Para desarrollar este trabajo, en el primer capítulo caracterizaré con cierta extensión dos de las principales posturas funcionalistas del progreso científico, a saber, la defendida por Thomas S. Kuhn y Larry Laudan, respectivamente. Posteriormente, haré un análisis crítico de estas posturas. En particular, mostraré que un modelo de progreso científico basado en la resolución de problemas no puede pasar por alto explicar cómo es que se genera un problema científico y cómo puede ser medida no sólo la importancia cognitiva (...) de los problemas científicos a resolver; sino la importancia cognitiva que tienen las soluciones a los problemas que enfrenta la ciencia. En el segundo capítulo caracterizaré y analizaré la postura realista metafísica sobre el progreso científico desarrollada por Philip Kitcher. El análisis del modelo de Kitcher es pertinente para el presente estudio debido a que este autor integró muchas de las críticas que se le hicieron a las posturas funcionalistas anteriores a su propuesta. Sin embargo, como sugeriré en la conclusión de ese capítulo, la postura defendida por Kitcher en torno al progreso cognitivo de la ciencia fluctúa entre la defensa de un realismo de corte metafísico (Kitcher 1993 y 1995) y un realismo de corte semántico (Kitcher 2001a, 2001b, 2002 y 2007) que hace difícil entender con precisión y a cabalidad su postura. Con los anteriores elementos, en el tercer capítulo revisaré el debate entre las posturas funcionalistas y las posturas realistas sobre el progreso cognitivo de la ciencia en el marco del llamado Realismo Epistemológico Convergente, con el objetivo de evaluar si otras posturas realistas pueden explicar de mejor manera el progreso cognitivo de la ciencia. Como mostraré, el realismo epistemológico convergente requiere para su defensa de una definición conceptual precisa en relación a lo que debe entenderse por “verdad” – o “aproximación a la verdad” – y su conexión con el éxito científico; así como la relación de referencia entre las entidades y organismos teóricos observables e inobservables que la ciencia postula y el mundo natural. Para analizar estas conexiones, en este capítulo revisaré varios argumentos anti-realistas en contra de la relación cognitiva que los defensores del realismo epistemológico convergente pretenden establecer entre el éxito empírico y la verdad, por un lado, y el éxito empírico y la referencia, por el otro. Posteriormente, analizaré los contra-argumentos realistas más importantes que a mi juicio se han elaborado para defender el realismo epistemológico convergente. Finalmente, mostraré que los contra-argumentos realistas no logran ser lo suficientemente sólidos para evadir con éxito los ataques anti-realistas en torno al progreso cognitivo de la ciencia. El cuarto capítulo de este trabajo lo dedicaré a caracterizar y analizar la postura fundacionista defendida por Alexander Bird. Este autor sostuvo que la ciencia progresa cuando muestra “acumulación de conocimiento justificado”. Para validar su postura, este autor contrastó sus ideas con los conceptos sobre el progreso científico construidos precisamente por Kuhn y Laudan, respectivamente. El objetivo de Bird fue mostrar que el criterio de “resolución de problemas” defendido por estos autores es regresivo y, por ello, anti-intuitivo. En este capítulo analizo los argumentos de Bird, muestro en qué fallan para, finalmente, evaluar su postura a partir de sus propios fundamentos epistemológicos. En el quinto y último capítulo del libro ofreceré algunas conclusiones que pueden ser inferidas del presente estudio. (shrink)

En los últimas décadas se han elaborado diferentes teorías al interior de la filosofía de la ciencia que pretenden explicar cuál es la mejor manera de entender el progreso científico cognitivo. De entre ellas sobresalen por su extensión, especificidad y alcance las propuestas de Larry Laudan y de Philip Kitcher. Laudan, siguiendo a Karl Popper, Thomas S. Kuhn y retomando varias ideas de Imre Lakatos, defendió una perspectiva funcionalista a partir de la cual propuso la resolución de problemas como (...) el mejor criterio cognitivo para evaluar el progreso científico. Por su parte, Kitcher propuso como criterio del progreso científico la producción de enunciados significativos y verdaderos, defendiendo - no sin ambigüedad - un tipo de realismo científico. En este trabajo pretendo mostrar que los criterios epistémicos, a diferencia de los criterios no epistémicos, complican innecesariamente el análisis de la progresividad científica. (shrink)

Recientemente, Alexander Bird (2007) sugirió que la ciencia progresa cuando muestra “acumulación de conocimiento justificado”. Para validar su postura, Bird contrastó sus ideas con los conceptos sobre el progreso científico construidos por Thomas S. Kuhn y Larry Laudan, respectivamente. El objetivo de Bird fue mostrar que el criterio de “resolución de problemas” defendido por estos autores, es regresivo y, por ello, anti-intuitivo. En este texto analizo los argumentos de Bird en contra de estos autores y muestro en qué fallan. (...) Posteriormente se evalúa su postura a partir de sus propios fundamentos epistemológicos. Al final, presento algunas conclusiones que pueden inferirse del presente estudio. (shrink)

Newton fächert einen weißen Lichtstrahl durch prismatische Brechung (Refraktion) auf und entdeckt dadurch sein Vollspektrum, das die größte Farbenvielfalt zeigt und aus Lichtstrahlen unterschiedlicher Refrangibilität besteht (1672). Laut Newtons Theorie müsste sich die Farbvielfalt seines Vollspektrums steigern lassen, wenn man den Auffangschirm immer weiter vom brechenden Prisma entfernt; denn dadurch müssten zuvor noch vermischte Lichtbündel ähnlicher Farbe schließlich doch auseinanderstreben. Diese Prognose ist empirisch falsch, wie Goethe in seiner Farbenlehre (1810) herausstreicht: Das Endspektrum enthält weniger Farben, insbesondere fehlt dort das (...) Gelb. Das ist eine Anomalie (à la Kuhn) der newtonischen Theorie. Wie lässt sich diese Anomalie erklären? Der Gelbverlust im Endspektrum muss irgendetwas mit der Licht- und Farbempfindlichkeit des menschlichen Auges zu tun haben. Aber was? Der Bezold/Brücke-Effekt bietet offenbar keine befriedigende Erklärung des Phänomens, wie ich mit Matthias Rangs experimenteller Hilfe empirisch zeige. Ein zweiter Erklärungsansatz beruft sich auf die rot/grüne spektrale Umgebung, die das Gelb offenbar in den Hintergrund treten lässt. Die Farbwahrnehmung einer farbigen Figur hat ja immer auch mit der Umgebungsfarbe zu tun, wie zum Beispiel beim Simultankontrast. Das zeigt sich im Experiment: Man kann das Gelb im Endspektrum zurückgewinnen, wenn man die anderen Farben des Spektrums abdeckt. Woran das wiederum liegt, ist bis heute ungeklärt. Es lässt sich jedenfalls nicht als Spezialfall des Simultankontrasts verstehen. (shrink)

Thomas Kuhn’un 1962 yılında yayımlamış olduğu “Bilimsel Devrimlerin Yapısı” adlı kitabı bilimsel gelişme, bilimin doğası ve bilimsel bilginin özerkliği gibi çeşitli bilim felsefesi konularında alanında rölativist ya da göreci bir anlayışa katkıda bulunarak bilimin sarsılmaz statüsüne zarar verip vermediğine yöneliktir. Kuhn’un rölativistlikle suçlanmasına yol açan argümanlardan ön plana çıkan ikisi; iki farklı rakip paradigmaya bağlı olan kuramların kıyaslanmasının mümkün olmadığını ileri süren metodolojik eşölçülemezlik argümanı ile kuramdan bağımsız nötr gözlem önermelerinin olamayacağını belirten gözlemlerin kuram yüklü olduğu savıdır. (...) class='Hi'>Kuhn bu argümanlar çerçevesinde kendisine getirilen görecilik iddialarına karşı çıkar ve bilim felsefecilerinin ona yöneltmiş olduğu eleştirilere yıllar içerisinde “Bilimsel Devrimlerin Yapısı” kitabının ek bölümlerinde cevap vermektedir. Bu bağlamda, Kuhn’un bu iddialara ikna edici bir cevap verip vermediğini tespit edebilmek ve onun gerçekten bilim ve bilimsel bilginin statüsü konusunda rölativist olup olmadığını soruşturmak için ortaya konulan eleştirilerin etraflıca ele alınması gerekliliği ortaya çıkmaktadır. Diğer bir deyişle, Kuhn'un görecilik konusu ile ilgili bir neticeye varabilmek amacıyla onun bütün bilim anlayışının göz önünde bulundurulması önemlidir. Dolayısıyla Kuhn'un genel bilim tasviri bu çalışmanın odağını oluşturmaktadır. Bu bakımdan çalışmada, ilk olarak kısaca “göreciliğin” ne anlama geldiği ortaya konulacak, ardından Kuhn’un eşölçülemezlik ve kuram yüklülük tezleri ayrıntılandırılarak, bu çerçeve içerisinde neden rölativist olarak kabul edildiği serimlenecektir. Nihai olarak, Kuhn'un kendisine getirilen eleştirilere karşı ortaya koyduğu cevapların rölativist suçlamalardan sıyrılması için sağlam gerekçeleri sağlayamadığı ortaya konulacaktır. (shrink)

Since Thomas Kuhn’s The Structure of Scientific Revolutions (1962), historians and philosophers of science have paid increasing attention to the implications of disciplinarity. In this chapter we consider restrictions posed to interdisciplinary exchange between ecology and economics that result from a particular kind of commitment to the ideal of disciplinary purity, that is, that each discipline is defined by an appropriate, unique set of objects, methods, theories, and aims. We argue that, when it comes to the objects of study (...) in ecology and economics, ideas of disciplinary purity have been underwritten by the artificial-natural distinction. We then problematize this distinction, and thus disciplinary purity, both conceptually and empirically. Conceptually, the distinction is no longer tenable. Empirically, recent interdisciplinary research has shown the epistemological and policy-oriented benefits of dealing with models which explicitly link anthropogenic (i.e., “artificial”) and non-anthropogenic factors (i.e., “natural”). We conclude that, in the current age of the Anthropocene, it is to be expected that without interdisciplinary exchange, ecology and economics may relinquish global relevance because the distinct and separate systems to which each “pure” science was originally made to apply will only diminish over time. (shrink)

