¿Cuál es el origen de todas las cosas? A pesar de su gran diversidad, ¿tienen una raíz común? ¿Tuvo el mundo un comienzo? ¿Cómo surgió la vida en la tierra? Tales preguntas, que aún provocan a los científicos, fueron formuladas por vez primera por los primeros pensadores griegos. Anaxágoras responde a ellas poniendo al inicio del tiempo una confusa mezcla de todas las cosas sobre la cual obró un ser llamado Intelecto, quien dio lugar al orden del mundo que (...) hoy contemplamos. Con ello, este autor presocrático comienza a plantear algunas cuestiones filosóficas que perdurarán hasta nuestros días: la constitución de la materia, la naturaleza del conocimiento sensorial e intelectual, la intervención de Dios en el mundo… Este libro pretende analizar cuidadosamente la filosofía de Anaxágoras prestando atención a los dos aspectos principales de su doctrina: la mezcla e Intelecto. Su comprensión de la realidad física como una mezcla tiene consecuencias filosóficas de gran interés y constituye quizá la más sugestiva entre las primeras concepciones de la materia. Por otro lado, Intelecto es, según Anaxágoras, quien provoca la variedad de los seres a través del movimiento. Así, nuestro filósofo distingue del sustrato material la causa de sus cambios, la cual se hallaría, además, dotada de inteligencia. Tales rasgos de la filosofía de Anaxágoras atrajeron la atención de los grandes filósofos clásicos, particularmente de Aristóteles. El segundo gran objetivo de este libro es, pues, recorrer el camino por el cual discurrieron las enseñanzas de Anaxágoras, desde que fueron expuestas por él en Atenas, justo durante el siglo que definió la preponderancia intelectual de dicha polis durante siglos, hasta que llegaron a oídos de Aristóteles, el testigo más determinante para comprender a Anaxágoras. (shrink)

El estallido social en Chile desafı́a a las humanidades a abordar un fenómeno social inédito por sus formas, a través de un ejercicio reflexivo situado más allá de las tomas de posición en el debate público. Si bien, ha habido un sinnúmero de académicos del espectro nacional que han asumido posturas claras en esta coyuntura, las respuestas y justificaciones contingentes dejan incólumes otras dudas sobre cuestiones de principio. Sabı́amos que Chile vivı́a en una democracia de baja intensidad, con instituciones ancladas (...) al orden constitucional diseñado durante la dictadura cı́vico-militar y continuado por los gobiernos democráticos, con enormes áreas institucionales corrompidas por el fuero de la impunidad, con una clase polı́tica acostumbrada a los privilegios y bajo un modelo estructuralmente desigual en lo económico, social y cultural. Sabı́amos que todo lo anterior, en alguna medida, fue horadando las bases de las instituciones democráticas. Por eso, para muchos, las protestas que comenzaron en octubre son la continuidad de un dilatado proceso de acumulación del malestar que, debido a lo agudas de sus causas, tardaron más de lo que muchos imaginaron en llegar. (shrink)

En este artículo realizamos una reconstrucción del Programa original de Hilbert antes del surgimiento de los teoremas limitativos de la tercera década del siglo pasado. Para tal reconstrucción empezaremos por mostrar lo que Torretti llama los primeros titubeos formales de Hilbert, es decir, la defensa por el método axiomático como enfoque fundamentante. Seguidamente, mostraremos como estos titubeos formales se establecen como un verdadero programa de investigación lógico-matemático y como dentro de dicho programa la inquietud por la decidibilidad de los problemas (...) matemáticos y en específico la decidibilidad de la Lógica de primer orden cobra peso. Luego pasamos a analizar como la inquietud por la decibilidad toma lugar dentro del pensamiento filosófico-matemático de Hilbert presentándose como uno de los grandes problemas a los cuales la metamatemática debe encontrar una solución, esto lo hacemos mostrando un contraste con autores, como John von Neumann y Roberto Torretti, quienes de alguna u otra manera no interpretan el problema de la decidibilidad de la Lógica de primer orden como un problema de peso dentro del programa original de Hilbert. Finalmente argumentamos que el resultado meta-teórico de Church puede entenderse como una refutación del optimismo intelectual que permea a todo el programa original de Hilbert. (shrink)

Estoy muy acostumbrado a libros extraños y gente especial, pero Hawkins se destaca debido a su uso de una técnica simple para probar la tensión muscular como una clave para la "verdad" de cualquier tipo de afirmación-es., no sólo para si la persona que está siendo probada lo cree, sino si es realmente cierto! Lo que es bien sabido es que las personas mostrarán respuestas fisiológicas y psicológicas automáticas e inconscientes a cualquier cosa a la que estén expuestos: imágenes, sonidos, (...) toques, olores, ideas, personas. así que, lectura muscular para descubrir sus verdaderos sentimientos no es radical en absoluto, a diferencia de usarlo como un palo doble (más lectura muscular) para hacer "ciencia Paranormal". Hawkins describe el uso de la tensión decreciente en los músculos de un brazo en respuesta a aumentos en la carga cognitiva causando así que el brazo caiga en respuesta a la presión constante de los dedos de alguien. No parece consciente de que existe un largo y vasto esfuerzo de investigación en psicología social que se hace referencia por frases como ' cognición implícita ', ' automaticidad ', etc., y que su uso de la ' Kinesiología ' es una sección diminuta. Además del tono muscular (utilizado con poca frecuencia) los psicólogos sociales miden el EEG, la respuesta galvánica de la piel y las respuestas verbales más frecuentes a las palabras, oraciones, imágenes o situaciones en momentos que varían de segundos a meses después del estímulo. Muchos, como Bargh y Wegner, toman los resultados para significar que somos autómatas que aprenden y actúan en gran medida sin conciencia a través de S1 (sistema automatizado 1) y muchos otros como Kihlstrom y Shanks dicen que estos estudios son defectuosos y somos criaturas de S2 (sistema deliberativo 2). Aunque Hawkins parece no tener idea, como en otras áreas de la psicología descriptiva del pensamiento de mayor orden, la situación con respecto a "automaticidad" sigue siendo tan caótica como lo fue cuando Wittgenstein describió las razones de la esterilidad y la barrendez de la psicología en los años 30. Sin embargo, este libro es una lectura fácil y algunos terapeutas y maestros espirituales pueden encontrarlo de uso. Aquellos que deseen un marco completo hasta la fecha para el comportamiento humano de la moderna Dos Sistemas Punto de Vista puede consultar mi libro 'La estructura lógica de la filosofía, la psicología, la mente y lenguaje En Ludwig Wittgenstein y John Searle ' 2Nd Ed (2019). Los interesados en más de mis escritos pueden ver 'Monos parlantes--filosofía, psicología, ciencia, religión y política en un planeta condenado--artículos y reseñas 2006-2017' 3a Ed (2019) y otras. (shrink)

