Abstract
El presente artículo analiza el fenómeno del mestizaje cultural que se da alrededor de la creación de la Virgen de Guadalupe. Se propone que la resignificación que se dio en torno al cerro del Tepeyac, donde originalmente se adoraba a Tonantzin, constituye un evento de creación de sentidos que se da en el contexto del mestizaje, y que incorpora la construcción discursiva de la hierofanía en torno a tres elementos: el objeto sagrado, el lugar del culto y el ritual de adoración. Este evento tuvo una gran importancia, pues el guadalupanismo generó consigo una serie de sentimientos de pertenencia entre los criollos e indígenas, quienes encontraron en él una forma de entenderse como distintos al imperio español, lo que para muchos autores significó una de las primeras semillas de los ideales independentistas y la superación de la época colonial.