Abstract
Nuestro lenguaje no solo describe el mundo que nos rodea: muchas expresiones que usamos habitualmente (desde predicados de gusto a expresiones como “interesante” o “divertido”) tienen por función valorar los objetos que constituyen nuestro entorno. Las oraciones que las contienen son sensibles a la evaluación: su valor de verdad depende del estándar evaluativo saliente en contexto y su emisión puede dar lugar a desacuerdos duros. El presente trabajo examina la ex- tensión de esta categoría a oraciones con predicados y verbos normativos (éticos, epistémicos, procedimen- tales y deontológicos). Se presta especial atención a la posibilidad de estas oraciones de generar desacuerdos duros, en el marco de una teoría que comprende a las aserciones como adquisición de compromisos discur- sivos y prácticos.