Bu makalede, bilim felsefecisi kimliğiyle tanınan Thomas Kuhn’un eğitim ve özellikle fen eğitimi alanındaki görüşlerine değinilmektedir. Fen eğitimi, bilim, bilimin doğası ve bilim uygulamaları hakkında düşünceler geliştirmeye odaklanarak fen öğrenimi için gerekli olan beceri ve anlayışın geliştirilmesini amaçlamaktadır. Fen eğitiminin temel amaçlarından biri bilimin gerçek doğasının tespit edilmesi ve bu doğrultuda bir eğitim modelinin belirlenmesidir. Bu çerçevede Kuhn’un bilim tarihine yönelik incelemeleri neticesinde ileri sürdüğü paradigma kavramı bilimin doğası ve fen eğitimi konusundaki görüşlerin değişimine yol açmıştır. Kuhn (...) açısından fen eğitimi yürürlükteki bilim yapma tarzının temelinde yatan paradigma ve öğretilerinin bilim insanlarına ve öğrencilere aktarılması sürecidir, bu nedenle fen eğitimi yalnızca olağan bilim döneminde mümkündür. Kuhn’un eğitim modeli, mevcut paradigmayla ilişkili olarak karşılaşılan bulmaca ya da sorunları çeşitli örneklerden hareketle tekrar tekrar çözmeye çalışan öğrenciler aracılığıyla gerçekleştirilir. Kuhn’un olağan bilimin sınırları içerisinde kalarak değerlendirdiği fen eğitimi anlayışı eleştirel düşünceyi engellediği iddiasıyla Karl Popper, John Watkins ve Richard Bailey tarafından katı, tutucu, dogmatik ve endoktrinasyonu vurgulayan bir eğitim anlayışı olarak görülmektedir. Bu çerçevede makalede, öncelikli olarak Kuhn’un bilimin doğası ve bilimin gelişim tarzına yönelik belirlemeleri doğrultusunda fen eğitimine yönelik düşünceleri ve bu düşüncelerin eğitim alanındaki yansımaları incelenmektedir. Ardından, Kuhn’un fen eğitimi üzerine görüşlerinin iddia edildiği gibi dogmatik bir yapıda olmadığı, endoktrinasyonu ya da zorla öğretimi vurgulamadığı, bu tür yorumların radikal bir yaklaşımdan öteye gidemediği ileri sürülmektedir. Son olarak makalede, Kuhn’un fen eğitimi anlayışının yalnızca bir durum tespiti ya da bir fen eğitimi tasviri olarak değerlendirilmesi gerektiği düşüncesi ön plana çıkarılmaktadır. -/- In this article, Thomas Kuhn’s impact, who is known as a philosopher of science, on science education are mentioned. Science education aims to develop the skills and understanding necessary for science learning, with a focus on developing ideas about science and the nature of science. One of the main purposes of science education is to determine the true nature of science and to determine an education model in this direction. In this context, the concept of paradigm, which Kuhn put forward as a result of his studies on the history of science, has led to a change in views on the nature of science and science education. For Kuhn, science education is the process of conveying the paradigm underlying the current way of doing science to scientists and students because science education is possible only in the normal science period. Kuhn’s educational model is carried out through students who repeatedly try to solve puzzles or problems encountered in relation to the current paradigm. Kuhn’s understanding of science education is seen by Karl Popper, John Watkins and Richard Bailey as a rigid, conservative, dogmatic and indoctrinational education approach with the claim that it prevents critical thinking. In this context, the article primarily examines Kuhn’s thoughts on science education and the reflections of these thoughts in the field of education. Then, it is argued that Kuhn’s views on science education are not dogmatic as claimed, he does not emphasize indoctrination, and that such interpretations cannot go beyond a radical approach. Finally, in the article, it is emphasized that Kuhn’s understanding of science education should be evaluated only as a description of science education. (shrink)

“Bilimsel Devrimlerin Yapısı” adlı kitabıyla Thomas Kuhn'un bilim felsefesi çalışmalarında yeni bir çığır açtığı bilinmektedir (Öztürk, 2012: 171). Bu çalışma, Kuhn’un “Bilimsel Devrimlerin Yapısı (The Structure of Scientific Revolutions)” adlı eseri başta olmak üzere, bu eser üzerine yapılan çeşitli çalışmalar referans alınarak sunulmaktadır. Tüm bu çalışmalarda bilimin ilerleme tarzının ele alındığı, fakat bilimin ilerleme tarzı hakkında farklı sıralamaların yer aldığı görülmektedir. Bu çalışmanın amacı, bilimin ilerleme tarzı hakkında daha önce ele alınanlardan farklı bir sıralama sunmaktır. Ulaşılan bu farklı (...) sıralama ile Kuhn’un anlaşılır kılınması mümkün olabilecektir. Çalışmanın amacı doğrultusunda, bilimin ilerleme tarzı hakkında farklı bir sıralama sunarak beş aşamalı bir sıralama ortaya konulacak olup, literatüre de bir katkı sağlanmaktadır. Sıralamaya ilişkin aşamalar, olağan bilim öncesi dönem (paradigma öncesi), olağan bilim dönemi (paradigma ve bilmece), bunalım dönemi (bilimsel kuramların ortaya çıkması), bilimsel devrim dönemi (olağanüstü araştırma ve olağanüstü bilim) ve bilimsel devrim sonrası dönem (yeni paradigma ve yeni olağan bilim) olarak ayrı ayrı ve detaylı bir şekilde incelenmektedir. (shrink)

Bilime ve bilimsel bilgiye yönelik yaygın görüş, bilimin objektif bir faaliyet olduğudur. Bu görüş bilimsel bilginin elde edilmesinde, bilim insanlarının nesnel bir tavır sergilediğini ve onların sosyal faktörlerden etkilenmediğini varsaymaktadır. Yirminci yüzyılın ikinci çeyreğinde, Viyana Çevresi ve Karl Popper’ın düşünceleri ile bilimde sosyolojik ve psikolojik unsurların keşif bağlamı içerisinde görülebileceği, bilimsel kuramların ve araştırmaların gerekçelendirilmesine yönelik girişimlerin ise yalnızca nesnel, epistemik çalışmalardan oluştuğu ileri sürülmektedir. Keşif bağlamı ve gerekçelendirme bağlamı adı altında yapılan bu ayrıma ilişkin iddialar, Thomas Kuhn’un 1962 (...) yılında yayımlanmış olan ‘Bilimsel Devrimlerin Yapısı’ adlı kitabında vurguladığı argümanlar ile sekteye uğramaktadır. Kuhn, sosyal ve psikolojik etkenlerin her iki bağlamda da yer aldığını ifade etmekte ve bu sebeple keşif ve gerekçelendirme ayrımına karşı çıkmaktadır. Bu çerçevede makalede, Kuhn’un ulaşmış olduğu sonuçlar Güçlü Program’ın öne sürmüş olduğu argümanlar çerçevesinde desteklenerek ortaya konulmaktadır. (shrink)

20. yüzyılın önemli bilim felsefecisi Lakatos'un, bilim felsefesinde getirmiş olduğu yeni bakış açısı ve yöntem tartışmasıyla ayrıcalıklı bir konumu bulunmaktadır. Bilimin yapısı ve işleyişinin anlaşılması için bilim tarihinin iyi bilinmesi gerektiği belirten düşünür, bilimsel bilginin bilimsel olmayandan ayırt edilmesi hususunda var olan bilimsellik ölçütlerine eleştiriler getirerek kendi sınır çizme ölçütünü belirlemiştir. Buna bağlı olarak Bilimsel Araştırma Programı aracılığıyla bilimsel rasyonalitenin nasıl geliştiği konusuna da açıklık getirmeye çalışmıştır. Onun düşünsel arka planında, bilim felsefesinde fikirleriyle önemli yer edinmiş Viyana Çevresi, Popper ve (...) Kuhn gibi düşünürler ve onların bilimsellik, rasyonalite gibi temel problemlere yönelik çeşitli çözüm önerileriyle geliştirdikleri kuramları bulunmaktadır. Viyana Çevresi'nin olgusal temelli doğrulamacılığa dayanan bilim anlayışına eleştiriler yönelterek, Popper'ın bilimsellik ölçütü olan yanlışlamacılığı "dogmatik", "metodolojik" ve "sofistike" yanlışlamacılık şeklinde analiz eden Lakatos, bu analizini Kuhn'un bilimsel devrimler ile geliştirdiği tarih tasarımı ile sentezlemeye çabalamıştır. Bu çalışmada, Lakatos'un bilimsel metodolojisi için öne sürdüğü yeni çözüm önerisi bağlamında kendinden önceki bilimsel görüşlere yönelik eleştirilerini incelemek, bilim anlayışının bilim felsefesi açısından önemini belirlemek ve bilimsel yöntem sorunu üzerine düşüncelerini irdelemek amaçlanmaktadır. (shrink)

LEITE (Fábio Rodrigo) – STOFFEL (Jean-François), Introduction (pp. 3-6). BARRA (Eduardo Salles de O.) – SANTOS (Ricardo Batista dos), Duhem’s analysis of Newtonian method and the logical priority of physics over metaphysics (pp. 7-19). BORDONI (Stefano), The French roots of Duhem’s early historiography and epistemology (pp. 20-35). CHIAPPIN (José R. N.) – LARANJEIRAS (Cássio Costa), Duhem’s critical analysis of mecha­ni­cism and his defense of a formal conception of theoretical phy­sics (pp. 36-53). GUEGUEN (Marie) – PSILLOS (Stathis), Anti-­scepticism and epistemic humility (...) in Pierre Duhem’s philosophy of science (pp. 54-72). LISTON (Michael), Duhem : images of science, historical continuity, and the first crisis in physics (pp. 73-84). MAIOCCHI (Roberto), Duhem in pre-war Italian philos­ophy : the reasons of an absence (pp. 85-92). HERNÁNDEZ MÁRQUEZ (Víctor Manuel), Was Pierre Duhem an «esprit de finesse» ? (pp. 93-107). NEEDHAM (Paul), Was Duhem justified in not distinguishing between physical and chemical atomism ? (pp. 108-111). OLGUIN (Roberto Estrada), «Bon sens» and «noûs» (pp. 112-126). OLIVEIRA (Amelia J.), Duhem’s legacy for the change in the historiography of science : An analysis based on Kuhn’s writings (pp. 127-139). PRÍNCIPE (João), Poincaré and Duhem : Resonances in their first epistemological reflec­tions (pp. 140-156). MONDRAGON (Damián Islas), Book review of «Pierre Duhem : entre física y metafísica» (pp. 157-159). STOFFEL (Jean-François), Book review of P. Duhem : «La théorie physique : son objet, sa structure» / edit. by S. Roux (pp. 160-162). STOFFEL (Jean-François), Book review of St. Bordoni : «When historiography met epistemology» (pp. 163-165). (shrink)

