como una actitud que permite no solo situar a la persona humana como centro y punto de partida de la reflexión bioética, sino que en dicho centro esté de manera preponderante el que más sufre, el débil y el indefenso.