-/- FILOSOFIA: CRÍTICA À METAFÍSICA -/- PHILOSOPHY: CRITICISM TO METAPHYSICS -/- Por: Emanuel Isaque Cordeiro da Silva - UFRPE Alana Thaís Mayza da Silva - CAP-UFPE RESUMO: A Metafísica (do grego: Μεταφυσική) é uma área inerente à Filosofia, dito isto, é uma esfera que compreende o mundo e os seres humanos sob uma fundamentação suprassensível da realidade, bem como goza de fundamentação ontológica e teológica para explicação dos dilemas do nosso mundo. Logo, não goza da experiência e explicação científica com (...) base na matemática, ciências, observação, análise, etc. e sim da explicação apenas teorética sem a análise empírica. Por fim, filósofos de divergentes escolas e eras da história da filosofia fundamentaram suas críticas quanto a Metafísica; e este breve trabalho tem como objetivo analisar as críticas dos filósofos e trazer uma conclusão clara e objetiva para os leitores, sejam leigos ou não. Palavras-chave: Metafísica. Crítica. Teoria. Suprassensível. Empírico. Experiência. ABSTRACT Metaphysics is an area inherent to philosophy, that is, it is a sphere that comprises the world and human beings under a supersensitive foundation of reality, as well as enjoying ontological and theological foundations for explaining the dilemmas of our world. Therefore, it does not enjoy the scientific experience and explanation based on mathematics, science, observation, analysis, etc., but only the theoretical explanation without empirical analysis. Finally, philosophers from divergent schools and eras in the history of philosophy based their criticism of Metaphysics, and this brief work aims to analyze the criticism of philosophers and bring a clear and objective conclusion to readers, whether lay or not. Keywords: Metaphysics. Criticism. Theory. Supersensitive. Empirical. Experience. INTRODUÇÃO Para uma fundamentação alicerçada na observação, análise e conclusões pragmáticas, é imprescindível aclarar o conceito de Metafísica como esfera inerente da Filosofia, bem como disciplina primordial para o currículo do Filósofo formado nas Universidades globais. Para isso, discorro acerca do conceito de Metafísica desde a alcunha aristotélica de 'Filosofia primeira', passando à análise modernista, em especial à kantiana e seu criticismo (Crítica da Metafísica é a alma desse trabalho), sob análise de autores didáticos e, por fim, sob a elucidação da esfera Metafísica mediante os dicionários de Filosofia de Japiassú e Marcondes, e de Nicola Abbagnano. No conjunto de obras aristotélicas entituladas de Metafísica, Aristóteles buscou elucidar 'o ser enquanto ser', isto é, buscar a objetividade das coisas e do mundo mediante a subjetividade e a realidade suprassensível dessas coisas. Logo, a explicação dos fenômenos que cercavam a Grécia clássica eram explicados além do alicerce das Ciências tradicionais da época (Física, Química, Biologia, etc.). Todavia, para Aristóteles, a Metafísica consiste na 'ciência primeira' no que se refere o fornecimento de um fundamento único para todas as demais ciências, ou seja, dar-lhes o objeto ao qual elas se referem e os princípios dos quais todas elas dependem. Por fim, a Metafísica implica ser uma enciclopédia das ciências um inventário completo e exaustivo de todas as ciências, em suas relações de coordenação e subordinação, nas tarefas e nos limites atribuídos a cada uma, de modo definitivo. Na modernidade, a Metafísica perde a centralidade do mundo da Filosofia, quem é o precursor de tal declínio é Immanuel Kant e seu criticismo. Tal descendência é elucidada e aclarada posteriormente no presente trabalho. A Metafísica moderna ganha uma nova interpretação, sendo alcunhada e levada por analogia à Ontologia, expressada, segundo Kant, como conceito de gnosiologia. Para Kant, Metafísica é a fonte inerente do estudo e explicação das formas alicerçadas na razão, bem como fundamento de toda realidade suprassensível que se deve basear para elucidar e aclarar o mundo moderno. Ainda segundo o filósofo, a Metafísica é a fonte de todos os princípios reais para a explicação da realidade. Sendo ela, por fim um 'sistema filosófico' alicerçado sobre uma perspectiva ontológica, teológica e/ou suprassensível da realidade. No nosso finalismo, a inerência da Metafísica à filosofia transcende a explicação de todo o universo e sua totalidade (matéria e forma como alcunha Aristóteles). Logo, na Filosofia Clássica com Platão e, especialmente em Aristóteles, o Mito passou a ser ciência e essa ciência era determinada de Metafísica. Vale salientar que a alcunha 'Metafísica' foi, primeiramente, usada por Andrônico de Rodes . Por fim, a Metafísica primordial para fundamentar as explicações necessárias para os fenômenos que se decorrera na Grécia antiga, foi perdendo centralidade ao passo da história da filosofia e, na modernidade, com Hume e Kant passa por uma grande crise, discorrida agora no trabalho. -/- DA CRÍTICA À METAFÍSICA Platão criou um sistema metafísico de explicação da realidade e do mundo que influenciou muitos pensadores e religiosos. Boa parte da história da filosofia foi composta de sistemas metafísicos. Mas, se, por um lado, o pensamento metafísico tem uma vida longa e profícua, por outro, é alvo de críticas constantes, principalmente por filósofos modernos e contemporâneos, que questionam a validade das teses metafísicas, seja porque tratam de coisas que não podem ser conhecidas, como alma, Deus e formas inteligíveis, seja porque suas conclusões são consideradas enganosas. ARISTÓTELES E A FILOSOFIA PRIMEIRA As ciências teóricas ou teoréticas são aquelas que produzem um saber universal, válido em qualquer situação, e necessário, isto é, que não pode ser de outro modo. Essas ciências estão voltadas para a contemplação da verdade. O sábio que se dedica a elas encontra um fim em si mesmo, pois o resultado de sua investigação não gera nenhum objeto exterior, como uma construção ou uma escultura, mas beneficia sua própria alma. Elas estão organizadas em Metafísica, Matemática e Física, que inclui a Psicologia ou a ciência da alma. As principais obras teoréticas escritas por Aristóteles são Física, De anima e Metafísica. Filosofia Primeira, que chegou até nós com o nome de Metafísica, também chamada muitas vezes por Aristóteles de Teologia .com a ressalva de que Teologia aqui não tem o sentido que é dado a ela contemporaneamente), é a expressão que designava a mais elevada das ciências teoréticas, diferenciando-se da chamada Filosofia Segunda, ou Física. Aristóteles abre o Livro I da Metafísica com a célebre passagem: Todos os homens têm, por natureza, desejo de conhecer: uma prova disso é o prazer das sensações, pois, fora até da sua utilidade, elas nos agradam por si mesmas e, mais que todas as outras, as visuais [...l. (ARISTÓTELES, 1969). A busca pelo conhecimento encontra-se na própria natureza humana, desde o nascimento, mesmo que se manifeste em seu grau mais rudimentar. Prova disso é o conhecimento por meio das sensações ou dos sentidos, entre os quais se destaca o da visão. É o chamado conhecimento por empiria ou saber empírico, que não pode ser ensinado porque é adquirido imediata e concretamente quando percebemos as coisas sensíveis. Também há um saber que vem da técnica. O técnico é aquele que tem o conhecimento dos meios para chegar a um fim. Como ensina o historiador da Filosofia, Julián Marias, apesar de o saber técnico ser superior ao saber empírico, ambos são necessários em nossa vida: 1..l Portanto, a tékhne [técnica) é superior à empeiria; mas esta também é necessária, por exemplo, para curar, porque o médico não tem de curar o homem, e sim Sócrates, e o homem apenas de modo mediato. (MARIAS, J. 2015). O conhecimento metafísico é menos necessário em nossa vida cotidiana, mas nenhum outro lhe é superior. A Metafísica é o conhecimento pelas causas e, como vimos, o conhecimento é científico quando ele nos dá os princípios e as causas das coisas. Para Aristóteles, tudo o que existe é efeito de uma causa e ela é a responsável por esse algo ser necessariamente de um jeito e não de outro. De acordo com Aristóteles, conhecer algo é conhecer pela causa. Dessa forma, a explicação de algo ou o seu conhecimento deve sempre dizer por que algo é necessariamente de determinado modo. Sem esse tipo de explicaçào, não pode haver propriamente conhecimento. Daí se constata o caráter rigoroso da explicação científica: ela não apenas sabe que "algo é isto", mas é capaz de explicar por que algo é necessariamente isto. A definição aristotélica de Metafísica Chauí indaga em seu livro Iniciação à Filosofia a questão central do que Aristóteles entende por sua alcunha ou Metafísica. Chauí explana: Embora Aristóteles admita que para cada tipo de Ser e suas essências existe uma ciência teorética própria (física, biologia, psicologia, matemática, astronomia), ele também defende a necessidade de uma ciência geral, mais ampla, mais universal, anterior a todas essas, cujo objeto não seja esse ou aquele tipo de Ser, essa ou aquela modalidade de essência, mas o Ser em geral, a essência em geral. Essa ciência, para Aristóteles, é a Filosofia Primeira ou metafísica, que investiga o que é a essência e aquilo que faz com que haja essências particulares diferenciadas, que estuda o Ser enquanto Ser. (CHAUÍ, 2010). O objeto investigado pela Metafísica também é muito diferente do objeto conhecido pelo saber empírico ou pelo saber técnico. O saber empírico nos faz conhecer as coisas particulares, como Sócrates, o Oráculo de Delfos e a caneta esferográfica; o saber técnico nos faz conhecer as diversas técnicas, como os procedimentos médicos e a engenharia de construir templos. O que o saber metafísico, então, nos permite conhecer? Segundo Aristóteles, a Metafisica estuda o ser enquanto ser. Não considera o ser de modo particular como fazem as demais ciências — por exemplo, ao investigar Sócrates, os procedimentos médicos etc. mas busca o que é universal, o que envolve tanto Sócrates quanto os procedimentos médicos, tanto o Oráculo de Delfos quanto a arte de construir templos. Segundo Aristóteles, a Metafísica trata das causas primeiras, que são as quatro seguintes: • a causa material, que é a matéria de que é feita alguma coisa. Em uma escultura, por exemplo, a causa material pode ser o bronze ou o mármore; • a causa formal, que é a forma ou a essência das coisas. No exemplo da escultura, é a forma ou a aparência que possibilita que a reconheçamos como uma escultura (e não como um poste, por exemplo); • a causa eficiente, que é o agente que produz a coisa. Uma escultura é produzida por um artista; • a causa final, que é a razão ou a finalidade das coisas, A finalidade da escultura é o prazer estético. A Metafísica também se ocupa da substância. A substância responde pelos significados do ser. Mas o que é a substância? Trata-se de uma questão complexa no pensamento aristotélico. Aristóteles recusa-se a entender a substância como sendo a forma platónica. Ela nào é o suprassensível. Seria entao a substância o sensível individual? As coisas são matéria e forma; amatéria é o substrato da coisa (por exemplo, o mármore é a matéria da estátua). Sem sua forma, ela é apenas potencialidade, mas sem a matéria qualquer realidade sensível se desvaneceria. Assim, a matéria pode ser dita substância em sentido impróprio. A forma, por seu turno, é aquilo que determina a matéria, é a sua essência; ela é substancia em sentido próprio. Mas a matéria é também matéria enformada. As coisas sensíveis são, a um só tempo, matéria e forma. E esse composto também pode ser legitimamente chamado de substância. Aristóteles apresenta três gêneros de substâncias: • as substâncias sensíveis, que nascem, morrem e, por isso, passam por todo tipo de mudança; • as substancias sensíveis e incorruptíveis, que não passam por nenhum tipo de mudança, como os planetas e as estrelas; • a substância suprassensível, que é superior às outras duas: o Primeiro Motor Imóvel, o deus aristotélico, causa de todo movimento, mas sendo ele mesmo imóvel. (Ele precisa ser imóvel porque se ele também se movesse precisaria haver uma causa para esse movimento, o que levaria a uma espécie de regressão ao infinito). Assim como o demiurgo de Platão, o deus aristotélico nao é um deus criador. Não criou o Universo nem gerou o movimento dos corpos. Ao contrário, o deus de Aristóteles exerce uma atraçáo sobre o Universo, motivando sua existência, e sobre os corpos, gerando seu movimento, ou seja, atrai tudo para si como objeto de amor. Não é, portanto, causa eficiente do mundo e do movimento do mundo, mas causa final. O deus aristotélico nao cria o mundo do nada por um ato de vontade. Ele nao é causa eficiente do mundo, como indicamos ser o artista causa eficiente de sua escultura. A METAFÍSICA CLÁSSICA OU MODERNA Grandes revoluções no pensamento do século XVII deram estopim à uma grande crise na esfera metafísica. De modo resumido a Metafísica sofreu uma grande transformação e uma nova elaboração, sem a fundamentação embasada no pensamento platônico, aristotélico ou neoplatônico. Sendo assim a nova metafísica é caracterizada por: [...] afirmação da incompatibilidade entre fé e razão, acarretando a separação de ambas, de sorte que a religião e a filosofia possam seguir caminhos próprios, mesmo que a segunda não esteja publicamente autorizada a expor ideias que contradigam as verdades ou dogmas da fé [...] [...] redefinição do conceito de Ser ou substância. Os modernos conservam a definição tradicional da substância como o Ser que existe em si e por si mesmo, que subsiste em si e por si mesmo. Porém, em lugar de considerar que a substância se define por gênero e espécie, havendo tantos tipos de substâncias quantos gêneros e espécies houver, passa-se a definir a substância levando em consideração seus predicados essenciais ou seus atributos essenciais, isto é, aquelas propriedades ou atributos sem os quais uma substância não é o que ela é. Após o supracitado, os cartesianos e Descartes dirão que há somente três substâncias essenciais, divergindo totalmente do pensamento aristotélico, as substâncias cartesianas são a Alma, a matéria dos corpos e Deus. Para empiristas, só se é possível conhecer a substância corpórea, logo não se é possível elaborar uma metafísica, e sim uma geometria ou uma física que se ocupa do estudo dessas matérias corpóreas. Baruch Spinoza (1632-1677) explanou a primordialidade de se elaborar uma definição genérica e universal, comumente aceita por toda a comunidade de filósofos de Aristóteles a modernidade. Podemos reduzir o conceito proposto da seguinte maneira: “substância é aquilo que existe em si e por si e não depende de outros para existir”.Logo, diz Espinosa, que há apenas uma substância no Universo que não depende de outra para existir, tal substância é o próprio Deus ou a natureza. Nessa revolução do pensamento filosófico, em peculiar à metafísica, houve também a redefinição do conceito de causa e causalidade. Em Aristóteles haviam quatro tipos de causas, agora, na modernidade, se propunha apenas dois tipos: a eficiente e a final. Chauí explana que a Causa