● Sergio Cremaschi, The non-existing Island. The chapter discusses how the cleavage between the Continental and the Anglo-American philosophies originated, the (self-)images of both philosophical worlds, the converging rediscoveries from the Seventies, and recent ecumenic or anti-ecumenic strategies. I argue that pragmatism provides an important counter-instance to the familiar self-images and the fashionable ecumenic or anti-ecumenic strategies. The conclusions are: (i) the only place where Continental philosophy exists (as Euro-Communism one decade ago) is America; (ii) less obviously, also analytic philosophy (...) does not exist, or does no more exist as a current or a paradigm; what does exist is, on the one hand, philosophy of language and, on the other, philosophy of mind, that is, two disciplines; (iii) the dissolution of analytic philosophy as a school has been highly fruitful, precisely in so far as it has left room for disciplines and research programmes; (iv) what is left, of the Anglo-American/Continental cleavage is primarily differences in styles, depending partly on intellectual traditions, partly owing to sociology, history, institutional frameworks; these differences should not be blurred by rash ecumenism; besides, theoretical differences are alive as ever, but within both camps; finally, there is indeed a lag (not a difference) in the appropriation of intellectual techniques by most schools of 'Continental' philosophy, and this should be overcome through appropriation of what the best 'analytic' philosophers have produced. ● Michael Strauss, Language and sense-perception: an aspect of analytic philosophy. To test an assertion about one fact by comparing it with perceived reality seems quite unproblematic. But the very possibility of such a procedure is incompatible with the intellectualistic basis of logical positivism and atomism (as it is for example to be found in Russell's Analysis of Mind). According to the intellectualistic approach pure sensation is meaningless. Sensation receives its meaning and order from the intellect through interpretation, which is performed with the help of linguistic tools, i.e. words and sentences. Before being interpreted, sensation is not a picture or a representation, it is neither true nor false, neither an illusion nor knowledge; it does not tell us anything; it is a lifeless and order-less matter. But how can a thought (or a proposition) be compared with such a lifeless matter? This difficulty confronts the intellectualist, if on the one hand he admits the necessity of comparing thought with sense-perception, and on the other hand presupposes that we possess only intellectual and no immediate perceptual understanding of what we see and hear. In this paper I give a critical exposition of three attempts, made by Russell, Neurath and Wittgenstein, to solve this problem. The first attempt adheres to strict conventionalism, the second tends to naturalism and the third leads to an amended, very moderate version of conventionalism. This amended conventionalism looks at sense impressions as being a peculiar language, which includes primary symbols, i.e. symbols not founded on convention and not being in need of interpretation. ● Ernst Tugendhat, Phenomenology and language analysis. The paper, first published in German in 1970, by which Tugendhat gave a start to the German rediscovery of analytic philosophy. The author stages a confrontation between phenomenology and language analysis. He argues that language analysis does not differ from phenomenology as far as the topics dealt with are concerned; instead, both currents are quite different in method. The author argues that language-analytic philosophy does not simply lay out of the mainstream of transcendental philosophy, but that instead it challenges this tradition on the very level of foundations. The author criticizes the linguistic-analytic approach centred on the subject as well as any object-centred approach, while proposing inter-subjective understanding through language as the new universal framework. This is, when construed in so general terms, the same program of hermeneutics, though in a more basic version. ● Jürgen Habermas, Language game, intention and meaning. On a few suggestions by Sellars and Wittgenstein. The paper, first published in German in 1975, in which Habermas announces his own linguistic turn through a discovery of speech acts. In this essay the author wants to work out a categorical framework for a communicative theory of society; he takes Wittgenstein's concept of language game as a Leitfade and, besides, he takes advantage also of Wilfried Sellars's quasi-transcendental account of the genesis of intentionality. His goal is to single out the problems connected with a theory of consciousness oriented in a logical-linguistic sense. ● Zvie Bar-On, Isomorphism of speech acts and intentional states. This essay presents the problem of the formal relationship between speech acts and intentional states as an essential part of the perennial philosophical question of the relation between language and thought. I attempt to show how this problem had been dealt with by two prominent philosophers of different camps in our century, Edmund Husserl and John Searle. Both of them wrote extensively about the theory of intentionality. I point out an interesting, as it were unintended, continuity of their work on that theory. Searle started where Husserl left off 80 years earlier. Their meeting point could be used as the first clue in our search. They both adopted in effect the same distinction between two basic aspects of the intentional experience: its content or matter, and its quality or mode. Husserl did not yet have the concept of a speech act as contradistinguished from an intentional state. The working hypothesis, however, which he suggested, could be used as a second clue for the further elaboration of the theory. The relationship of the two levels, the mental and the linguistic, which remained for Husserl in the background only, became the cornerstone of Searle' s inquiry. He employed the speech act as the model and analysed the intentional experience by means of the conceptual apparatus of his own theory of speech acts. This procedure enabled him to mark out a number of parallelisms and correlations between the two levels. This procedure explains the phenomenon of the partial isomorphism of speech acts and intentional states. ● Roberta de Monticelli, Ontology. A dialogue among the linguistic philosopher, the naturalist, and the phenomenological philosopher. This paper proposes a comparison between two main ways of conceiving the role and scope of that fundamental part of philosophy (or of "first" philosophy) which is traditionally called "ontology". One way, originated within the analytic tradition, consists of two main streams, namely philosophy of language and (contemporary) philosophy of mind, the former yielding "reduced ontology" and the latter "neo-Aristotelian ontology". The other way of conceiving ontology is exemplified by "phenomenological ontology" (more precisely, the Husserlian, not the Heideggerian version). Ontology as a theory of reference ("reduced" ontology, or ontology as depending on semantics) is presented and justified on the basis of some classical thesis of traditional philosophy of language (from Frege to Quine). "Reduced ontology" is shown to be identifiable with one level of a traditional, Aristotelian ontology, namely the one which corresponds to one of the four "senses of being" listed in Aristotle's Metaphysics: "being" as "being true". This identification is justified on the basis of Franz Brentano's "rules for translation" of the Aristotelian table of judgements in terms of (positive and negative) existential judgments such as are easily translatable into sentences of first order predicate logic. The second part of the paper is concerned with "neo-Aristotelian ontology", i.e. with naturalism and physicalism as the main ontological options underlying most of contemporary discussion in the philosophy of mind. The qualification of such options as "neo-Aristotelian" is justified; the relationships between "neo-Aristotelian ontology" and "reduced ontology" are discussed. In the third part the fundamental tenet of "phenomenological ontology" is identified by the thesis that a logical theory of existence and being does capture a sense of "existing" and "being" which, even though not the basic one, is grounded in the basic one. An attempt is done of further clarifying this "more basic" sense of "being". An argument making use of this supposedly "more basic" sense is advanced in favour of a "phenomenological ontology". ● Kuno Lorenz, Analytic Roots in Dialogic Constructivism. Both in the Vienna Circle ad in Russell's early philosophy the division of knowledge into two kinds (or two levels), perceptual and conceptual, plays a vital role. Constructivism in philosophy, in trying to provide a pragmatic foundation - a knowing-how - to perceptual as well as conceptual competences, discovered that this is dependent on semiotic tools. Therefore, the "principle of method" had to be amended by the "principle of dialogue". Analytic philosophy being an heir of classical empiricism, conceptually grasping the "given", and constructive philosophy being an heir of classical rationalism, perceptually providing the "constructed", merge into dialogical constructivism, a contemporary development of ideas derived especially from the works of Charles S. Peirce (his pragmatic maxim as a means of giving meaning to signs) and of Ludwig Wittgenstein (his language games as tools of comparison for understanding ways of life). 7. Albrecht Wellmer, "Autonomy of meaning" and "principle of charity" from the viewpoint of the pragmatics of language. In this essay I present an interpretation of the principle of the autonomy of meaning and of the principle of charity, the two main principles of Davidson's semantic view of truth, showing how both principles may fit in a perspective dictated by the pragmatics of language. I argue that (I) the principle of the autonomy of meaning may be thoroughly reformulated in terms of the pragmatics of language, (ii) the principle of charity needs a supplement in terms of pragmatics of language in order to become really enlightening as a principle of interpretation. Besides, I argue that: (i) on the one hand, the fundamental thesis of Habermas on the pragmatic theory of meaning ("we understand a speech act when we know what makes it admissible") is correlated with the seemingly intentionalist thesis according to which we understand a speech act when we know what a speaker means; (ii) on the other hand, to say that the meaning competence of a competent speaker is basically a competence about a potential of reasons (or also of possible justifications) which is inherently connected with the meaning of statements, or with their use in utterances. ● Rüdiger Bubner, The convergence of analytic and hermeneutic philosophy This paper argues that the analytic philosophy does not exist, at least as understood by its original programs. Differences in the analytic camp have always been bigger than they were believed to be. Now these differences are coming to the fore thanks to a process of dissolution of dogmatism. Philosophical analysis is led by its own inner logic towards questions that may be