Abstract
Es muy habitual que se presenten los grandes lineamientos de la filosofía moderna en el marco del paradigma epistemológico y apelando a la distinción de dos corrientes filosóficas fundamentales, el empirismo y el racionalismo. Se trata de categorías analíticas construidas para interpretar y caracterizar retrospectivamente a ciertos filósofos de la modernidad. Pero no fueron términos ni conceptos utilizados por los actores mismos6. John Locke, George Berkeley y David Hume no se llamaban a sí mismos empiristas, ni René Descartes, Baruch Spinoza y Gottfried W. Leibniz se autodenominaban racionalistas.
En este capítulo, profundizaremos algunos puntos esbozados en el capítulo anterior. En primer lugar, expondremos las definiciones que han recibido el empirismo y el racionalismo dentro del paradigma epistemológico, que si bien ha sido criticado y redefinido en las últimas décadas, sigue siendo sostenido en la actualidad. En esa misma sección, analizaremos en qué medida las figuras del canon moderno establecido por el paradigma sostienen o no las tesis racionalistas y empiristas que les atribuyen esas definiciones tradicionales. Finalmente, resumiremos algunas críticas que ha recibido la narrativa tradicional y presentaremos una propuesta de resignificación de ambas categorías que nos parece más atinada.