eficiente é aquela na qual uma ação anterior determina como consequência necessária a produção de um efeito, e que seu alcance é universal na natureza. Causa final é aquela que determina, para os seres pensantes, a escolha da realização ou não realização de uma ação, e que só opera na ação de Deus e nas ações humanas. Houve também, nessa revolução, uma quebra do paradigma metafísico, isto é, a metafísica não se dividia mais entre a teologia, a psicologia racional e a cosmologia racional. Agora, a metafísica ganha um novo rumo, um rumo próprio de estudo embasado em suas próprias fundamentações. Logo, a metafísica se apropria de três e apenas três ideias de substância. A substância infinita, ou o próprio Deus. A substância pensante que é a consciência como faculdade de reflexão e de representação da realidade alicerçada na razão. E, por fim, a substância extensa que é a natureza embasada nos princípios e leis regidas pela matemática e a mecânica. DAVID HUME E A CRISE DA METAFÍSICA O filósofo escocês David Hume (1711-1776) nos ajuda a entender em parte o teor das críticas ao pensamento metafísico. "Se tomarmos em nossas mãos um volume qualquer, de teologia ou metafísica escolástica, por exemplo, façamos a pergunta: contém ele qualquer raciocínio abstrato referente a números e quantidades? Não. Contém qualquer raciocínio experimental referente a questões de fato e de existência? Não. Às chamas com ele, então, pois não pode conter senão sofismas e ilusão." (HUME, 2004) Hume critica a teologia e a metafísica escolástica, que foi a metafísica praticada principalmente nas escolas cristãs durante a Idade Média, porque suas concepções não tratam nem de conceitos matemáticos, que são formais e podem levar a conclusões seguras - por exemplo, "2 + 2 = 4" -, nem de afirmações sobre fatos, que podem ser verificados empiricamente, isto é, pelos órgãos dos sentidos —como "a aceleração de um corpo em queda livre é de 9,8 metros por segundo", Assim, Hume aconselha o leitor a jogar as afirmações metafísicas na fogueira, pois são consideradas ilusões, fantasias ou produto de erros de raciocínio e nada têm a acrescentar ao conhecimento humano. A partir de Hume, a metafísica, tal como existira desde os gregos, tornara-se impossível. O CRITICISMO KANTIANO E O FIM DA METAFÍSICA CLÁSSICA Entre a Dissertação de 1770 e a Crítica da razão pura, mais de dez anos se passaram. Apesar de a obra ser volumosa, a redaçào da Crítica da razão pura não chegou a cinco meses de trabalho. De início, Kant pretendia apenas revisar sua dissertação, mas o trabalho acabou por levá-lo a figurar entre os grandes nomes do pensamento filosófico, como Aristóteles e Descartes. Kant fez um diagnóstico bastante negativo da situação da Filosofia de sua época, em particular da Metafísica, que, embora fosse considerada a Filosofia Primeira, patinava em questões impossíveis de serem resolvidas. Ao mesmo tempo, buscou inserir a Filosofia no rumo seguido pelas Ciências Naturais, pela Lógica e pela Matemática, que já tinham encontrado o caminho da Ciência. Em alguns pontos, o projeto kantiano se aproximou de algumas características do projeto cartesiano. Descartes duvidou de todo o saber conhecido, pois queria encontrar um fundamento seguro que sustentasse a edificação da Filosofia e, mais particularmente, da Ciência. Diferentemente de Descartes, contudo, Kant nào duvidou de todo o conhecimento que havia aprendido. Para ele, bastava estabelecer os limites do conhecimento racional, ou seja, o que a razão podia conhecer e o que era impossível de ser conhecido. No fim do século XVIII, de acordo com a proposta de Wolff, a Metafísica era dividida em duas partes: Metafísica geral e Metafísica especial. A primeira tratava da Ontologia (ciência do ser enquanto ser, como definido por Aristóteles), e a segunda se ocupava do ser humano (Psicologia), do mundo (Cosmologia) e de Deus (Teologia racional), Os principais temas in-vestigados eram a imortalidade da alma, a liberdade a finitude ou infinitude do mundo e a existência de Deus. No entanto, de acordo com Kant, as questões metafísicas clássicas extrapolavam as capacidades de conhecimento do ser humano, pois estavam tão afastadas da experiência que a razão só podia pensá-las, sem conhecê-las realmente. As questões postas pela Metafísica clássica extrapolavam o terreno de qualquer experiência possível e, no entanto, a razão, por sua própria natureza, apresenta questões que não pode evitar, mas que também náo pode responder por não terem nenhuma pedra de toque na experiência. Disso decorre a pergunta fundamental sobre a possibilidade de haver um conhecimento metafísico. Publicada em 1781, a Crítica da razão pura foi uma tentativa de responder a essa pergunta. A obra instituiu um "tribunal da razao" para examinar a própria razão, e não para tomar partido no conflito entre racionalistas, como Descartes e Leibniz, que elaboraram sistemas metafísicos, e empiristas, como Locke e Hume, que basearam o conhecimento unicamente nos sentidos. Criticar a razão é determinar as possibilidades, os limites e o alcance do próprio conhecimento. A transformação foi tao grande para a Filosofia que essa obra nao pôde ser ignorada. A situação da Metafísica No texto a seguir, retirado do célebre prefácio à primeira edição de Crítica da razão pura, podemos ver o diagnóstico de Kant sobre a situaçao da Metafísica no período em que vivia. A razão humana, num determinado dominio dos seus conhecimentos, possui o singular destino de se ver atormentada por questões, que náo pode evitar, pois lhe são impostas pela sua natureza, mas às quais também não pode dar resposta por ultrapassarem completamente as suas possibilidades. Não é por culpa sua que cai nessa perplexidade. Parte de princípios, cujo uso é inevitável no decorrer da experiência e, ao mesmo tempo, suficientemente garantido por esta. Ajudada por estes princípios eleva-se cada vez mais alto (como de resto lho consente a natureza) para condições mais remotas. Porém, logo se apercebe de que, desta maneira, a sua tarefa há de ficar sempre inacabada, porque as questões nunca se esgotam; vê-se obrigada, por conseguinte, a refugiar-se em princípios, que ultrapassam todo o uso possível da experiência e, não obstante, estão ao abrigo de qualquer suspeita, pois o senso comum está de acordo com eles. Assim, a razão humana cai em obscuridades e contradições, que a autorizam a concluir dever ter-se apoiado em erros, ocultos algures, sem contudo os poder descobrir. Na verdade, os princípios de que se serve, uma vez que ultrapassam os limites de toda experiência, já não reconhecem nesta qualquer pedra de toque. O teatro destas disputas infindáveis chama-se Metafísica. (KANT, I. 2010). O fim da Metafísica clássica Podemos agora retomar o questionamento sobre os motivos pelos quais a física newtoniana é possível como ciência e entender também por que a metafísica racionalista tradicional não é conhecimento científico, segundo a teoria kantiana. A física trata de regras e leis dos fenômenos, das representações conformadas pela sensibilidade e pelo entendimento, ou seja, refere-se a objetos do conhecimento humano. A metafísica clássica, por sua vez, trata de coisas que não fazem parte da experiência sensível. Deus e a alma, por exemplo, não são apreendidos pela sensibilidade, não são impressões conformadas ou fenômenos e, portanto, não podem ser conhecidos pelo ser humano. Ideias ou conceitos dessa espécie podem ser pensados pela razão, mas é impossível conhecê-los, pois estão além da capacidade humana de conhecimento. Por esse motivo, a física é possível como ciência e a metafísica tradicional não. Com base nisso, Kant provocou uma revolução na teoria do conhecimento, que ele mesmo designou como "virada copernicana na filosofia", Se Copémico mudou a forma de entender o mundo ao defender a ideia de que o Sol está no centro do sistema solar, Kant mudou a forma de o ser humano compreender o mundo e a si próprio ao estabelecer a ideia de que o ser humano, e não os objetos externos, é o centro do conhecimento, O ser humano não é um agente passivo, que só recebe informações, mas atua decisivamente na constituição do conhecimento e do que se compreende como realidade. Os elementos a priori que determinam essa constituição do conhecimento são o escopo da filosofia kantiana, também conhecida como transcendental. Logo, o pensamento kantiano alterou profundamente a Metafísica. A existência de Deus ou a imortalidade da alma, por exemplo, passaram a ser questões que já não podiam ser respondidas. Se percebemos apenas as coisas que ocorrem em um tempo específico (antes, agora, depois), como seremos capazes de perceber algo que está na eternidade (Deus)? Como afirmar que a alma é imortal se não conseguimos percebê-la com os nossos sentidos? O conhecimento a partir de Kant, então, é sempre conhecimento de objetos, isto é, de conteúdos elaborados e modificados pelo sujeito que conhece. O conhecimento passou a se ocupar, assim, de fenómenos, e não mais da própria coisa, como pretendiam os metafísicos clássicos. Com a crítica kantiana, tornou-se impossível conhecer efetivamente os temas da Metafísica clássica e emitir qualquer opinião segura sobre assuntos que não podem ser assentados na experiência. Podemos pensar sobre Deus, podemos querer que nossa a seja imortal, mas jamais teremos a possibilidade de verificar esses assuntos em nossa experiência ou mesmo ter sobre eles verdadeiro conhecimento. Nada nos impede de acreditar em Deus ou na imortalidade da alma, porém não podemos exigir que a Filosofia se pronuncie a respeito desses temas. Na verdade, a crítica kantiana não diz que Deus existe nem que não existe, mas apenas que não é capaz de saben Deus, não obstante sua importância para a Filosofia do próprio Kant, é uma questão de fé. AUGUSTE COMTE E A METAFÍSICA NO SÉCULO XIX O filósofo francês Auguste Comte (1798-1857), considerado o pai do positivismo, fundamenta sua filosofia também em oposição às concepções metafísicas. Em seu entendimento, a busca por princípios gerais ou essências, entidades que estão além do que podemos observar ou perceber pelos órgãos dos sentidos, é algo infrutífero. Comte explana: "[...] não é supérfluo assinalar agora, de modo direto, a preponderância contínua da observação sobre a imaginação, como o principal caráter lógico da sã filosofia moderna, dirigindo nossas pesquisas, não para causas essenciais, mas para leis efetivas, dos diversos fenômenos naturais. Sem ser doravante imediatamente contestado, permanece este princípio fundamental muitas vezes desconhecido nos trabalhos especiais. Embora as diferentes ordens de especulações concedam, sem dúvida, à imaginação uma alta participação, isto é, constan temente empregada para criar ou aperfeiçoar os meios da vinculação entre os fatos constatados, mas o ponto de partida e a sua direçào não lhe poderiam pertencer em nenhum caso. Ainda quando procedemos verdadeiramente a priori, é claro que as considerações gerais que nos guiam foram inicialmente fundadas, quer na ciência correspondente, quer em outra, na simples observação, única fonte de sua realidade e também de sua fecundidade. Ver para prever: tal é o caráter permanente da verdadeira ciência. Tudo prever sem ter nada visto constitui somente uma absurda utopia metafísica, ainda muito seguida." (COMTE, 1978). A observação é considerada a única fonte de realidade. Abandonando a observação e apoiando-se única e exclusivamente na imaginação, como seria característico das especulaçôes metafísicas, o pensamento pode levar não para o conhecimento das coisas, mas para a fantasia. A ciência, então, deve ter como base as coisas que podem ser observadas. Todas as especulações e as teorias científicas, em última instância, devem ter como fundamento a realidade observável. LUDWIG WITTGENSTEIN E A METAFÍSICA CONTEMPORÂNEA O filósofo austríaco Ludwig Wittgenstein (1889-1951) também se opõe às afirmações metafísicas por considerar que estas tratam de problemas (ou pseudoproblemas) que não podem ser formulados claramente e, portanto, não podem ser respondidos. “O método correto da filosofia seria o seguinte: só dizer o que pode ser dito, ou seja, as proposições das ciências naturais [...] e depois, quando alguém quisesse dizer algo metafísico, mostrar-lhe que nas suas proposições existem sinais aos quais não foi dada uma denotação.” (WITTGENSTEIN, 1995). Quer dizer, as sentenças ou os termos metafísicos se referem a coisas, objetos ou seres enigmáticos ou misteriosos, que não podem ser tratados com clareza, isto é, não se sabe exatamente o que são, o que impossibilitaria a formulação de problemas e soluções reais. "Deus", "alma" ou "vida após a morte", por exemplo, são termos que se referem especificamente a quê? Os "problemas" metafísicos estariam no campo do mistério e não no da investigação racional. Por isso, como afirma Wittgenstein, "acerca daquilo de que se não pode falar, tem que se ficar em silêncio". CONCLUSÃO (ÕES) Ora, a Metafísica na Grécia antiga foi imprescindível para o entendimento dos mais variados dilemas do mundo antigo, sejam perguntas simples, ou complexas. Iniciada como um sistema filosófico platônico, passando a ser filosofia primeira em Aristóteles, a metafísica incorporou elementos teológicos, psicológicos e cosmológicos durante o mundo antigo, e ainda mais durante o período medieval e a hegemônica Igreja Católica. No mundo moderno e embasado pelo “Luz da razão”, a metafísica começa a ser refutada pelos pensadores da época em questão, dentre eles o célebre cético Hume, e o emblemático Kant, além de Descartes e seus cartesianistas. Kant e seu criticismo incorporaram à Metafísica uma nova interpretação, esta que fez a mesma entrar em declínio e sair da centralidade do mundo filosófico. Kant, graças às indagações e refutações de Hume, pôde acordar do célebre “sono dogmático”. O que fez Kant se importa com a Metafísica. Kant trouxe à luz o fim da Metafísica clássica e deu legado ao início da metafísica contemporânea alcunhada de Ontologia. No decorrer da história da filosofia, a Metafísica teve intensa ascenção e vertiginosos declives, sendo seu maior declive o crítico Kant. Por fim, muitos filósofos se apropriaram de ser heterodoxos e enfrentaram de frente o mundo metafísica e a base do catolicismo sobre a realidade. Posta realidade que hoje, com o legado de Kant, da fenomenologia de Husserl, etc., originaram a nova escola filosófica chamada de Ontologia. -/- REFERÊNCIAS BIBLIOGRÁFICAS ABBAGNANO, N. Dicionário de filosofia. 5ª. ed. Trad. Ivone Castillo Benedetti. São Paulo: Martins Fontes, 2007. ARANHA, M. 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São Paulo: Moderna, 2006. WITTGENSTEIN, L. Tratado lógico-filosófico. 2ª. ed. Lisboa: Fundação Calouste Gulbenkian, 1995. -/- Emanuel Isaque Cordeiro da Silva – estudante, pesquisador, professor, agropecuarista, altruísta e defensor dos direitos humanos e dos animais. -/- Alana Thaís Mayza da Silva – estudante, potterhead, pesquisadora, projetista, musicista, filantropa, defensora dos direitos humanos e dos animais, LGBT. (shrink)