fairly qualified as hermeneutic. Recent developments in analytic philosophy, e.g. Davidson, seem to indicate a growing convergence of themes between philosophical analysis and hermeneutics; thus, the familiar opposition of Anglo-Saxon and Continental philosophy might soon belong to history. The fact of an ongoing appropriation of analytical techniques by present-day German philosophers may provide a basis for a powerful argument for the unity of philosophizing, beyond its strained images privileging one technique of thinking and rejecting the remainder. Actual philosophical practice should take the dialogue between the two camps more seriously; in fact, the processes described so far are no danger to philosophical work. They may be a danger for parochial approaches to philosophizing; indeed, contrary to what happens in the natural sciences, Thomas Kuhn's "normal science" developing within the framework of one fixed paradigm is not typical for philosophical thinking. And in philosophy innovating revolutions are symptoms more of vitality than of crisis. ● Karl-Otto Apel, The impact of analytic philosophy on my intellectual biography. In my paper I try to reconstruct the history of my Auseinandersetzung mit - as I called it - "language-analytical" philosophy (including even Peircean semiotics) since the late Fifties. The heuristics of my study was predetermined by two main motives of my beginnings: the hermeneutic turn of phenomenology and the transformation of "transcendental philosophy" in the light of the "language a priori". Thus, I took issue with the early and the later Wittgenstein, logical positivism, and post-Wittgensteinian and post-empiricist philosophy of science (i.e. G.H. von Wright and the renewal of the "explanation vs understanding controversy" as well as the debate between Th. Kuhn and Popper/Lakatos); besides, with speech act theory and the debate about "transcendental arguments" since Strawson. The "pragmatic turn", started already by C.L. Morris and the later Carnap, led me to study also the relationship between Wittgensteinian "use" theory of meaning and of truth. This resulted on my side in something like a program of "transcendental semiotics", i.e. "transcendental pragmatics" and "transcendental hermeneutics". ● Ben-Ami Scharfstein, A doubt on both their houses: the blindness to non-western philosophies. The burden of my criticism is that contemporary European philosophers of all kinds have continued to think as if there were no true philosophy but that of the West. For the most part, the existentialists have been oblivious of their Eastern congeners; the hermeneuticians have yet to stretch their horizons beyond the most familiar ones; and the analysts remain unaware of the analyses and linguistic sensitivities of the ancient non-European philosophers. Briefly, ignorance still blinds almost all contemporary Western philosophers to the rich, variegated philosophical traditions outside of their familiar orbit. Both Continental and Anglo-Americans have lost the breadth of view that once characterized such thinkers as Herder and the Humboldts. The blindness that has resulted is not simply that of individual Western philosophers but of our whole, still parochial philosophical culture. (shrink)

Bilime ve bilimsel bilgiye yönelik yaygın görüş, bilimin objektif bir faaliyet olduğudur. Bu görüş bilimsel bilginin elde edilmesinde, bilim insanlarının nesnel bir tavır sergilediğini ve onların sosyal faktörlerden etkilenmediğini varsaymaktadır. Yirminci yüzyılın ikinci çeyreğinde, Viyana Çevresi ve Karl Popper'ın düşünceleri ile bilimde sosyolojik ve psikolojik unsurların keşif bağlamı içerisinde görülebileceği, bilimsel kuramların ve araştırmaların gerekçelendirilmesine yönelik girişimlerin ise yalnızca nesnel, epistemik çalışmalardan oluştuğu ileri sürülmektedir. Keşif bağlamı ve gerekçelendirme bağlamı adı altında yapılan bu ayrıma ilişkin iddialar, Thomas Kuhn'un 1962 (...) yılında yayımlanmış olan 'Bilimsel Devrimlerin Yapısı' adlı kitabında vurguladığı argümanlar ile sekteye uğramaktadır. Kuhn, sosyal ve psikolojik etkenlerin her iki bağlamda da yer aldığını ifade etmekte ve bu sebeple keşif ve gerekçelendirme ayrımına karşı çıkmaktadır. Bu çerçevede makalede, Kuhn'un ulaşmış olduğu sonuçlar Güçlü Program'ın öne sürmüş olduğu argümanlar çerçevesinde desteklenerek ortaya konulmaktadır. -/- ABSTRACT That science is an objective activity is the common view towards science and scientific knowledge. This view assumes that scientists have an objective attitude isolated from social factors in the process of obtaining scientific knowledge. In the second quarter of the twentieth century, the Vienna Circle and Popper argued that sociological and psychological elements can be seen in the context of discovery and that attempts to justify scientific theories and research are merely objective, epistemic studies. The claims regarding this distinction made under the context of discovery and the context of justification are interrupted by the arguments emphasized by Kuhn in his "The Structure of Scientific Revolutions" published in 1962. Kuhn opposes the distinction between discovery and justification by stating that social and psychological factors are present in both contexts. In this respect, Kuhn's conclusions are supported by the arguments put forward by the Strong Programme. (shrink)

SOCIOLOGIA DO TRABALHO: O CONCEITO DO TRABALHO DA ANTIGUIDADE AO SÉCULO XVI -/- SOCIOLOGY OF WORK: THE CONCEPT OF WORK OF ANTIQUITY FROM TO THE XVI CENTURY -/- RESUMO -/- Ao longo da história da humanidade, o trabalho figurou-se em distintas posições na sociedade. Na Grécia antiga era um assunto pouco, ou quase nada, discutido entre os cidadãos. Pensadores renomados de tal época, como Platão e Aristóteles, deixaram a discussão do trabalho para um último plano. Após várias transformações sociais entre (...) diferentes eras e povos, o trabalho foi ganhando espaço nos debates entre os povos, como os caldeus, hebreus e romanos. O trabalho conferiu-se no escopo da discussão social. Na Idade Média, com Agostinho, Santo Aquino e outros o labor foi concebido como algo benéfico e divino. O que se via como algo “escravo” ao povo, transformou-se em necessidade e benevolência divina. -/- Palavras-chave: Conceito; Trabalho; História; Definição. -/- ABSTRACT -/- Throughout the history of mankind, work has figured itself in different positions in society. In ancient Greece it was a little matter, or almost nothing, discussed among the citizens. Renowned thinkers of such a time, like Plato and Aristotle, left the discussion of the work for a last plan. After several social transformations between different eras and peoples, work was gaining space in the debates among peoples, such as the Chaldeans, Hebrews and Romans. The work has taken place within the scope of social discussion. In the Middle Ages, with Augustine, Saint Aquinas and others the work was conceived as something beneficial and divine. What was seen as something “slave” to the people, became need and divine benevolence. -/- Keywords: Concept; Work; History; Definition. -/- BASES TEMÁTICAS DESSE TRABALHO -/- ➢ O trabalho é um conceito construído socialmente; -/- ➢ A modernidade trouxe consigo mudanças significativas quanto à valorização do trabalho; -/- ➢ A origem dos mercados de trabalho, juntamente com o surgimento do capitalismo, minimizou o trabalho como um mero emprego assalariado; -/- ➢ O trabalho, no entanto, apresenta múltiplas manifestações nas nossas sociedades. -/- 1. A VISÃO GREGA DE TRABALHO -/- Comecemos pelos gregos, uma civilização excitante que, durante muitos séculos antes de Cristo, já começava a elaborar riquíssimas reflexões sobre vários aspectos da vida humana. No entanto, surpreende aqueles de nós que já ler os primeiros filósofos gregos, como entre tantas análises rigorosas e “diálogos”, um elemento tão central na vida social dos povos, como o trabalho havia tido escassa repercussão. A explicação só faz sentido, justamente, ao analisar a valorização que esses grandes pensadores tinham acerca do nosso objeto de estudo que é o trabalho. Embora, como supracitado, os gregos não tivessem uma visão unânime sobre o trabalho, não é menos certo assinalar que para esta civilização o trabalho foi considerado um fato altamente desvalorizado. O trabalho, para eles, dado a sua vinculação com a dimensão de constrangimento e necessidades, limitava a liberdade dos indivíduos, condição indispensável para integrar o mundo da “pólis” na qualidade de cidadão. O homem livre realizava atividades absolutamente desinteressadas: a atividade intelectual (que não era considerada trabalho) fazia parte do ócio e da contemplação. O trabalho, reservado apenas aos escravos, como bem sinala Hopenhayn (1955), significava uma mera função produtiva. Portanto, o escravo passou a ser unicamente uma força de trabalho. Como tal, ele não tem personalidade e pertence ao seu mestre, como uma coisa entre muitas. Como objeto de propriedade, escapa ao pensamento antropológico que domina a filosofia sofista e socrática, porque para o cidadão grego falar de escravo não implica um sujeito pensante, senão uma coisa ou, no máximo, a força. Também escapa ao pensamento platônico, porque, como uma coisa, parece totalmente desvalorizado na construção idealista-dualista da realidade (HOPENHAYN, 1988. p. 23 – Tradução própria). -/- Três termos fundamentais que devemos recordar da tradição grega: -/- 1 – Ponos: penalidade, fadiga; -/- 2 – Banausia: trabalho mecânico, e -/- 3 – Ergon: realização. -/- Vejamos como essa noção de trabalho é construída como algo servil (ponos), ao qual uma visão positiva de lazer e contemplação foram contrastadas como uma atividade puramente humana e libertadora. As raízes do supracitado são encontradas no valor eticamente supremo da autarquia socrática. Segundo essa noção alcunhada por Sócrates (469-399 a.C.), todo aquele que trabalha está submetido tanto à matéria como aos homens para quem trabalha. Nessa medida, sua vida carece de autonomia e, portanto, de valor moral. Naturalmente, não só os escravos, mas também qualquer trabalhador dedicado a todos os tipos de tarefas manuais, foram desprezados por um pensamento helênico indubitavelmente aristocrático. Para