Abstract
En este artículo se argumenta que el procedimentalismo epistémico de Estlund, en tanto que modelo democrático, requiere de disposiciones éticas mínimas que no son explicitadas en la propuesta. Para mostrar este punto, aborda la propuesta de Estlund desde la noción de modelo democrático de Macpherson. Con esto, se advierte que las disposiciones éticas mínimas que configurarían una base ética implícita en el procedimentalismo epistémico serían tres: una disposición frente al conocimiento que involucra el proceso; otra frente al procedimiento democrático mismo; y, finalmente, una frente al reconocimiento de la legitimidad de los resultados.