Accounts of the nature of unpleasant pain have proliferated over the past decade, but there has been little systematic investigation of which of them can accommodate its badness. This paper is such a study. In its sights are two targets: those who deny the non-instrumental disvalue of pain's unpleasantness; and those who allow it but deny that it can be accommodated by the view—advanced by me and others—that unpleasant pains are interoceptive experiences with evaluative content. Against the former, I argue (...) that pain's unpleasantness does indeed have noninstrumental disvalue; against the latter I argue both that my critics’ own desire-theoretic accounts of pain's unpleasantness cannot accommodate such disvalue, and that my evaluativist view can—either by appealing to “anti-unpleasantness” desires or by exploiting pain's perceptuality. (shrink)

REPRODUÇÃO ANIMAL: TRANSFERÊNCIA DE EMBRIÕES EM ANIMAIS, E A INDÚSTRIA DE EMBRIÕES NO BRASIL -/- ANIMAL BREEDING: EMBRYO TRANSFER IN ANIMALS, AND THE EMBRYO INDUSTRY IN BRAZIL Apoio: Emanuel Isaque Cordeiro da Silva Departamento de Zootecnia da UFRPE E-mail: [email protected] WhatsApp: (82)98143-8399 -/- 1. INTRODUÇÃO A técnica da inseminação artificial tornou possível aumentar o impacto na descendência de touros geneticamente superiores em termos de produção láctea das filhas. Com a transferência de embriões é possível aumentar o impacto da fêmea sobre (...) a população das filhas. A transferência de embriões data de 1890, ano em que Heape obteve o nascimento de coelhos transferindo ovócitos fecundados de uma fêmea para outra. A partir de 1930, é repetida uma série de experiências para desenvolver a técnica e aplicá-la em ovinos, caprinos (1934) e bovinos (1951) como espécies mais idôneas para a reprodução. A Inglaterra e os Estados Unidos estabeleceram as bases para o comércio de embriões durante os anos sessenta e setenta. De forma resumida, a transferência de embriões implica na estimulação da produção de ovócitos mediante a aplicação de hormônios: cerca de 6-8 dias após a cobrição dessas fêmeas ou da sua inseminação artificial, os óvulos fertilizados são extraídos dos órgãos genitais da fêmea doadora por perfusão ou lavagem com soluções biológicas controladas e testadas, originando-se uma deposição dos gametas fecundados nas fêmeas receptoras que serão encarregadas de levar adiante a gestação e o parto sem influência sobre as produções do novo indivíduo. 2. MANEJO DAS FÊMEAS DOADORAS É relativamente fácil obter um embrião, uma vez que pode origina-se a partir do cio natural das vacas cíclicas. No entanto, a fim de otimizar a técnica, o normal é «superovular» a fêmea doadora e obter um número superior de gametas fecundadas após cada lavagem ou perfusão das genitais. A maioria das fêmeas doadoras são tratadas com gonadotrofinas (PMSG) ou com hormônios estimuladores da foliculogênese (FSH). Estes hormônios invertem a atresia normal de folículos permitindo uma maturação, que em condições normais não se realizaria. O mecanismo exato do funcionamento destas hormonas não é totalmente claro. A superovulação multiplica por um fator de 10 o número de ovócitos recuperados no caso das vacas, ovelhas e cabras, mas apenas por um fator 2 ou 3 no caso das porcas. Existe um acordo geral sobre a utilização das gonadotrofinas; a PMSG deve ser aplicada durante a transição da fase luteica para a folicular, ou seja, no 16º dia do ciclo. As doses de gonadotrofinas variam entre 1500 e 3000 UI em bovinos, aumentando a resposta e a variabilidade individual com o aumento da dose. A resposta ao tratamento varia de acordo em função de diversos fatores. Neste contexto, merecem especial atenção a espécie, a raça, a época e a conformação corporal do animal, bem como o lote de fabricação da preparação hormonal (quadro 7.1). Estudos demonstram que, nos bovinos, as raças de corte respondem melhor ao tratamento do que as raças leiteiras. Tabela 1: Doses de gonadotrofinas em UI -/- Espécie Dia do ciclo Crescimento folicular_ ___ PMSG FSH Ovulação _____ PMSG FSH Bovinos 8 – 10 1500 – 3000 20 – 50 1500 – 2000 75 – 200 Caprinos 16 – 17 1000 – 1500 12 – 20 1000 – 1500 50 – 75 Ovinos 12 – 14 1000 – 2000 12 – 20 1000 – 1500 50 – 75 Suínos 15 – 17 750 – 1500 10 – 20 500 – 1000 25 – 50 Coelhos — 25 – 75 2 – 3 25 – 75 2 – 3 Fonte: HAFEZ, 2004. O FSH também é utilizado para superovulação em várias espécies. Nos ovinos, injetam-se 2 mg desta hormona 12 horas antes da retirada das esponjas, aplicando-se mais três injeções, com um intervalo de 12 horas, até 24 horas após a retirada das esponjas, o que corresponde a um total de 8 mg de FSH injetados por tratamento e animal. Às vezes, e dependendo do país, existem dificuldades para a obtenção desse hormônio em condições de pureza adequada para que o tratamento proporcione o resultado esperado. Nas vacas dadoras devem ter passado mais de 50 dias após o último parto: também ser animais cíclicos, encontrar-se num nível nutricional elevado e em aumento, sem deficiências especificas alimentares. Existe uma indicação de suplementação das fêmeas doadoras com minerais essenciais antes do tratamento. 3. OBTENÇÃO DE EMBRIÕES Uma vez as fêmeas doadoras inseminadas, entre o sexto e o oitavo dia, procede-se a coleta dos embriões. Para isso, atualmente se utilizam cateteres de obtenção transcervical (tipo Foley, Rusch. etc.) munidos de uma bola insuflável na sua extremidade que permite criar um compartimento estanque na parte distal do córneo uterino e proceder ao arrasto dos embriões ali localizados. Para obter esta «lavagem» utiliza-se uma solução aquosa tamponada: o meio mais frequentemente utilizado é o tampão fosfato salino (PBS: pH = 7; PO = 280 - 290 mOsm/kg) suplementado com antibióticos e proteínas. Depois de recuperado o meio de lavagem, os embriões devem ser isolados do volume total, avaliados segundo critérios do Manual da Sociedade Internacional de Transferência de Embriões de acordo com seu estado de desenvolvimento. Código numérico para determinar o grau de desenvolvimento embrionário: N° 1: ovócito não fertilizado ou embrião de uma célula (1 dia). N° 2: Identifica embriões com 2 a 16 células (2-4 dias). N° 3: Identifica mórulas adiantadas (5-6 dias). N° 4: Identifica mórulas compactas de 6 dias de idade. N° 5: blastocisto adiantado (7 dias). N° 6: blastocisto (7-8 dias). N° 7: blastocisto expandido (8-9 dias). N° 8: blastocisto eclodido (9 dias) a partir do nono ou décimo dia o blastocisto já está fora da zona pelúcida. Além da classificação por estado de desenvolvimento, a referida Sociedade Internacional estabeleceu uma categorização dos embriões com base na qualidade dos mesmos. Assim os denomina: 1: excelente; 2: bom; 3: regular; 4: degenerado. Segundo as investigações de diversos autores especialistas no tema não devem ser transferidos embriões que não tenham sido classificados como excelentes ou bons. A obtenção dos embriões pode ser realizada em uma clínica, em unidades móveis especializadas, ou na própria fazenda. Em todo o caso, a doadora não deve apresentar quaisquer sintomas clínicos de doença, sendo esta responsabilidade direta do veterinário. O rebanho de onde provém a doadora deve estar livre de medidas cautelares sanitárias. Os técnicos devem estar adequadamente limpos e preparados para esta atuação, em um lugar tranquilo e que permita a colocação de equipamentos e material em condições limpas e seguras. 4. TÉCNICAS DE TRANSFERÊNCIA DE EMBRIÕES Recomenda-se que os embriões sejam transferidos o mais rápido possível depois da recuperação. A fêmea receptora deve apresentar um ambiente uterino o mais semelhante possível ao da fêmea doadora. Isto quer dizer que a receptora também será mantida num sistema de sincronização para que coincida o mais possível o estágio de desenvolvimento embrionário com seu correspondente estado uterino. A margem de assincronia para evitar efeitos indesejáveis é de ± 24 horas. Os métodos hormonais de sincronização são análogos aos das doadoras. As técnicas para a deposição dos embriões no seu novo habitat podem ser igualmente cirúrgicas e não cirúrgicas, mas devido aos problemas do uso de anestésicos em técnicas cirúrgicas, as transferências foram direcionadas para modelos não-cirúrgicos ou transcervicais. Este método é baseado na utilização do colo uterino de forma análoga como é realizada na inseminação artificial. Devido às relações entre o embrião e o ovário, as porcentagens de fertilidade são aumentadas ao serem depositadas no corno ipsilateral no ovário que se encontra ativo. A utilização desta técnica implica na obtenção de mais fêmeas gestantes. O uso de novilhas como fêmeas receptoras aumenta também a taxa de gestações a partir de uma maior facilidade de manejo, uniformidade na resposta hormonal e um custo mais baixo. O fator humano ou habilidade do técnico que realiza esta técnica também constitui um fator que influencia decisivamente no êxito da transferência, encontrando-se variações de 20 a 60% devidas a este fator. 5. CONTROLES SANITÁRIOS Com a utilização da inseminação artificial, verificou-se que, embora as tecnologias reprodutivas colaborativas fossem mais avançadas em termos de técnicas destinadas a aumentar a produtividade individual, da mesma forma, podem constituir um perigo de contaminação e de dispersão de doenças estrangeiras para o grupo ou rebanho para onde são transferidos os novos genes. Neste contexto, a transferência embrionária (TE) deve realizar-se tendo em conta os riscos que pode implicar uma manipulação inadequada. Uma vez mais, a Sociedade Internacional (IETS) na Reunião Regional da OIE (Oficina Internacional de Epizootias) estabeleceu as normas em 1985 para que a TE pudesse ser utilizada como meio para controle de doenças na pecuária. Para que a utilização da TE se realize sem risco para a saúde, é necessário ter em conta um certo número de regras e condições específicas que evitem os riscos de contaminação. O embrião está separado do meio externo por três barreiras de proteção: o corpo da mãe, o útero por si só e a terceira, e mais importante, pela zona pelúcida, a qual nos animais domésticos tem demonstrado ser totalmente impermeável a qualquer elemento patogênico, desde que fique intacta. Portanto, o risco de contaminação dos embriões pode vir por duas vias diferentes: a) Fatores extrínsecos - por invasão dos agentes patogênicos na cavidade uterina principalmente. Isto está relacionado com o estado sanitário médio do país, região ou rebanho de origem. b) Fatores intrínsecos - Segundo Thibier podemos considerar diferentes fontes potenciais de contaminação, que segundo o risco sanitário se classificam nas seguintes ordens: 1° Zigoto. 2° Penetração. 3° Absorção. 4° Armazenamento. 5° Exame. 6° Transferência. Os esforços para que os embriões se tornem livres de contaminação devem ser semelhantes aos que são efetuados com os animais vivos e com as doses seminais. O momento mais perigoso encontra-se entre a coleta das células fecundadas e a sua deposição, após seu exame, no trato reprodutivo da receptora. As condições em que o referido processo deve ser realizado encontram-se detalhadas no manual da Sociedade Internacional de Transferência de Embriões (IETS). 