Platão (427-347 a.C.), de origem aristocrática, descendente do último rei de Atenas e discípulo de Sócrates, a autarquia continua a ser perpetrada como um valor ético supremo e, em consonância com os interesses da aristocracia fundiária, afirmava que somente a agricultura evocava autêntica autonomia. Dessa forma, o pensamento platônico restringiu a participação política a escravos, comerciantes e artesãos. Todos eles têm em comum a dependência das condições materiais em que produzem e trocam mercadorias. O plano político estará intimamente relacionado ao econômico-trabalhista: somente quem é capaz de governar a si mesmo (e como sabemos, acontece com aqueles que não trabalham ou possuem terras), pode governar os outros. Somente a liberação total da prática mundana do trabalho abre as possibilidades de dedicar-se, como fez Platão, à contemplação (σχολή), à filosofia e às ciências, e por meio disso saber distinguir o bem do mal, o justo do injusto, o verdadeiro do falso. Quem poderia dedicar-se a tais “tarefas nobres”? Evidentemente, aqueles que não precisam fazer parte da população trabalhadora, isto é, a aristocracia. Esse sistema de governo aristocrático foi defendido, obviamente, por Platão. Em sua “A República” sinala que o governo perfeito é o aristocrático, e que a este se sucedem a timocracia (governo dos guerreiros), a oligarquia (dos ricos) e a democracia (“governo daqueles que amam o prazer, a mudança e a liberdade), que perece por seus excessos nas mãos de alguns homem audaz que se coloca à frente do povo para defender a democracia e “do tronco desses protetores do povo nasce o tirano”, dando origem à tirania.(2) Em seu diálogo “Político” podemos ler: Aqueles que possuem a si mesmos através da compra, e aqueles que podem ser chamados sem nenhuma discussão de escravos, não participam da arte real [...] E todos aqueles que são livres, se dedicam espontaneamente a atividades servis como as supracitadas, transportando e trocando produtos da agricultura e de outras artes; que nos mercados, indo de cidade em cidade por mar e terra, trocando dinheiro por outras coisas ou por dinheiro, o que chamamos de banqueiros, comerciantes, marinheiros e revendedores, poderão, por acaso, reivindicar para eles algo da ciência política? [...], mas também aqueles que estão dispostos a prestar serviços a todos por salários ou por subsídios, nunca os encontramos participantes na arte de governar [...] Como os chamaremos? Como você acabou de dizer agora: servidores, mas não governantes dos estados (PLATÃO, 1983. pp. 237-8 – adaptado). Esse estado ideal que Platão projetou em seus ensinamentos estava longe, a propósito, da democracia ateniense defendida por Péricles. De certa forma, Platão só confiava em uma elite no poder constituída por uns poucos (oligarquia) que não deveriam se render às tarefas servis da produção e circulação das riquezas. Para ele, as crianças aristocráticas deveriam ser selecionadas desde a infância, recebendo uma educação suficiente tanto em filosofia quanto nas “artes da guerra”. Aos trinta anos, eles já seriam capazes de passar por um exame donde seriam selecionados os “filósofos-reis” encarregados do governo. De fato, no entanto, suas concepções de governo nunca poderiam ser executadas com pureza; ou pela chamada “contrarrevolução aristocrática”, ou pela invasão estrangeira subsequente. Essa visão do trabalho que estamos a analisar, como bem sinala Henri Arvon (1914- 1992), conduz a uma sociedade basicamente conservadora e estancada no produtivo. (3) A ideia de liberdade, ócio e contemplação como valores superiores, propõe um desprezo pelo trabalho que, como vimos, é uma atividade puramente transformadora. Há aqueles que, mediante tal contestação, arriscam fundamentar que grande parte do subdesenvolvimento tecnológico na Grécia derive justamente a essa cultura tão peculiar em relação ao trabalho. Caso contrário, se houvesse escravos, por que avançar em conhecimentos que facilitaram o trabalho? Não nos surpreende, nesse sentido, que uma civilização capaz de criar conhecimentos espetaculares em áreas particularmente complexas como a geometria (Euclides), por outro lado, não soubesse (ou não gostaria) de avançar em conhecimentos técnicos aplicáveis ao campo econômico-trabalhista. Já vimos como a cidadania era o escopo da de alguns aristocratas da civilização helênica. Hannah Arendt (1906-1975) sinalava que os gregos distinguiam entre os escravos, os inimigos vencidos (dmôes ou douloi) que estavam encarregados do trabalho doméstico, e os demiourgoi, homens livres para se deslocarem do domínio privado para o público. Somente depois do século V, sinala Arendt, a pólis começou a classificar as ocupações de acordo com os esforços que eles exigiam. Nisso, Aristóteles (384-322 a.C.) teve que desempenhar um papel preponderante que colocou aqueles cujo “corpo está mais deformado” na faixa mais baixa. Ele não admitiria, portanto, aos estrangeiros (os escravos), nem tampouco aos banausoi, antes dos demiourgoi, trabalhadores e artesãos que deviam resignar-se ao mundo dos “oikos”. Estes, não só estavam submetidos à necessidade como eram incapazes de ser livres, mas também incapazes de governar a parte “animal” do seu ser (República, 590). Serão eles, não obstante, aqueles que permitem o florescimento da chamada democracia helênica, pois, quem senão os trabalhadores (escravos ou artesãos) poderia manter com seu esforço o ócio e a contemplação dos “homens livres”, cidadãos do mundo? Como foi supracitado, será Aristóteles quem delimitará ainda mais os direitos de cidadania. Sua cidade ideal, como em Platão, diferenciaria os governantes dos governados. O primeiro, constituído pela classe militar, estadistas, magistrados e sacerdócio. O segundo, pelos agricultores, artesãos e os camponeses. Com os comerciantes há uma certa ambivalência: embora ele considerava uma ocupação antinatural, estava disposto a admiti-los até certo ponto em sua cidade ideal, cuja base seguiria sendo a escravidão. Em sua Política, ele explana: A cidade mais perfeita não fará do trabalhador manual (artesão) um cidadão. Caso o admitir como tal, a definição de virtude cívica [...] não alcança todos os cidadãos, nem apenas os homens livres, mas só os que estão isentos de trabalhos indispensáveis à sobrevivência. Destes, os que estão a serviço de um só indivíduo, são escravos; os que servem a comunidade, são trabalhadores manuais (artesãos) ou trabalhadores não qualificados (ARISTÓTELES, 1998. p. 203). Tampouco compreenderá os agricultores como reivindicava Platão: “Tampouco deverão ser agricultores os futuros cidadãos, pois para a formação de sua virtude e para a atividade política, o ócio é necessário”. Essa prolifera discussão ocorreu em uma civilização onde começaram a surgir as primeiras mudanças produtivas derivadas do crescimento econômico feito do descobrimento do ferro, e sua posterior divisão do trabalho, onde florescem os grupos de comerciantes e a aristocracia proprietária de terras começa a dominar. Os pensadores da época, mais aliados a estes últimos, contrariavam os princípios da acumulação comercial. Em sua Política, Aristóteles aconselha os cidadãos a absterem-se de qualquer profissão mecânica e de toda especulação mercantil. O primeiro, porque limita intelectualmente, e o segundo, porque degrada o ético. Somente o ócio (scholé), para esses pensadores, permite a virtuosidade e a capacidade de julgar. A Koinonia politiké (comunidade dos homens livres) era típica daqueles que não precisavam de trabalho, relegando a população trabalhadora ao mero âmbito da reprodução material (chrematistiké), o que só era possível em um contexto de alta divisão do trabalho onde um grupo minoritário (oligarquia) vivia à custa do trabalho da maioria (muitos deles escravos). O termo “ócio” provém de “scholé”, entendido entre os gregos como tempo para si mesmo, para a contemplação (sjolé) e, portanto, para a formação (scholé = escola). Desse ponto de vista, o ócio para os gregos é um fim em si mesmo. Entre os romanos, no entanto, adquire outra conotação. Em latim octium, designa o campo contraposto ao neo-octium (negócio), ou seja, é o tempo de descanso que permite dedicar-se ao negócio. Tal visão sobre o trabalho e o ócio, respectivamente, não foi, no entanto, como supracitado no início, unanimemente desenvolvida em toda a história da civilização helênica. Os textos de Homero(4) (séculos IX e VIII a.C.) são mais reservados a respeito, mas acima de tudo, na Grécia antiga encontramos autores como Hesíodo (século VIII), que postulavam outras teses. Para o autor de “Os trabalhos e os dias”, o trabalho se constituía em um justo e necessário castigo que Zeus impôs aos homens pelo pecado de Prometeu. Note a similitude com a crença bíblica que veremos adiante. Hesíodo explana: Lembre-se sempre do meu conselho e trabalhe [...] os deuses e os homens se indignam com quem ocioso vive, semelhante em caráter aos zangões sem ferrão, que consomem o esforço das abelhas [...] O trabalho não é nenhuma desonra; desonra é não trabalhar (HESÍODO, 2012. p. 93 e 95). Também entre alguns sofistas (aqueles que vendiam sua sabedoria a quem gostaria de comprá-la), como Protágoras (século V a.C.), “o primeiro e o maior deles”(5), coloca o estudo e a arte (técnica) na mesma faixa, e Antifonte (século V a.C.) disse: “[...] e as honras e preços, e toda a espécie de encorajamento que Deus incumbiu aos homens, devem necessariamente resultar de fadiga e suor”. Como conviveu a cultura grega com essas noções tão diferentes? Tenho a ideia, juntamente com Hopenhayn, que o desprezo dos pensadores gregos pelo manual foi causado pela violência dos guerreiros e dos aristocratas de plantão, que impuseram aos seja derrotados o jugo. Do trabalho árduo e difícil. Porque a aristocracia queria trabalhar nessas condições? A própria divisão do trabalho em si possibilitou o crescimento da civilização helênica, estava gerando diferentes classes com visões distintas sobre o trabalho. Por outro lado, surgiram os camponeses pobres, os derrotados e aqueles que tinham que viver do trabalho artesanal. Essas pessoas, na maioria das vezes isoladas do mundo da “polis”, gerariam suas próprias leituras dos acontecimentos, seus próprios espaços para o desenvolvimento cultural, inclusive