Abstract
El propósito de Levinas coincide con el intento moderno de recuperación de la verdad y del sentido aunque en una dirección y contenidos distintos. Si en Hegel la Aufhebung tendía a la Totalidad y lo Mismo , para Husserl será esencial la apertura de Mundo que tiene lugar ya en la experiencia de conciencia del ego trascendental, mientras que Heidegger, por su parte, primará la pregunta por el Ser. El intento de Levinas, en cambio, no será recomponer la relación entre el yo, por un lado, y el mundo, lo absoluto, las cosas o el ser, por el otro, sino la recuperación de la relación entre yo-y-otro. No es un simple cambio en la dirección o en el contenido del sentido de la reflexión filosófica, sino un intento serio de encontrar una nueva significación, «otra manera que ser» que no termine siendo otro proyecto más de integración y síntesis. Lo que propone Levinas es una auténtica salida para la que traza el itinerario que va del ser al otro, recurriendo sencillamente a la experiencia que cotidianamente se nos impone a cada uno de nosotros con un peso incontestable, a saber: la presencia de las diferencias, de lo asimétrico, en definitiva, la manifestación del otro en tanto que otro. Es esta experiencia heterónoma ordinaria, esta vivencia diaria de la alteridad como dato primordial del fenómeno de la intersubjetividad el ámbito que ha intentado explorar nuestro autor. ¿Acaso es esta responsabilidad así sentida conjugable con una experiencia filosófica universal? ¿La responsabilidad puede llevarse hasta el límite de la substitución por el otro, hasta la de-posición del Yo sin identidad? ¿Qué tipo de relación puede darse con algo absolutamente asimétrico, exterior, previo e irreductible? ¿De dónde viene esa asignación apremiante de responsabilidad que llega hasta arrojarme en la obsesión y el asedio? ¿Cómo puede ser éticamente plausible un mandato tan traumatizante y violento que termina por convertir al sujeto en rehén, sustituido ya por los otros? ¿Es posible conciliar la libertad y la autónoma decisión del sujeto con una consideración de la subjetividad como «heme aquí», absoluta pasividad expuesta a los otros y vulnerabilidad de una piel que se ofrece al ultraje y la herida?. En definitiva: ¿es la subjetividad algo de lo que partimos o a lo que llegamos?