6. REGRAS DA IETS A transferência de embriões é a via mais segura para a troca de genes. No entanto, os técnicos devem esforçar-se por manter todas as regras e normas sanitárias para que a coleta e a manipulação dos embriões se realizem sob condições de absoluta garantia higiênica e sanitária. A transferência embrionária implica, pela primeira vez na história da medicina veterinária, que a vigilância sanitária não se aplica estritamente ao animal, uma vez que, na sua fase "in vitro", está inteiramente sob o controle do técnico. Por conseguinte, não haverá futuro para este tipo de biotecnologia se, paralelamente, não houver um elevado nível de garantia de que não «servirá» para não disseminar ou difundir doenças. As conclusões da Sociedade Internacional de Transferência de Embriões (IETS) na sua reunião anual de 14 de Janeiro de 1992 estabelecem, tendo em conta a revisão efetuada em 1991 pela Subdireção de Investigação e pelo Comitê de Importação e Exportação, uma classificação das doenças. Esta classificação corresponde às seguintes categorias: Categoria 1 - Doenças ou agentes de doenças para as quais foram recolhidas provas suficientes para afirmar que o risco de transmissão é negligenciável, desde que os embriões sejam corretamente manipulados entre a coleta e a transferência: a) Leucose bovina enzoótica. b) Febre aftosa (bovinos). c) Língua azul (bovinos). d) Brucelose bovina. e) Rintraqueíte infecciosa bovina. f) Doença de Aujeszky. Categoria 2 - Doenças para as quais foram recolhidas provas substanciais que indicam que o risco de transmissão é insignificante, desde que os embriões sejam corretamente manipulados entre a coleta e a transferência, mas para as quais é necessário verificar os dados existentes através de novas transferências: a) Peste suína clássica. Categoria 3 - Doenças ou agentes de doenças para as quais os resultados preliminares indicam que o risco de transmissão é insignificante, desde que os embriões sejam corretamente manipulados, entre a coleta e a transferência, mas para os quais essas verificações preliminares devem ser corroboradas por dados experimentais complementares "in vitro" e "in vivo": a) Peste bovina. b) Diarreia viral bovina. c) Língua azul (ovinos). d) Febre aftosa (suínos, ovelhas e cabras). e) Campylobacter fetus (ovinos). f) Doença vesicular do porco. g) Peste suína africana. h) Prurido lombar (ovinos). i) Haemophilus somnus. Categoria 4 - Doenças ou agentes de doenças que foram ou são objeto de trabalhos preliminares: a) Vírus Akabane (bovino). b) Estomatite vesicular (bovinos e suínos). c) Chlamydia psittaci (bovinos e suínos). d) Ureaplasma/micoplasmose (bovinos e caprinos). e) Maedi-visna (ovino). f) Adenomatosa pulmonar (ovino). g) Prurido lombar (caprinos). h) Língua azul (caprinos). i) Artrite e encefalite caprina. j) Parvovírus (suíno). k) Enterovírus (bovinos e suínos). I) Leptospirose (suíno). m) Herpesvírus 4 dos bovinos. n) Mycobacterium paratuberculose (bovinos). o) brucelose ovina. p) Doença de Border (ovinos). q) Vírus parainfluenza 3 (bovinos). r) Agente da encefalopatia espongiforme bovina. É interessante salientar que apenas seis doenças estão incluídas na categoria 1 (a mais segura). Isso não significa que as outras doenças tenham um risco maior, apenas indica que o risco de transmissão das doenças da categoria 1 é irrelevante, estatisticamente falando. É importante assinalar que as doenças mais importantes dos bovinos se situam na categoria 1. Isto significa que a incidência do embrião patogênico nos bovinos parece ser perfeitamente controlável, desde que sejam adotadas metodologias adequadas. Isto serve também como linha de defesa adicional para que o técnico centre sua atenção e cuidados entre a fase de obtenção e a de transferência. 7. SITUAÇÃO ATUAL DA TRANSFERÊNCIA DE EMBRIÕES ANIMAIS NO BRASIL O Brasil é um dos grandes responsáveis mundiais pela implantação da tecnologia na reprodução animal, sendo assim, o país conseguiu inserir-se no mercado internacional como um dos maiores produtores de embriões in vivo e in vitro. Nas últimas duas décadas, especialmente entre os anos de 1997 e 2017 o país passou por importantes transformações nesse segmento, dentre essas transformações vale destacar a posição relativa do Brasil no contexto mundial. O Brasil passou de referência regional, nos anos 1990, para se tornar o maior produtor mundial de embriões entre os anos 2012 e 2013, sendo líder no uso e na produção de embriões in vitro. Os primeiros registros da TE produzidos in vivo no Brasil datam da década de 1980, e uma década depois o país já tornara-se referência e detinha um mercado consolidado de produção e TE na espécie bovina. Não obstante, no ano de 1997 o país ainda era referência apenas no contexto regional, detendo 68,3% dos embriões transferidos na América Latina, esse percentual corresponde a 24.085 embriões de um total de 35.254 produzidos na América Latina. Esse percentual regional representa apenas 6,6% de toda a produção mundial de embriões in vivo, que produziu, em 1997, 360.656 embriões in vivo. Nos últimos anos, o mercado de embriões, principalmente o bovino, teve retração moderada de -2,5% ao ano entre 2003 e 2018, porém essa retração contrasta com o ligeiro crescimento observado a partir dos anos 2000 conforme figura 1: Figura 1: Produção de embriões bovinos no Brasil no período 1996-2018, total e por tecnologia adotada (in vivo[IVD] ou in vitro [IVP]). Em 2018, o mercado de embriões bovinos manteve-se inalterado se compararmos com os três anos anteriores, houve reduções nós segmentos de corte, leite e no total comparado ao ano de 2017. Em 2014, a produção de embriões para melhoramento do gado leiteiro teve seu ápice, porém de lá para cá esse mercado manteve-se estagnado como demonstra a tabela 2. Tabela 2: Produção de embriões bovinos no Brasil em 2018, estratificada por segmento e por tecnologia adotada (in vivo ou in vitro). 7.1 Crise, economia e mercado de embriões A indústria de embriões reflete, em maior ou menor grau, o momento da economia brasileira. Apesar do segmento agropecuário ser um setor em constante crescimento no país, ao qual, sem dúvidas, em meio a inúmeras crises mantém-se em constante crescimento. Porém vale ressaltar que esse mercado é emergente e está refletido em paralelo com os bens produzidos pelo país, como demonstra a figura 2. Figura 2: Produção de embriões bovinos e variação no produto interno bruto (PIB) no Brasil, no período 1996-2018. Cada vez mais o setor agropecuário do Brasil investe em novas tecnologias que maximizem o mercado e que melhore a produção dos animais seja no segmento corte ou leite. Segundo a OCDE, 1997, essa indústria da produção de embriões é um conjunto de novas técnicas e processos, frutos do desenvolvimento técnico-científico, que chega ao mercado e - o mais importante - o transforma. Logo, todas essas técnicas e biotecnologias visam, além da alta produção e do lucro, o melhoramento e a suplementação alimentícia da população mundial que está em crescente avanço. A evolução da tecnologia embrionária no país, seja para o melhoramento dos equinos para os esportes como as vaquejadas, hipismo, corridas, etc., onde são investidos tempo, dedicação e dinheiro para formar um novo animal que apresente força, conformação, conversão alimentar e que custa milhões, em muitos casos, não só dos equinos, mas também dos caprinos, ovinos, suínos e até mesmo os bovinos onde o mercado da TE é mais presente e aquecida, venceu os estigmas do “modismo” e o chamado “elitismo”, porém deve enfrentar novos desafios, em especial num contexto de forte concentração do mercado de genética e de concorrência globalizada. Mesmo com todos esses avanços e retrocessos, essa relativização dos números demonstra que um percentual bastante reduzido das fêmeas bovinas que estão em idade reprodutiva é utilizado para a técnica da transferência de embriões, e que o mercado brasileiro ainda tem um grande potencial de crescimento no setor de produção in vivo e in vitro. 8. RESUMO E PRIMEIRAS CONCLUSÕES Ao longo deste trabalho pretendi realizar uma revisão sumária sobre um tema de grande importância presente, e sobretudo futura; referir-me à transferência embrionária. Atualmente, esta técnica atingiu um grau notável de penetração, a nível prático, no gado leiteiro. No entanto, num futuro mais ou menos longínquo, não temos dúvidas quanto a esta técnica, pelas vantagens indubitáveis que apresenta a nível de avanço genético, que será aplicada em outras espécies úteis ao homem. Na minha exposição, tentei dar especial ênfase a dois aspectos: as técnicas de transferência, incluindo as normas IETS e os controles sanitários a serem efetuados. Por fim, a indústria brasileira de embriões mostrou-se em retrocessos e avanços, porém o mercado ainda têm grandes desafios a serem enfrentados ao longo dos anos, mas que serão sanados mediante as técnicas desenvolvidas pelos inúmeros centros de pesquisa embrionárias e seus especialistas. -/- Realização -/- Emanuel Isaque Cordeiro da Silva – Departamento de Zootecnia da UFRPE. Recife, 2020. REFERÊNCIAS BIBLIOGRÁFICAS -/- BALL, Peter JH; PETERS, Andy R. Reproduction in cattle. Nova Jersey: John Wiley & Sons, 2008. BARUSELLI, Pietro Sampaio et al. Sêmen sexado: inseminação artificial e transferência de embriões. Revista Brasileira de Reprodução Animal, v. 31, n. 3, p. 374-381, 2007. BRACKELL, B. G.; JR SEIDEL, G. E.; SEIDEL, S. Avances en zootecnia nuevas técnicas de reproducción animal. Zaragoza: Acribia, 1988. COLE, H. H.; CUPPS, P. T. Reproduction in domestic animals. 1ª ed. Londres: Academic Press, 1977. CURTIS, John L. et al. Cattle embryo transfer procedure. 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Pain asymbolia is a rare condition caused by brain damage, usually in adulthood. Asymbolics feel pain but appear indifferent to it, and indifferent also to visual and verbal threats. How should we make sense of this? Nikola Grahek thinks asymbolics’ pains are abnormal, lacking a component that make normal pains unpleasant and motivating. Colin Klein thinks that what is abnormal is not asymbolics’ pains, but asymbolics: they have a psychological deficit making them unresponsive to unpleasant pain. I argue that an (...) illuminating account requires elements of both views. Asymbolic pains are indeed abnormal, but they are abnormal because asymbolics are. I agree with Klein that asymbolics are incapable of caring about their bodily integrity; but I argue against him that, if this is to explain not only their indifference to visual and verbal threat, but also their indifference to pain, we must do the following: (i) take asymbolics’ lack of bodily care not as an alternative to, but as an explanation of their pains’ missing a component, and (ii) claim that the missing component consists in evaluative content. Asymbolia, I conclude, reveals not only that unpleasant pain is composite, but that its ‘hedomotive component’ is evaluative. (shrink)

