Abstract
La filosofía de la educación ocupa un lugar paradójico en el campo de los saberes. Diversas producciones teóricas - de filósofos y pedagogos - convergen en señalar este carácter problemático. Siendo un área temática propia de la filosofía, resulta un espacio en general poco disputado entre los filósofos, como si la educación no estuviera entre las grandes preocupaciones filosóficas de nuestro tiempo. Por el contrario, suelen ser pedagogos quienes llevan a cabo investigaciones y publicaciones en el área y, más aún, quienes ofrecen la disciplina en universidades e institutos de formación. Por lo menos en la inmensa mayoría de las universidades de América Latina, filosofía de la educación, como disciplina, ya no pertenece a los Departamentos o Facultades de Filosofía sino a los de Ciencias de la Educación o Pedagogía. En filosofía de la educación, el “de” ha pasado de indicar materia y tema, aplicación de la filosofía, a señalar pertenencia a la educación. En los Congresos de Filosofía no suele siquiera conformarse un área de la materia. Con reticencias, algunas veces los filósofos admiten discutir cuestiones de didáctica de la filosofía.