Abstract
Indagar por el propósito del extenso libro Pensamiento crítico y modernidad en América Latina. Un estudio en torno al proyecto filosófico de Bolívar Echeverría, de Simón Puerta Domínguez, implica un acto de sobredeterminación. Quiero sobredeterminar la historia (die Geschichte) en una imagen estética: como un amasijo de verdades amargasy de verdaderas amarguras. Una urdimbre que se mueve y enmaraña y desenmaraña las primeras con las segundas. Esta sobredeterminación me permite pensar que la historia es impura, hecha de singularidades, precipitaciones y saltos al vacío, así como de repeticiones móviles que corporalizan —agencian, dicen otros—los síntomas de la cultura no resueltos. Benjamin la llamó un campo de conflictos. Adorno la vio como la trama de lo concreto: el dolor y el sufrimiento humanos. Lo que esta imagen de la historia hace apareceres que su hechura implica todo gesto político que, atravesado por la violencia, precipita el amasijo de verdades amargasy de verdaderas amarguras (Didi-Huberman, 2020, pp. 91-93, 240-241). Parece amargo pensar que la trama humana pueda elevarse a concepto a partir de lo trágico de su praxis, que entender los gestos corporales desplegados en la vida cotidiana sea, a su vez, la exposición de precipitaciones que, muchas veces, reprimen violentamente lo diverso de la cultura