A natural view of testimony holds that a source's statements provide one with evidence about what the source believes, which in turn provides one with evidence about what is true. But some theorists have gone further and developed a broadly analogous view of memory. According to this view, which this essay calls the “diary model,” one's memory ordinarily serves as a means for one's present self to gain evidence about one's past judgments, and in turn about the truth. This essay (...) rejects the diary model's analogy between memory and testimony from one's former self, arguing first that memory and a diary differ with respect to their psychological roles, and second that this psychological difference underwrites important downstream epistemic differences. The resulting view stands opposed to prominent discussions of memory and testimony, which either, like the diary model, treat memory by analogy to what we naively wish to say about testimony, or which instead attempt to extend to testimony the epistemically preservative role of memory. (shrink)

This book introduces readers to the topic of explanation. The insights of Plato, Aristotle, J.S. Mill and Carl Hempel are examined, and are used to argue against the view that explanation is merely a problem for the philosophy of science. Having established its importance for understanding knowledge in general, the book concludes with a bold and original explanation of explanation.

Evaluativism is best thought of as a way of enriching a perceptual view of pain to account for pain’s unpleasantness or painfulness. Once it was common for philosophers to contrast pains with perceptual experiences (McGinn 1982; Rorty 1980). It was thought that perceptual experiences were intentional (or content-bearing, or about something), whereas pains were representationally blank. But today many of us reject this contrast. For us, your having a pain in your toe is a matter not of your sensing “pain-ly” (...) or encountering a sense-datum, but of your having an interoceptive experience representing (accurately or inaccurately) that your toe is in a particular experience-independent condition, such as undergoing a certain “disturbance” or being damaged or in danger (Armstrong 1962; Tye 1995). But even if such representational content makes an experience a pain, a further ingredient seems required to make the pain unpleasant. According to evaluativism, the further ingredient is the experience’s possession of evaluative content: its representing the bodily condition as bad for the subject. In this chapter, I elaborate evaluativism, locate it among alternatives, and explain its attractions and challenges. (shrink)

When do the folk think that material objects persist? Many metaphysicians have wanted a view which fits with folk intuitions, yet there is little agreement about what the folk intuit. I provide a range of empirical evidence which suggests that the folk operate with a teleological view of persistence: the folk tend to intuit that a material object survives alterations when its function is preserved. Given that the folk operate with a teleological view of persistence, I argue for a debunking (...) explanation of folk intuitions, concluding that metaphysicians should dismiss folk intuitions as tied into a benighted view of nature. (shrink)

Supervenience is necessary co-variation between two sets of entities. In the good old days, supervenience was considered a useful philosophical tool with a wide range of applications in the philosophy of mind, metaethics, epistemology, and elsewhere. In recent years, however, supervenience has fallen out of favor, giving place to grounding, realization, and other, more metaphysically “meaty”, notions. The emerging consensus is that there are principled reasons for which explanatory theses cannot be captured in terms of supervenience, or as the slogan (...) goes: “Supervenience Is Nonexplanatory”. While SIN is widely endorsed, it is far from clear what it amounts to and why we should believe it. In this paper, I will distinguish various theses that could be meant by it, and will argue that none of them is both interesting and plausible: on some interpretations of ‘explanatory’, we have no reason to believe that supervenience is unexplanatory, while on other interpretations, supervenience is indeed unexplanatory, but widely accepted textbook cases of explanatory relations come out as unexplanatory, too. This result raises doubts as to whether there is any interesting sense in which SIN is true, and suggests that the contemporary consensus about supervenience is mistaken. (shrink)

This paper critically examines currently influential transparency accounts of our knowledge of our own beliefs that say that self-ascriptions of belief typically are arrived at by “looking outward” onto the world. For example, one version of the transparency account says that one self-ascribes beliefs via an inference from a premise to the conclusion that one believes that premise. This rule of inference reliably yields accurate self-ascriptions because you cannot infer a conclusion from a premise without believing the premise, and so (...) you cannot infer from a premise that you believe the premise unless you do believe it. I argue that this procedure cannot be a source of justification, however, because one can be justified in inferring from p that q only if p amounts to strong evidence that q is true. This is incompatible with the transparency account because p often is not very strong evidence that you believe that p. For example, unless you are a weather expert, the fact that it will rain is not very strong evidence that you believe it will rain. After showing how this intuitive problem can be made precise, I conclude with a broader lesson about the nature of inferential justification: that beliefs, when justified, must be underwritten by beliefs, when justified, must be underwritten by evidential relationships between the facts or propositions which those beliefs represent. (shrink)

Here, I put forth a construal of P. F. Strawson’s so-called reversal, his view that what it means to be morally responsible is determined by our practices of holding responsible. The “concern-based” construal that I defend holds that what it means to be morally responsible is determined by the basic social concerns of which our practices are an expression. This construal, I argue, avoids a dilemma that Patrick Todd has recently raised for the reversal.