sua própria religião, distante daquela imposta pela visão aristocrática, olímpica, contemplativa e estética dos “homens livres”. -/- 2. A VISÃO DOS CALDEUS ACERCA DO TRABALHO -/- A leitura de outros povos e civilizações sobre este tema tem sido diferente. Entre os caldeus, por exemplo, a visão pejorativa analisada entre os gregos não é registrada. Nas escrituras sagradas da religião de Zaratustra (o Avesta), lemos: “É um santo aquele que constrói uma casa, na qual mantém o fogo, o gado, sua mulher, seus filhos, os bons párias. Aquele que faz a terra produzir trigo, que cultiva os frutos do campo, cultiva corretamente a pureza” (HOPENHAYN, 1988. p. 35). Para os caldeus, como se pode observar, o trabalho implica, de uma posição diametralmente oposta à helênica, uma contribuição na ordem econômica, mas também na espiritual. Trabalhar não é só “cultivar o trigo” (dimensão das necessidades fisiológicas), mas também “cultivar a pureza”, dimensão esta, relacionada com a satisfação das necessidades espirituais. Por que apreciamos uma diferença tão acentuada entre essas culturas? Provavelmente, os diferentes graus de desenvolvimento dos povos levaram a isso. Enquanto entre os gregos primava uma divisão do trabalho, onde alguns tinham o status de “homens livres” dedicados à contemplação e ao ócio, outros não tinham escolha a não ser trabalhar, em uma situação de domínio em relação às naturezas daqueles que o empregaram. Esse não foi o caso dos caldeus, que possuía um escasso dividido trabalho, em que a todos se correspondia uma atividade laboriosa. -/- 3. A VISÃO DOS HEBREUS SOBRE O TRABALHO -/- No meio do caminho entre os caldeus e os gregos, encontramos a avaliação do trabalho feita pelos hebreus, dessa vez, tingindo de ambivalências. Tal como ponderava Hesíodo entre os gregos, para os hebreus, o trabalho se constituía de um mal necessário; em um meio para expiar os pecados; dessa vez não de Prometeu, mas de Adão e Eva. Vamos ver, no entanto, alguns aspectos mais complexos. A primeira coisa a se notar da perspectiva hebraica (compartilhada com o cristianismo) é o que se resulta da leitura do livro de Gênesis, aquela história poética e cheia de imagens para elucidar facilmente a origem da criação. Lá se estabelece a ideia de um deus criador-trabalhador: “No princípio Deus criou o céu e a terra [...] No sétimo dia Deus já havia concluído a obra que realizara, e nesse dia descansou [...] de toda a obra que realizara na criação”.(7) Esse Deus como primeira causa (São Tomás de Aquino (1225-1274)) denota laboriosidade seu correspondente descanso, um binômio que será fundamental para compreender a evolução do direito do trabalho e do direito ao descanso semanal contemporâneo. Digamos, em segundo lugar, que o Senhor Deus providenciou o trabalho no Éden: “O Senhor Deus colocou o homem no jardim do Éden para cuidar dele e cultivá-lo”.(8) Portanto, não é certa a ideia de que o trabalho é o resultado do pecado: ao contrário, é um trabalho árduo aquele que deriva do pecado segundo a tradição hebraico-cristã. Antes, na ausência do pecado, havia uma espécie de bom trabalho. Foi o pecado original, que levou Deus a condenar Adão e Eva, e por isso a toda a humanidade, a “ganhar o pão com o suor da sua testa”. “Por isso o Senhor Deus o mandou embora do jardim do Éden para cultivar o solo do qual fora tirado”. (9) O Talmude diz: “Se o homem não encontra seu alimento como animais e pássaros, precisa ganhá-los, isso se deve ao pecado”. Essa sentença, de caráter histórico, promove a ideia de trabalho como meio para expiar o pecado original, mas também como meio para produzir; isto é, legitimando a mudança inerente a todo trabalho e, portanto, legitimando também aquela vontade transformadora que caracterizou desde sempre os povos hebreus.(10) Agora, ao contrário dos caldeus, para os hebreus da antiguidade, o trabalho nunca teve um fim ético em si mesmo, mas foi constituído apenas como um meio. Essa visão esteve sempre presente, e caracteriza muito claramente a concepção que muitos integrantes de nossas sociedades contemporâneas possuem sobre o trabalho, além da religião de cada um. -/- 4. OS ROMANOS E O TRABALHO -/- Os romanos, por sua vez, deram uma importante contribuição para o desenvolvimento do conceito de trabalho. Se bem que, a grosso modo, não houvesse grandes diferenças com o pensamento dos gregos, com quem eles tinham em comum, além disso, uma maior divisão do trabalho fruto do desenvolvimento econômico e o uso massivo de mão de obra escrava(11); a maior contribuição do ponto de vista de sua originalidade histórica estava presente na tradição jurídica que inauguraria o Império Romano. O maior impacto por meios jurídicos e não filosóficos é explicado pelo fato de que os romanos, ao contrário dos gregos, não conseguiram “inspirar” a produção de grandes pensadores sociais. Com efeito, para os romanos, como o escravo não era considerado uma pessoa, o viam-no desprovido de personalidade jurídica. Isso conduziu a negação da relação de trabalho entre a pessoa encarregada de um trabalho manual (escravo) e seu dono. Tal relação correspondia, acima de tudo, ao direito de propriedade que os juristas romanos haviam garantido quase sem limites para seus cidadãos. O problema, como aponta Hopenhayn, surgiu quando o proprietário não ocupa seu escravo, mas aluga-o para terceiros. Surge assim a figura do arrendamento de serviços, que deriva do arrendamento das coisas. Porém, como na realidade o que se alugava era a força de trabalho, a qualidade jurídica desloca-se para a atividade realizada pelo escravo. Dessa forma, a atividade do trabalhador, primeiro do escravo, posteriormente do homem livre, começa a ser tratada como uma coisa, e se converte em antecedente do arrendamento de serviços do Direito Civil moderno. Ademais, na tradição romana, o trabalho manual estava desprestigiado. Cícero (106-43 a.C.) em De Officiis, estabeleceu com fria claridade “ipsa merces est auctoramentum servitius”(12) (todo trabalho assalariado é trabalho escravo). A vida era difícil para esses trabalhadores: nos territórios sob domínio romano, Augusto (63-14 a.C.) tinha imposto um tributo à todos os homens que exerciam algum tipo de trabalho manual, além do imposto à residência, às valas e outros mais particulares como o imposto para a detenção de porcos. Certamente, aqueles que levaram a pior parte no tempo da Roma Imperial foram os escravos (servi) sob domínio e propriedade de seus donos (domini). Me seus tempos de auge, a demanda de escravos em Roma era de 500.000 ao ano. Se compararmos com os 60.000 escravos negros trazidos a América nos anos de maior tráfico, teremos uma ideia mais ou menos exata da magnitude desse triste fenômeno. -/- 5. O CRISTIANISMO E O TRABALHO -/- As mensagens do cristianismo primitivo, são inseridas logo, nesse tempo histórico, onde Roma se tornava o centro das maiores mobilizações de rebeldia da antiguidade. Isaías, nesse sentido, proclamaria que o Messias viria: “[...] a pregar boas novas aos abatidos, a vendar aos quebrantados de coração, a publicar liberdade aos cativos, e aos presos a abertura do cárcere”.(13) Jesus, efetivamente, incluiu em sua missão, mensagens de libertação aos pobres e oprimidos. Porém, ao contrário do supracitado, como bem sinala Eric Roll (1907-2005), dos antigos profetas hebreus, não o faria saudando as comunidades tribais com seu espírito de grupo; mas animado por uma mensagem mais universal e permanente, proclamando uma mudança mais completa e integral na conduta do homem em sociedade, onde os valores de justiça e amor se colocariam em um primeiro plano. Evidentemente, a mensagem do cristianismo primitivo, e mais concretamente de Cristo, distava muito dos filósofos gregos. Deixemos que Roll explique: Temos visto que as doutrinas econômicas de Platão e, em certa medida, de Aristóteles, nasciam da aversão aristocrática ao desenvolvimento do comercialismo e da democracia. Seus ataques contra os males que acarreta o afã de acumular as riquezas são reacionárias: olham para trás, e o de Cristo olha para frente, pois exige uma mudança total, mas relações humanas. Aqueles sonhavam com um estado ideal destinado a proporcionar a “boa vida” para os cidadãos livres unicamente e cujas fronteiras eram as da cidade-estado daquele tempo; Cristo pretendeu falar por todos e para todos os homens. Platão e Aristóteles haviam justificado a escravidão; os ensinamentos de Cristo sobre a fraternidade entre todos os homens e o amor universal eram incompatíveis com a ideia da escravidão, apesar das opiniões expostas depois por São Tomás de Aquino. Os filósofos gregos, interessados somente pelos cidadãos, sustentaram opiniões muito rígidas sobre a diferente dignidade das classes de trabalho, e consideravam as ocupações servis, com exceção da agricultura, como próprias apenas para os escravos. Cristo, ao dirigir-se aos trabalhadores de seu tempo, proclamou pela primeira vez a dignidade de todas as classes de trabalho, assim materiais como espirituais (1942. p. 42 – Tradução própria). Não pode escapar desse estudo, o fato de que o próprio Jesus Cristo herdou o ofício de carpinteiro de seu “Pai” José; e que escolheu seus discípulos entre os pescadores e artesãos da região. Essa visão primitiva do cristianismo, no entanto, deve ser analisada no quadro das escrituras sagradas do Antigo Testamento que compartilha com a cultura (e obviamente a religião) hebraica. Nesse sentido, o trabalho não deixa de ser um meio, descartando-se como um fim em si mesmo. Mas, agora atribuindo-lhe um novo valor, sempre em tento um meio para um fim virtuoso: o trabalho será fundamental para permitir a satisfação das necessidades de cada um, mas também seus frutos, deverão ser inseridos em uma dimensão comunitária, onde o “próximo” necessitado esperará a contribuição fraterna e solidária do cristão. O trabalho, nessa perspectiva, não só possibilita o “tomar”, mas também o “dar”. Em relação a dupla perspectiva, é onde podemos entender a crítica do cristianismo a acumulação da riqueza. Como aponta o evangelista Mateus, “acumular o tesouro no céu, onde nem a traça nem a ferrugem os consomem, e onde os ladrões não perfuram nem roubam. Onde está o seu tesouro está seu coração”. (14) Com São Paulo se incorpora um novo componente valioso: a