Abstract
Este trabajo muestra que, aun si todas las personas involucradas en una injusticia histórica están muertas, ese hecho es insuficiente para afirmar que tal injusticia fue superada. En particular, mostraré que muchos descendientes de las víctimas directas de injusticias históricas pueden considerarse negativamente afectadas por sus efectos duraderos. Argumentaré también que el paso del tiempo puede reducir el deber de compensar. Por lo tanto, aunque muchos descendientes de víctimas directas que viven en el presente puedan considerarse negativamente afectadas por los efectos remanentes de la injusticia histórica en cuestión, el paso del tiempo puede hacer que la injusticia histórica sea superada, al menos en referencia a los reclamos personales por compensación conectados a los eventos injustos sufridos por sus ancestros.