When an entity ontologically depends on another entity, the former ‘presupposes’ or ‘requires’ the latter in some metaphysical sense. This paper defends a novel view, Dependence Deflationism, according to which ontological dependence is what I call an aggregative cluster concept: a concept which can be understood, but not fully analysed, as a ‘weighted total’ of constructive and modal relations. The view has several benefits: it accounts for clear cases of ontological dependence as well as the source of disagreement in controversial (...) ones; it gives a nice story about the evidential relevance of modal, mereological and set-theoretic facts to ontological dependence; and it makes sense of debates over the relation's formal properties. One important upshot of the deflationary account is that questions of ontological dependence are generally less deep and less interesting than usually thought. (shrink)

eSports practice designates a unique set of activities tethered to competitive, virtual environments, or worlds. This correlation between eSports practitioner and virtual world, we argue, is inadequately accounted for solely in terms of something physical or intellectual. Instead, we favor a perspective on eSports practice to be analyzed as a perceptual and embodied phenomenon. In this article, we present the phenomenological approach and focus on the embodied sensations of eSports practitioners as they cope with and perceive within their virtual worlds. (...) By approaching eSports phenomenologically, we uncover ways in which its unique forms of virtual involvement overlap with as well as differentiate themselves from traditional structures of embodiment. (shrink)

I argue that according to Socrates in the Phaedo we should not merely evaluate bodily pleasures and desires as worthless or bad, but actively avoid them. We need to avoid them because they change our values and make us believe falsehoods. This change in values and acceptance of falsehoods undermines the soul’s proper activity, making virtue and happiness impossible for us. I situate this account of why we should avoid bodily pleasures within Plato’s project in the Phaedo of providing Pythagorean (...) and Orphic ideas with clearer meanings and better justifications. (shrink)

Compare your pain when immersing your hand in freezing water and your pleasure when you taste your favourite wine. The relationship seems obvious. Your pain experience is unpleasant, aversive, negative, and bad. Your experience of the wine is pleasant, attractive, positive, and good. Pain and pleasure are straightforwardly opposites. Or that, at any rate, can seem beyond doubt, and to leave little more to be said. But, in fact, it is not beyond doubt. And, true or false, it leaves a (...) good deal more to be said: about the nature of sensory affect; its relations to perception, motivation, and rationality; its value; and the mechanisms underlying it. Much is said about these matters in the contributions that follow. Here, in this introductory essay, we map the dialectical landscape and locate our contributors’ papers within it. (shrink)

This paper discusses ethical issues surrounding Integrated Assessment Models (IAMs) of the economic effects of climate change, and how climate economists acting as policy advisors ought to represent the uncertain possibility of catastrophe. Some climate economists, especially Martin Weitzman, have argued for a precautionary approach where avoiding catastrophe should structure climate economists’ welfare analysis. This paper details ethical arguments that justify this approach, showing how Weitzman’s “fat tail” probabilities of climate catastrophe pose ethical problems for widely used IAMs. The main (...) claim is that economists who ignore or downplay catastrophic risks in their representations of uncertainty likely fall afoul of ethical constraints on scientists acting as policy advisors. Such scientists have duties to honestly articulate uncertainties and manage (some) inductive risks, or the risks of being wrong in different ways. (shrink)

We naturally see ourselves as capable of being active with respect to the matter of what we believe – as capable of epistemic agency. A natural view is that we can exercise such agency by engaging in reasoning. Sceptics contend that such a view cannot be maintained in light of the fact that reasoning involves judgements, which are not decided upon or the products of prior intentions. In response, I argue that reasoning in fact can amount to epistemic agency in (...) virtue of its being aim-directed in a way that cannot be reconciled with the sceptics' conception of it. (shrink)

Williamson’s “anti-luminosity” argument aims to establish that there are no significant luminous conditions. “Far from forming a cognitive home”, luminous conditions are mere “curiosities”. Even supposing Williamson’s argument succeeds in showing that there are no significant luminous states his conclusion has not thereby been established. When it comes to determining what is luminous, mental events and processes are among the best candidates. It is events and processes, after all, which constitute the stream of consciousness. Judgment, for instance, is plausibly self-conscious. (...) If I am judging then plausibly I must know that I am. Similarly, deliberation is plausibly self-conscious. To be deliberating about some matter I plausibly must know that I am. That one is judging and that one is deliberating are thus plausibly luminous conditions. Furthermore, I argue, Williamson’s anti-luminosity argument fails to speak against this suggestion. This reveals that Williamson’s argument is more limited in scope than has been thought—something likely missed due to a misplaced focus on mental states in the luminosity debate as well as in epistemology and the philosophy of mind more generally. For all Williamson shows, there may be luminous events and processes of a sort apt to constitute a cognitive home. I conclude by considering how the anti-luminosity argument might be reinstated in the judgment case and argue that the natural way to do so fails. (shrink)

This chapter explores the relationship between ethical judgement writ large (as opposed to merely moral judgement) and motivation. We discuss arguments for and against views on which ethical judgement entails motivation, either alone or under conditions of rationality or normalcy, either at the individual or community level.

Bernard Williams’ discussion of immortality in “The Makropulos Case: Reflections on the Tedium of Immortality” has spawned an entire philosophical literature. This literature tends to focus on one of Williams’ central claims: if we were to relinquish our mortality, we would necessarily become alienated from our existence and environment—“bored,” in his terms. Many theorists have defended this claim; many others have challenged it. Even if this claim is false, though, it still isn’t obvious that we should choose to relinquish our (...) mortality, given the option. And this is puzzling. Death is generally regarded as an evil, meriting anxiety, dread, and avoidance. What is it about our mortality that makes us hesitant to relinquish it? In this paper, I aim to explain this hesitancy and to argue in its favor: we should be hesitant to relinquish our mortality. Further, I take my discussion to suggest that most of us probably shouldn’t take this option if we were given it. To make these points, I draw on Williams’ discussion of immortality, developing and extending his thought in order to better understand how mortality shapes the way we relate to our lives, particularly the commitments and values that make them meaningful. Our mortality, it seems, plays a crucial role in our lives standing for something. Relinquishing it thus means risking the loss of this value. (shrink)

This is a précis of my book "Know-how as Competence. A Rylean Responsibilist Account".

According to a traditional Cartesian epistemology of perception, perception does not provide one with direct knowledge of the external world. Instead, your immediate perceptual evidence is limited to facts about your own visual experience, from which conclusions about the external world must be inferred. Cartesianism faces well-known skeptical challenges. But this chapter argues that any anti-Cartesian view strong enough to avoid these challenges must license a way of updating one’s beliefs in response to anticipated experiences that seems diachronically irrational. To (...) avoid this result, the anti-Cartesian must either license an unacceptable epistemic chauvinism, or else claim that merely reflecting on one’s experiences defeats perceptual justification. This leaves us with a puzzle: Although Cartesianism faces problems, avoiding them brings a new set of problems. (shrink)

This article seeks to get clear on an important feature of a theistic way of life: namely, the appeal to ‘deep desires’ as part of an ethical and spiritual life-orientation. My main thesis is that such appeals should primarily be seen as pertaining to our acquired second nature and the space of meaning it makes possible, rather than first nature or innateness. To appeal to the ‘depth’ of a desire, on this account, is to say something about its normative importance: (...) it is something of profound significance for our human fulfilment about which we ought to be concerned, and it correlates with the normative ‘height’ of the object of desire. Thus, our deepest desire correlates with what is seen as the highest or most worthy object of our desire (or love), which the theist claims is God. This view is contrasted with subjectivist accounts where desires are seen as ‘deep’ in that they structure our identity. My account affirms that deep desires structure our identity, but they do so because of their perceived objective normative importance. I also seek to show how we should affirm Alasdair MacIntyre's claim that ‘the deepest desire of every [human] being, whether they acknowledge it or not, is to be at one with God’. (shrink)

Humour is worthy of serious ethical consideration. However, it is often taken far too seriously. In this paper, it is argued that while humour is sometimes unethical, it is wrong much less often than many people think. Non-contextual criticisms, which claim that certain kinds of humour are always wrong, are rejected. Contextual criticisms, which take issue with particular instances of humour rather than types of humour, are more promising. However, it is common to overstate the number of contexts in which (...) humour is wrong. Various mistakes of this kind are highlighted and cautioned against. (shrink)

The central objective of Dewey’s Democracy and Education is to explain ‘what is needed to live a meaningful life and how can education contribute?’ While most acquainted with Dewey’s educational philosophy know that ‘experience’ plays a central role, the role of ‘situations’ may be less familiar or understood. This essay explains why ‘situation’ is inseparable from ‘experience’ and deeply important to Democracy and Education’s educational methods and rationales. First, a prefatory section explores how experience is invoked and involved in pedagogical (...) practice, especially experience insofar as it is (a) experimental, (b) direct, and (c) social-moral in character. The second and main section on situations follows. After a brief introduction to Dewey’s special philosophical use of ‘situation’, I examine how situations are implicated in (a) student interest and motivation; (b) ‘aims’ and ‘criteria’ in problem-solving; and (c) moral education (habits, values, and judgements). What should become abundantly clear from these examinations is that there could be no such thing as meaningful education, as Dewey understood it, without educators’ conscious, intentional, and imaginative deployment of experience and situations. (shrink)

According to the Good True Self (GTS) theory, if an action is deemed good, its psychological source is typically viewed as more reflective of its agent’s true self, of who the agent really is ‘deep down inside’; if the action is deemed bad, its psychological source is typically viewed as more external to its agent’s true self. In previous work, we discovered a related asymmetry in judgments of blame- and praiseworthiness with respect to the mitigating effect of moral ignorance via (...) childhood deprivation. Inspired by work motivating the GTS theory, we ran a new study to discover whether our asymmetry likewise reflected judgments about the true self. It did. However, it is unclear whether our results fit with the ‘good’ part of the GTS theory: some of our and others’ results suggest that, in certain contexts, wrong actions are taken to be more expressive of agents’ true selves than right ones. In this paper, we propose that our and others’ data can be explained by the hypothesis that we are inclined to judge as the GTS theory predicts when there is a readily available external explanation for an agent’s action. In short, we give people the benefit of the doubt. (shrink)

I explore the place of manners in the moral life, particularly with regard to their role in virtue education and in expressing virtue. The approach developed here is Aristotelian and Confucian in character. I identify and discuss three crucial functions of good manners: (1) they help social life to go well; (2) they often involve ways of showing respect or reverence for that which is respect-worthy or reverence-worthy; and (3) they ennoble our animal nature via an acquired second nature. In (...) light of this account I also discuss how concerns about arbitrariness, oppressiveness, and dishonesty with respect to manners can be overcome. (shrink)