obrigatoriedade moral do trabalho. Em sua carta aos Tessalonicenses dita claramente “ao que não trabalha que não coma”. Diz São Paulo: Vocês sabem em que forma têm que nos imitar: nós trabalhamos enquanto estivemos entre vocês, não pedimos a ninguém um pão que não teríamos ganhado, senão que, de noite e dia, trabalhamos duramente até nos cansarmos, para não ser carga para nenhum de vocês [...] Além disso, quando estávamos com vocês lhes demos está regra: se alguém não quiser trabalhar, não coma. Mas agora ouvimos que há entre vocês alguns que vivem sem nenhuma disciplina e não fazem nada, muito ocupados em meter-se em tudo. A estes lhes mandamos e lhes rogamos, por Cristo Jesus, nosso Senhor, que trabalhem tranquilos para ganhar a vida (II Tes. 3:10). Essa frase, entendida somente no contexto de uma sociedade donde não existia um conceito de desemprego tal como entendemos atualmente, é curiosamente reproduzida pelo modelo soviético em pleno século XX. Com efeito, a Constituição da União Soviética estabeleceu em seu Artigo 12: “O trabalho é, na Rússia, uma questão de dever e de honra para todo cidadão fisicamente capaz. Essa obrigação é baseada no princípio: “quem não trabalha não come”. (15)(16) Para São Paulo, o trabalho deve ser o meio para ganhar a vida. Ele quis ser exemplo e enquanto pregava continuava trabalhando, presumivelmente como tecelão de tendas. A obrigatoriedade moral se aplica na medida em que a pessoa está em condições de o fazer. Para os incapacitados a fazê-lo (idosos, crianças, deficientes, doentes, acidentados etc.) existia a obrigatoriedade do socorro segundo a máxima do amor (ágape) ao próximo. Essas sentenças morais têm hoje em dia uma importante quota de explicação para com as contemporâneas políticas sociais. -/- 6. O TRABALHO NA IDADE MÉDIA -/- A Idade Média, período que ocupa desde o crepúsculo do Império Romano do Ocidente no século V pelos bárbaros, até o século XV, com a queda de Constantinopla, evidentemente mostra um conjunto importante de escolas e pensadores que marcaram pautas importantes para discernir o valor do trabalho nas diferentes culturas. A organização econômica mais visível nestes mil anos, onde operou o trabalho, consistia em extensões grandes de latifúndios errados do Império Romano (o sistema econômico denominado feudalismo), onde (mediante a falta de escravos) recorreu-se à mão de obra camponesa para o trabalho. O sistema, implicava o arrendamento de parte dessas terras a ex-escravos ou homens livres, em troca de uma renda em dinheiro e espécies, além do cultivo das próprias terras senhoriais. Por certo, a figura do servo não distava muito da do escravo se tivermos em conta as condições de funcionamento do contrato de trabalho. O comércio também teve seu lugar no sistema feudal, o mesmo adquiriu grande importância em certas regiões ou lugares, à exemplo de Constantinopla. A atividade econômica seguia seu rumo na história, e depois dos séculos IX e X, o crescimento das forças produtivas deu lugar a uma maior acumulação por parte de componentes e artesãos e, por certo, a uma maior apropriação de excedentes por parte do Senhor feudal. Essa situação foi ativante para a construção dos primeiros Burgos ou cidades, onde o comércio e a indústria artesanal teriam um marco mais adequado para o seu desenvolvimento. Essa é a etapa do nascimento dos primeiros grêmios corporativos (17). Então para o século XII, a estrutura feudal começa a desmoronar porque a produção de determinados bens começa a ser mais eficiente em cidades e não no feudo. O dinheiro, então, passou a ganhar maior peso que a terra, o que obriga os senhores feudais a aumentar seus rendimentos. Isso leva a um empobrecimento lógico dos camponeses, o que não dura muito, porque na primeira metade do século XIV, a maior parte dos servos alcança sua liberdade. Por sua vez, nessa apertada síntese da história econômica da Idade Média, devemos assinalar que pelo século XIV, e depois das Cruzadas e o posterior desenvolvimento do comércio internacional entre os impérios arábico e bizantino, inaugura-se uma etapa pré-capitalista que durará três séculos. É lá que se levanta mais energética a voz de alguns homens da Igreja contra a tendência à exaltação da riqueza já começava a avivar-se na Europa. São Tomás de Aquino, nesse sentido, não considerará ao comércio pré-capitalista bom ou natural. No entanto, ele o julgava inevitável uma vez que era o meio ao qual o comerciante tinha que manter a sua família. Dessa forma, os lucros do comércio não era outra coisa senão o fruto do trabalho. Se tratava, então, de colocar o acento na justiça da mudança efetuada, para o qual Aquino recorre a Aristóteles, cuja análise sobre o valor de mudança é figurado no seu estudo da Justiça. Muitos padres da Igreja, desde então, pretenderam formular um conceito de “preço justo”. Nesse sentido, o Cristianismo apresenta uma evolução do seu pensamento sobre o comércio que partia de uma visão absolutamente contrária ao começo da Idade Média (Santo Agostinho (354-430), São Jerônimo (347-420) etc.), a outra mais transacionável, que acompanhou, sobretudo, o pensamento de Aquino. Algo similar ocorreu com outro dos “preceitos” da Igreja em matéria econômica: a usura. Esta era considerada pela igreja como a melhor forma de obter lucro. O mesmo evangelista Lucas (século I d.C.) foi categórico ao rejeitar essa linha de operações. A lei hebraica também fez isso, e podemos encontrar no livro do Êxodo (22,25) tal proibição a respeito. Mais atrás no tempo, há antecedentes de condenação à usura entre os hindus (Rigveda, cerca de 1500 a.C.) e budistas (século VI d.C.), além do Islã mais próximo do nosso tempo (século VI d.C.). Ao princípio da Idade Média, como testemunha Roll, a proibição somente alcançava a Igreja, já que o escasso desenvolvimento mercantil não merecia outra coisa. No final da Idade Média, no entanto, que a situação é outra; e a prática secular foi orientada no sentido de promover o empréstimo de dinheiro cobrando por isso um juro. Alarmada ante esses fatos, a Igreja condena mais uma vez a usura no Terceiro Concílio de Latrão de 1179. No mesmo escreveu e ensinou São Tomé (século I d.C.) e outros discípulos da Igreja. No entanto, as práticas econômicas foram minando a autoridade eclesial e está terminou, através de sucessivas etapas, por aceitar, em certas condições e sob certas circunstâncias, a cobrança de juros sobre a concessão de um empréstimo. Em tal sentido, um dos autores mais representativos só início da Idade Média foi Santo Agostinho. Foi este um dos pilares, em seu tempo, das noções “anticapitalistas” que foram seguidas e complementadas por homens do tamanho de São João (347-407), São Ambrósio (340-397), São Clemente (150-215), São Cipriano (200-258) entre outros. (18) Santo Agostinho valoriza o trabalho recordando em tal sentido a São Paulo, a que cita com muita frequência em seus textos. Segundo o Bispo de Hipona, todo trabalho manual é bom pelas razões dadas pelo cristianismo primitivo. Concilia, além disso, seu dualismo platônico, ao sustentar que enquanto o homem trabalha tem a alma livre, de modo que é perfeitamente compatível pensar em Deus ao mesmo tempo em que se trabalha. Essa particular sintonia entre o trabalho e a oração foi perfeitamente posta a prova pelos monges beneditinos, cujo lema “Ora Et Labora” (orar e trabalhar) é paradigmático. “Trabalha e não desesperes” dizia seu fundador, São Bento de Núrsia (480-547), de seus monastérios distribuídos em um primeiro momento a Subiaco, no início do século VI. Também corresponde a São Bento uma sentença que perdura até o dia de hoje no imaginário moral sobre o trabalho: “Otiositas inimica est animae” (a ociosidade é inimiga da alma), tal qual diz uma expressão popular castelhana: “el ocio es la madre de todos los vicios” (o ócio é a mãe de todos os vícios). Tomás de Aquino, alguns séculos depois, continua a reflexão sobre o trabalho e estabelece uma hierarquia de profissões, onde localiza o trabalho agrícola e artesanal acima do comercial. Uma quota de originalidade na história do pensamento sobre o trabalho consistiu em considerá-lo como uma obrigação somente se necessário para subsistir; ou dito de outra maneira: quem não tem necessidade de trabalhar não tem que fazê-lo. Isso sim, à falta de trabalho, devia dedicar-se à oração e contemplação divina, atividades por certo mais elevadas para o autor da Suma Teológica. Logo, considerará que Deus é a causa primária, a que tudo deve a sua existência; por derivação, o homem é causa segunda, procurando atreves do trabalho “criar” em suas dimensões humanas. “Entre todas as formas com que a criatura humana tenta realizar a semelhança divina, não há outra de relevo mais destacado que a de trabalhar, isto é, ser em o mundo causa novos efeitos”, disse o Santo. (19) Aquino, além disso, utilizando categorias platônicas, hierarquiza o trabalho, considerando o intelectual acima do manual. Chama “artes servis” a estes últimos, enquanto que o trabalho intelectual corresponde ao conjunto das “artes liberais”, dignas de maior remuneração ao fazer uso da inteligência. Esta distinção própria da Escolástica, dá lugar à divisão clássica entre as 7 artes liberais: o Trívium (gramática, retórica e dialética) e quadrivium (astronomia, geometria, aritmética e música). Outras contribuições de São Aquino têm a ver com sua posição diante do trabalho agrícola ao qual o considera como o melhor meio para assegurar a subsistência de um povo; a maior importância dada à vida contemplativa sobre a ativa, embora considerando a primeira como “laboriosa”; sua posição sobre a escravidão, que não considerava como natural, no entanto, entendê-la “útil”(20); e sua interpretação sobre o contrato de trabalho: neste, o operário não vende a si mesmo, nem seu corpo, nem sua inteligência, nem sequer sua faculdade de trabalho. Isso significa que o Direito Natural proíbe considerar o trabalho como um objeto de mudança. Propõe, em vez disso, considerar o contrato como um arrendamento de serviço. Em termos gerais, a valorização que sobre o trabalho se realiza na Idade Média, rebaixando ao trabalho manual em relação a outras tarefas, fica explícita na divisão tripartida que recorre, entre outros, Adalberão Bispo de Laon (947-1030): “Triplex Dei ergo