Abstract
Reconsiderando y valorando la polivalencia de significados de la Eucaristía presentes en la Tradición (sacramento de curación, de alimento y de perfección), se muestra que no existen razones bíblico‑teológicas para negar a un bautizado, en cualquier situación irregular en que se encuentre, el acceso a la comunión eucarística en la celebración litúrgica. A la luz de la teología de la misericordia y de la acción de Jesús, esta actualización doctrinal permite resolver algunas cuestiones pastorales de forma más armónica e integradora, salvaguardando la razón sistemática del sacramento en relación con la penitencia.