This paper revisits some of the arguments in Richard Rorty’s Achieving Our Country, twenty years after the book first appeared. Not only are many of Rorty’s diagnoses and predictions eerily prescient in the wake of the rise of Donald Trump to the US presidency, but there is also perceptive political advice in Rorty’s book that I argue the contemporary American Left would do well to heed. While many post-election commentators have tended to read Achieving Our Country as an admonishment of (...) so-called “identity politics” in favor of an “old Left” politics of redistribution and economic justice, I argue that the main distinction on which the analysis in Achieving Our Country hangs is between what Rorty calls “real politics” and “cultural politics”, a conclusion that is confirmed, I argue, by examining the three concrete suggestions for the American Left that together form the core positive argument in Rorty’s book. (shrink)

Philosophers and psychologists alike have argued recently that relatively abstract beliefs or cognitive categories like those regarding race can influence the perceptual experience of relatively low-level visual features like color or lightness. Some of the proposed best empirical evidence for this claim comes from a series of experiments in which White faces were consistently judged as lighter than equiluminant Black faces, even for racially ambiguous faces that were labeled ‘White’ as opposed to ‘Black’ (Levin and Banaji 2006). The latter result (...) is considered especially indicative of cognitive penetration, based on the reasoning that the relevant distortions were a function of lexical labeling, and hence the effect must have been mediated by categorization at the cognitive level. I argue that this reasoning is flawed, and that the assumptions on which it relies are questionable on both empirical and theoretical grounds. I propose an alternative, low-level explanation of the phenomena, which I argue is empirically more plausible and abductively preferable to the cognitive-penetration account. The upshot is that cognitively impenetrable perceptual systems may be psychologically more plastic and hence philosophically more significant than is nowadays commonly assumed. (shrink)

Aristotle presents a formal logic in the Prior Analytics in which the premises and conclusions are never conditionals. In this paper I argue that he did not simply overlook conditionals, nor does their absence reflect a metaphysical prejudice on his part. Instead, he thinks that arguments with conditionals cannot be syllogisms because of the way he understands the explanatory requirement in the definition of a syllogism: the requirement that the conclusion follow because of the premises. The key passage is Prior (...) Analytics I.32, 47a22–40, where Aristotle considers an argument with conditionals that we would consider valid, but which he denies is a syllogism. I argue that Aristotle thinks that to meet the explanatory requirement a syllogism must draw its conclusion through the way its terms are predicated of one another. Because arguments with conditionals do not, in general, draw their conclusions through predications, he did not include them in his logic. (shrink)

This paper responds to comments and criticisms by Stefan Brandt and Eva-Maria Jung, directed at the book "Know-how as Competence. A Rylean Responsibilist Account".

Metaphysically speaking, just what is trying? There appear to be two options: to place it on the side of the mind or on the side of the world. Volitionists, who think that to try is to engage in a mental act, perhaps identical to willing and perhaps not, take the mind-side option. The second, or world-side option identifies trying to do something with one of the more basic actions by which one tries to do that thing. The trying is then (...) said to be identical with the physical action. -/- After carefully stating the second, world-side view, I produce two arguments against it. The first relies on the fact that if a=b and b=c, then a=c, sometimes put colloquially as: if something is identical to two things, then the two things must be identical to one another. In the case of trying, one might try to do something by performing a plurality of simultaneous actions, a sure sign that the relation between the trying and the plurality of actions by which one tries must be some relation other than identity. -/- The second argument discusses two cases, recorded in William James’ The Principles of Psychology, of a patient who tries but who performs no action whatever. This is sometimes called ‘naked trying’. A recent attempt at denying that there can be such cases of naked trying is examined and dismissed. (shrink)

Scholars working on Kant’s Anticipations of Perception generally attribute to him an argument that invalidly infers that objects have degrees of intensive magnitude from the premise that sensations do. I argue that this rests on an incorrect disambiguation of Kant’s use of Empfindung as referring to the mental states that are our sensings, rather than the objects that are thereby sensed. Kant’s real argument runs as follows. The difference between a representation of an empty region of space and/or time and (...) a representation of that same region as occupied by an object entails that, in addition to their extensive magnitude, objects must be represented as having a matter variable in intensive magnitude. Since it is the presence of sensation in a cognition that marks the difference between representing only the extensive magnitude of the object and the object as a whole, it is sensation that represents its intensive magnitude. (shrink)

It can seem natural to say that, when in pain, we undergo experiences which present to us certain experience-dependent particulars, namely pains. As part of his wider approach to mind and world, John McDowell has elaborated an interesting but neglected version of this account of pain. Here I set out McDowell’s account at length, and place it in context. I argue that his subjectivist conception of the objects of pain experience is incompatible with his requirement that such experience be presentational, (...) rationalizing, and classificatory. (shrink)

Is self-knowledge a requirement of rationality, like consistency, or means-ends coherence? Many claim so, citing the evident impropriety of asserting, and the alleged irrationality of believing, Moore-paradoxical propositions of the form < p, but I don't believe that p>. If there were nothing irrational about failing to know one's own beliefs, they claim, then there would be nothing irrational about Moore-paradoxical assertions or beliefs. This article considers a few ways the data surrounding Moore's paradox might be marshaled to support rational (...) requirements to know one's beliefs, and finds that none succeed. (shrink)

According to the most popular theories of intentionality, a family of theories we will refer to as “functional intentionality,” a machine can have genuine intentional states so long as it has functionally characterizable mental states that are causally hooked up to the world in the right way. This paper considers a detailed description of a robot that seems to meet the conditions of functional intentionality, but which falls victim to what I call “the composition problem.” One obvious way to escape (...) the problem (arguably, the only way) is if the robot can be shown to be a moral patient – to deserve a particular moral status. If so, it isn’t clear how functional intentionality could remain plausible (something like “phenomenal intentionality” would be required). Finally, while it would have seemed that a reasonable strategy for establishing the moral status of intelligent machines would be to demonstrate that the machine possessed genuine intentionality, the composition argument suggests that the order of precedence is reversed: The machine must first be shown to possess a particular moral status before it is a candidate for having genuine intentionality. (shrink)

Dual-role approaches to reasons say, roughly, that reasons can relate to actions in two fundamentally different ways: they can either require conformity, or justify an action without requiring that it be taken. This paper develops a formal dual-role approach, combining ideas from defeasible logic and practical philosophy. It then uses the approach to shed light on the phenomenon of supererogation and resolve a well-known puzzle about supererogation, namely, Horton’s All or Nothing Problem.

When it comes to caring about and helping those in need, our imaginations tend to be weak and our motivation tends to be parochial. This is a major moral problem in view of how much unmet need there is in the world and how much material capacity there is to address that need. With this problem in mind, the present paper will focus on genetic means to the enhancement of a moral capacity—a disposition to altruism—and of a cognitive capacity that (...) facilitates use of the moral capacity: the ability to grasp vividly the needs of individuals who are unknown and not present. I will address two questions, with more extensive attention to the first question. First, assuming we had excellent reason to believe that the enhancements were safe, effective, and available to all who desired them, would seeking these enhancements be inherently morally acceptable—that is, free of inherent wrongness? Second, would it be wise for a society to pursue these enhancements? I will defend an affirmative answer to the first question while leaving the second question open. (shrink)

This paper examines whether Socrates provides his interlocutors with good reasons to seek knowledge of what virtue is, reasons that they are in a position to appreciate. I argue that in the Laches he does provide such reasons, but they are not the reasons that are most commonly identified as Socratic. Socrates thinks his interlocutors should be motivated not by the idea that virtue is knowledge nor by the idea that knowledge is good for its own sake, but rather by (...) the idea that knowledge is needed to recognize what to aim at. His argument reaches the potentially life-altering conclusion that we should all seek knowledge of what virtue is. It is powerful precisely because it relies on uncontroversial premises that his interlocutors could be expected to accept. In laying out this argument, I distinguish different ways in which someone could count as a teacher of virtue. At the end of the article, I situate the argument within the debate about whether virtue is teachable. (shrink)

Virtual environments engage millions of people and billions of dollars each year. What is the ontological status of the virtual objects that populate those environments? An adequate answer to that question requires a developed semantics for virtual environments. The truth-conditions must be identified for “tree”-sentences when uttered by speakers immersed in a virtual environment (VE). It will be argued that statements about virtual objects have truth-conditions roughly comparable to the verificationist conditions popular amongst some contemporary antirealists. This does not mean (...) that the virtual objects lack ontological standing. There is an important sense in which virtual objects are no less real for being mind-dependent. (shrink)

This paper proffers an account of why interdisciplinary research on, inter alia, the nature of time can be fruitful even if the disciplines in question have different explanatory pro-jects. We suggest that the special sciences perform a subject setting role for lower-level disciplines such as physics. In essence, they tell us where, amongst a theory of the physical world, we should expect to locate phenomena such as temporality; they tell us what it would take for there to be time. Physical (...) theory tells us whether there is anything like that in the world and what its hidden nature is. Only working in tandem can physics and the special sciences locate and describe the phenomenon that is time. (shrink)

Which role do concepts play in a person's actions? Do concepts underwrite the very idea of agency in somebody's acting? Or is the appeal to concepts in action a problematic form of over-intellectualization which obstructs a proper picture of genuine agency? Within the large and complicated terrain of these questions, the debate about know-how has been of special interest in recent years. In this paper, I shall try to spell out what know-how can tell us about the role of concepts (...) in action. I will argue that the fact that people possess and exercise know-how is indeed suited to deliver a number of important insights as to where and how concepts play a role in action. But I shall argue that these insights are limited in that they fail to cover the whole realm of relevant phenomena. (shrink)

In this essay I build on John Cottingham’s suggestion that we need an epistemology of involvement (or receptivity), as opposed to an epistemology of detachment, if we are properly to understand the world in religious terms. I also refer to these as ‘engaged’ and ‘disengaged’ stances. I seek to show how the spiritual practice of an ‘active’ or ‘engaged’ love is integral to the sort of epistemology of involvement through which we come to a religious understanding of the world. Such (...) an understanding is one that gives proper recognition to the sacred or reverence-worthy character of the world. I discuss how a religiously-inflected language of love and the practice it informs can transfigure the world for us and enable its sacred or reverence-worthy character to come into view (supposing it is there in any case). I also seek to show how this is connected to a process of spiritual formation (or Bildung). (shrink)

Over recent decades, pain has received increasing attention as – with ever greater sophistication and rigour – theorists have tried to answer the deep and difficult questions it poses. What is pain’s nature? What is its point? In what sense is it bad? The papers collected in this volume are a contribution to that effort ...

8000 Word annotated bibliography on the Phaedo, with roughly 70 entries. Note that the subscription version is a bit easier to navigate. The hyperlinks work in this pdf, but you can not as easily jump to the different sections.