Abstract
La sociedad de la información se ha trocado en la sociedad de la confusión. Cuanto más se dice, menos veracidad (confianza en la verdad) se tiene, más ruido se alcanza. En esta sociedad, la esfera pública no puede darse con la necesaria transparencia y libertad. Es imprescindible la esfera del debate plural y la transparencia informativa, del discurso. Pero no hay debate efectivo si no se dan el reconocimiento de la incertidumbre y la opinión, en el marco de consensos o valores compartidos. Un encuentro que nos sitúa en la posición del otro para entenderla, aunque no se esté de acuerdo.