Enciclopedia de la Sociedad Española de Filosofía Analítica (
2024)
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Abstract
Aunque el populismo es uno de los conceptos políticos más empleados en nuestra época, suele decirse que también es uno de los más escasamente comprendidos (Taggart 2002, 62), y hay incluso quien cree que está rodeado de un “completo caos conceptual” (Müller 2016, 11). También hay quien ha intentado clasificar diferentes aproximaciones al populismo (véase
especialmente Taggart 2000, 10-22; también Panizza 2005, 2-3; Rovira Kaltwasser 2012, 186-96; Weyland 2017, 51-55). Sin embargo, lo cierto es que el principal consenso académico sobre el populismo es, precisamente, que no hay ningún gran consenso sobre lo que pueda ser el populismo. Por eso hay quien dice que el populismo es un ejemplo paradigmático de lo que Gallie (1955) denominó “conceptos esencialmente controvertidos” (Weyland 2001; Mudde y Rovira Kaltwasser 2013; 2017).
Semejantes dificultades para acordar una definición permiten explicar por qué prácticamente cualquier texto académico sobre el populismo empieza advirtiendo que en este debate hay que andar con pies de plomo. Así las cosas, esta entrada no aspira a ofrecer ninguna definición concluyente del populismo (para intentos de ese tipo, véase Mansbridge y Macedo 2019 o Urbinati 2019b). Cada sección tiene una aspiración más modesta. La primera identifica algunas dificultades que complican la comprensión y definición del populismo. La segunda sección presenta dos rasgos en los que, a pesar de las discrepancias, la mayoría de las definiciones del populismo coinciden. La tercera ofrece una reconstrucción sintética de la teoría populista desarrollada por Laclau y Mouffe –dos de los teóricos más influyentes tanto política como académicamente.