Abstract
En su célebre artículo sobre la ideología y los aparatos ideológicos de
estado, Althusser indicaba que las evidencias por las cuales una
palabra “designa una cosa” o “posee una significación” se ubicaban,
junto con la evidencia de ser sujetos, al nivel de los efectos ideológicos
fundamentales. Por otra parte, Althusser destacaba la carencia de una
teoría de la garantía ideológica. Con la primera observación,
Althusser se limitaba a señalar un paralelo, sin establecer una
conexión. Con la segunda, llegaba a fijar una meta teórica. En el
presente trabajo intentaremos reconstruir el trayecto recorrido por
Michel Pêcheux para establecer una conexión allí donde Althusser
designó una analogía, e intentaremos mostrar cómo el desarrollo de
esta conexión permite establecer las líneas generales de una teoría de
la garantía ideológica. Nos concentramos en Les vérités de La Palice
(1975), en particular en la operación que, siguiendo los límites de lo
que Pêcheux denomina “el materialismo de Frege”, intenta convertir
en regla lo que en el campo del pensamiento fregeano se presentaba
como un non-sens: que el sentido de las palabras, expresiones y
proposiciones se viera afectado por su asociación con otras palabras,
expresiones y proposiciones. A partir de allí seguimos la construcción
de los conceptos fundamentales con los que Pêcheux intenta definir
un “nuevo objeto”: formación discursiva, proceso discursivo,
interdiscurso, discurso transverso e intradiscurso, guiado por dos
mecanismos discursivos extrapolados de la reflexión fregeana: el de lo
preconstruido y el de la articulación o efecto de sostén (grosso modo:
procesos metafóricos y metonímicos). Intentaremos destacar dos
puntos: que los mecanismos discursivos identificados están
sometidos a una divergencia (décalage), a partir del cual pueden
comenzar a pensarse las paradojas de la interpelación ideológica sin sucumbir a sus evidencias. La divergencia a la que aludimos consiste
en que la inscripción del proceso sin sujeto en la ideología requiere la
duplicación de los elementos para que puedan actuar sobre sí como si
fueran otros que sí mismos. Insistiremos en que es esta divergencia o
contradicción, interna a la forma sujeto, y no la propia forma sujeto,
lo que constituye el motor del proceso. Por otra parte, intentaremos
mostrar que los dos mecanismos aludidos dan lugar a una concepción
dual del sujeto ideológico, por el cual éste está sometido a la “garantía
empírica”, por la que el sujeto se identifica a sí mismo, a los otros y al
mundo de objetos que lo rodea, y a la “garantía especulativa”, que
produce el retorno de lo universal de la formación discursiva en el
discurso del sujeto. El paso continuo de una forma de garantía a la
otra (de la posición del sujeto del discurso como enunciador a su
posición de sujeto universal, pretendido “sujeto de la ciencia” por
medio de la identificación con el otro) da cuenta del hecho de que “la
ideología no tiene afuera”, ya que tiende a absorber espontáneamente
cualquier discrepancia en la forma sujeto, o ruptura con la misma, en
el interior de la forma sujeto.