In Ana Andaluz Romanillos (ed.),
Kant: Razón y experiencia. Servicio de Publicaciones de la Universidad Pontificia de Salamanca. pp. 625-636 (
2005)
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Abstract
Además de las numerosas concomitancias que a menudo se han venido señalando en los últimos años entre la filosofía de Immanuel Kant y la de Ludwig Wittgenstein, es posible detectar una coincidencia ulterior entre ambos en el ataque que los dos realizan a la teoría disposicionalista de la normatividad (esto es, la tesis según la cual el agente que sigue una regla correctamente debe contar para ello en su interior con una especie de mecanismo causal o disposición que produzca, ante el estímulo de una norma, el efecto del seguimiento correcto). Las razones por la cual ambos consideran defectuosa esta teoría son, fundamentalmente, tres: el hecho de que esa especie de mecanismo interno es incompatible con nuestra idea de lo que son los mecanismos; la ausencia en el dibujo que nos hace esta tesis disposicionalista de las prácticas reguladas de precisamente algún poder regulativo (es decir, un “deber ser” diferenciado de lo que de hecho se da, de lo fáctico; o, dicho en términos kantianos, la distinción entre actuar “según concepciones de reglas” y actuar “según reglas”); y lo inapropiado de aplicar el concepto de causa a mecanismos internos como aquellos por los cuales abogan los disposicionalistas. En nuestra comunicación examinaremos esta acometida conjunta kantiano-wittgensteiniana a la tesis disposicionalista, lo cual acaso sirva para comprender a su vez mejor los íntimos vínculos que ligaron al pensador alemán y al pensador austríaco en más de un recodo de sus respectivos caminos del pensar.