Hegel: The Ancient World

Author: Erzsébet Rózsa. Translated by Fernanda Medina and Pedro Sepúlveda Zambrano. La mujer correcta es la protagonista en el pensamiento maduro de Hegel. A decir verdad, ella nunca lo atrajo tanto como Antígona. Con todo, lo cierto es que él rebajó a Antígona: vulneró la singularidad de la grandeza del carácter de Antígona en la Fenomenología, mezcló su imagen de Antígona con rasgos modernos burgueses, y transfirió con ello algunas características de su singularidad a la imagen de la mujer en (...) el marco de la pequeña familia de la incipiente sociedad burguesa. Esta imagen fusionada de la grandeza de Antígona la acaba dañando, y tampoco ayuda a una interpretación y auto-interpretación apropiada de la mujer, o bien a la elucidación de sus roles sociales y de género en la modernidad naciente. Apartándose estrictamente de esta imagen mezclada, en la Filosofía del derecho Hegel ha ofrecido una imagen comprensible hasta el día de hoy, y en muchos sentidos aún relevante, acerca de los diferenciados roles sociales y de género, adecuados a las expectativas de la incipiente sociedad moderna, o bien acerca de una correspondiente auto-interpretación y autodeterminación para la mujer de la modernidad naciente. La mujer comparte del mismo modo con el hombre la orientación subjetiva-normativa en la actitud práctica: ella debe apropiar y ejercitar correctamente sus roles sociales y de género. Pero todas estas expectativas se encuentran muy alejadas de la grandeza de Antígona. Con ello Hegel abrió una perspectiva a través de su comprensión de la fragilidad de la existencia humana en la modernidad, en medio de la cual mujeres y hombres cuestionamos cada vez el sentido de nuestra propia existencia. (shrink)

Twentieth-century Canadian philosopher Bernard J. F. Lonergan and nineteenth-century German philosopher G. W. F. Hegel regarded themselves as Aristotelian thinkers. As Aristotelians, both affirmed that human knowing is essentially a matter of knowing by identity: in the act of knowing, the knower and the known are formally identical. In spite of their common Aristotelian background and their common commitment to the idea that human knowing is knowing by identity, Lonergan and Hegel also differed on a number of crucial points. This (...) essay discusses some key similarities and differences between Lonergan and Hegel on the issue knowing, in the hope that such a discussion might uncover a few possible avenues for further philosophical dialogue about these two important thinkers. (shrink)

According to some critics, the putative superficiality of Winckelmann's appropriation of the Greek legacy is just one instance of the emptiness that characterizes the appropriation of the Greeks by the Germans in general. Thus Eliza Maria Butler has spoken of the 'tyranny of Greece over Germany': 'If the Greeks are tyrants, the Germans are predestined slaves ... The Germans have imitated the Greeks more slavishly; they have been obsessed by them more utterly, and they have assimilated them less than any (...) other race.” Not coincidentally, the putative freedom or unfreedom of one's appropriation of the Greek ideal is one of the basic problems at issue in this chapter. In the following pages, I argue that Winckelmann not only understood this basic problem but also touched on its actual solution, albeit in an inadequate, aesthetic manner. I go on to suggest that Hegel articulated this solution in an adequate and properly philosophical manner. (shrink)