Abstract
El artículo presenta y discute dos recepciones contemporáneas de la idea de animal. En primer lugar, me ocupo de la concepción del animal como posible o efectivo adversario del ser humano. En seguida, trato con la idea según la cual los animales sintientes deben ser tratados, tanto afectiva como jurídicamente, como compañeros de los seres humanos. A partir de la consideración de las dos posiciones mencionadas planteo que, pese a sus diferencias, ambas están vinculadas por una metafísica de las capacidades personales desde la que se ofrece a los animales un nombre, una proveniencia y un fin.