domus est quae Creditor uma nunca oran, alii pugnat, Aliique laborant” (ternária é a casa do Senhor e não uma: aqui sobre a terra uns oram, outros lutam e outros trabalham). Não gostaria de deixar passar por alto, finalmente, entre os movimentos originados na Idade Média, a contribuição que sobre o tema do trabalho teve a ordem franciscana. Essa, contra o que muitos podem crer, é uma ordem não mendicante no sentido estrito, mas sim trabalhadora e de pobreza. São Francisco de Assis (1181/82-1226), no final do século XII, marcaria como ninguém dentro do cristianismo, uma vida ascética baseada no trabalho e na pobreza. Inclui, além disso, um elemento pela primeira vez descoberto na cultura europeia: o sentido da alegria que acompanha o trabalho. “Essa condição de 'suor de sua testa' com 'a alegria de seu coração' outorga ao trabalho uma condição diferenciada”. Avançando então na história da humanidade, entramos na época moderna, caracterizada por cinco grandes eventos: -/- 1. A decadência do poder moral da Igreja e o enfraquecimento de seu poder econômico frente ao da crescente burguesia; -/- 2. O renascimento intelectual e artístico; -/- 3. As viagens paras as índias e a descoberta da América; -/- 4. A formação e a constituição dos Estados-nação; -/- 5. As reformas religiosas de Lutero (1483-1546) e Calvino (1509-1564). -/- Nesse contexto, os séculos XV e XVI mostraram como o mercantilismo ia avançando apesar dos esforços de alguns pensadores da Igreja que eventualmente perderam o pulso diante do desenrolar dos acontecimentos. Sucessivas encíclicas papais terminaram por legitimar o interesse nos empréstimos e, por meio desta, levou-se a maior acumulação de riquezas por parte dos banqueiros. Esse foi o meio ideal para o desenvolvimento da atividade do mercador, para quem, o trabalho passou a ser considerado um meio para obter sucesso. Ao dinamizar-se a atividade econômica e mercantil, a visão humanista do trabalho começa a perder valor, realçando-se ao mesmo como um simples meio para fins de enriquecimento. Talvez a exceção a essa noção estendida entre os novos atores tenha sido a proporcionada pelo humanismo renascentista. Para Campanella (1568-1639), por exemplo, sua “Cidade solar”, não existe o divórcio entre trabalho manual e intelectual, isso quando o segundo começa a ser supervalorizado por sua ação no plano das invenções e das novas técnicas.(22) Na mesma linha se situa Thomas More (1478-1535), o autor de “Utopia”, outra reação do cristianismo às projeções que estava adquirindo o cada vez mais influente mercantilismo. Embora o trabalho não seja considerado como um mau, pelo contrário, apresenta características humanizadoras, é sugestivo comprovar como em Utopia a jornada do trabalho não supera as seis horas diárias e na Cidade solar não se devia trabalhar mais que quatro horas. Indubitavelmente, essas versões de sociedades ideais terminariam por impactar sobre maneira a constituição das Missões Jesuítas na América do Sul; e as Franciscanas na Baixa Califórnia. É o Renascimento, o lugar propício, além disso, para renovar o conceito da virtuosidade, agora traduzida na figura do empresário ou financista audacioso e empreendedor. Essa linha foi reforçada logo por Calvino, para quem os negócios são um bom serviço a Deus, e a riqueza não é mais que um fruto de uma vida dedicada ao trabalho desde uma perspectiva ética que analisarei com Weber mais tarde, mas que confere ao trabalho a particularidade de ser um caminho para o sucesso. Esse puritanismo impulsionou sobremaneira a versão do “homo economicus” que mais tarde, em pleno auge do capitalismo pós-industrial, ao qual, segundo Daniel Bell (1919-2011), fora substituído pelos valores hedonistas. -/- REFERENCIAL TEÓRICO AGOSTINHO. Cidade de Deus: contra os pagãos. Trad. O. P. Leme. 2ª ed. Bragança Paulista: Editora Universitária, 2008. (Col. Pensamento humano). _____________. O livre-arbítrio. Trad. N. A. Oliveira. 1ª ed. São Paulo: Paulus, 1995. AQUINO, T. de. Suma Teológica. 2ª ed. 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Petrópolis: Vozes, 2019. FRIEDMANN, G.; NAVILLE, P. Tratado de Sociologia do Trabalho. 1ª ed. São Paulo: Cultrix, 1973. HERZOG, J. S. Historia del pensamiento económico-social: de la antigüedad al siglo XVI. 4ª ed. México: FCE, 1939. HOPENHAYN, M. El Trabajo, itinerario de um concepto. 1ª ed. Santiago: PET, 1988. _________________. Repensar el trabajo – Historia, profusión y perspectivas de un concepto. 1ª ed. Buenos Aires: Norma, 2001. LUDWIG, E. Stalin. 1ª ed. Rio de Janeiro: Calvino, 1943. MACHADO, I. J. de R.; AMORIM, H. J. D.; BARROS, C. R. de. Sociologia hoje. 1ª ed. São Paulo: Ática, 2013. MERCURE, D.; SPURK, J. (Orgs.). O Trabalho na história do pensamento Ocidental. Petrópolis: Vozes, 2005. NOGUERA, J. A. El concepto de trabajo y la teoría social crítica. Barcelona: Papers, 2002. O'CONNOR, D. J. Historia crítica de la filosofía occidental. Tomo I – La filosofía en la antigüidad. 1ª ed. Buenos Aires: Paidós, 1967. OLIVEIRA, P. S. de. Introdução a sociologia. 24ª ed. São Paulo: Ática, 2001. PLATÃO. A República. 2ª ed. São Paulo: Martin Claret, 2000. (Col. A obra-prima de cada autor). _______. Político. Trad. J. C. de Souza, J. Paleikat e J. C. Costa. 2ª ed. São Paulo: Abril Cultural, 1983. (Col. Os Pensadores). ROLL, E. Historia de las doctrinas económicas. 1ª ed. México: FCE, 1942. SIMÓN, Y. R. Work, society and culture. 1ª ed. Nova Iorque: Fordham University Press, 1971. SILVA, A. et al. Sociologia em movimento. 2ª ed. São Paulo: Moderna, 2016. THE ZONDERVAN CORPORATION (Ed.). A História – a bíblia contada como uma só história do começo ao fim. Trad. Fabiano Morais. 1ª ed. Rio de Janeiro: Sextante, 2012. (shrink)

FROM THE HISTORY OF PHYSICS TO THE DISCOVERY OF THE FOUNDATIONS OF PHYSICS By Antonino Drago, formerly at Naples University “Federico II”, Italy – drago@unina,.it (Size : 391.800 bytes 75,400 words) The book summarizes a half a century author’s work on the foundations of physics. For the forst time is established a level of discourse on theoretical physics which at the same time is philosophical in nature (kinds of infinity, kinds of organization) and formal (kinds of mathematics, kinds of logic). (...) This double side of the two dichotomies assures a deep comprehension of theoretical physics by avoiding both a purely philosophical analysis and a purely formal analysis, each manifestly insufficient for representing all the aspects of theoretical physics. Among the many formulations of a physical theory, e.g. Mechanics, also Mach(1) recognized technical differences only, Instead my suggestion is to consider their differences as revealing the characteristic features of their foundations. No more radical differences may exist than those concerning both their kinds of Mathematics and their kinds of Logic. As a fact, after the 20th Century within each of these sciences there exist two antagonist foundations, within Mathematics either the classical one or the constructive one(2); within Mathematical Logic either the classical logic or the intuitionist one(3). Let us take Mechanics as an instance. Being the choices of the Newton’s formulation respectively the actual infinity of the differential equations relying on the infinitesimals and the classical logic, a formulation based on the alternative choices is Lazare Carnot’s,(4) whose mathematics is no more than algebraic-trigonometric and the logic is the intuitionist one, because this formulation makes use of doubly negated propositions, whose corresponding affirmative propositions are idealistic or false; i.e. in these cases the law of double negation fails, as in intuitionist logic occurs. By considering these two dichotomies as the foundations of the physical theories, each couple of choices upon them fashions one out four models of scientific theory, which are baptized through the authors of their most representative theories: Newtonian, Carnotian, Lagrangian, Descartesian. In correspondence four versions of the principle of inertia are recognized, as suggested by respectively: Descartes. Lazare Carnot, Enriques and Cavalieri.(5) All that suggests that the four models of scientific theory may be graphically represented as a compass orientating our minds amid the so numerous physical theories. By taking these dichotomies as interpretative categories, a new interpretative history of Physics including both classical and modern physics results according to a quadrilinear development. The birth of modern physics is characterized by the two theories - Einstein’s paper on special relativity and Einstein’s first paper on quanta - whose choices are the alternative ones to those of the previously dominant physical theory, Newtonian mechanics: in the latter paper Einstein i) declares the dichotomy on the kinds of mathematics (“Introduction”) and then he chooses the discrete mathematics; ii) by using doubly negated propositions he organizes his theory in an alternative way to the deductive-axiomatic one.(6) Moreover, a new history of Philosophy of knowledge results. Kant’s first two a priori transcendental categories represent the physical interpretation of the two choices out of the four pairs of choices on the two dichotomies, i.e. the choices of the dominant theory of mechanics, Newton’s. Hegel’s dialectic was a misleading attempt of anticipating the subsequent intuitionist logic. The book starts by a comparison of different formulations of thermodynamics in order to recognize the first dichotomy on the kind of organization. In chapter 2 the dichotomy on the kind of infinity is recognized through a comparison of Newrton’s mechanics and Lazare Carnot’s. A quickly history of the other classical physical theories is illustrated in chapter 3; it results a foundational conflict between the last two theories, and hence a conflict between their opposite couples of choices. The two main theories of modern physics, special realtivity and quantum mechanics confirm the foundational role played by the two dichotomies which gives reason for the radical change in the history of theoretical physics. Indeed, the opposition of the two main pairs of choices gives reason of the crisis in theoretical physics in the early 1900s. As a global result, the book represents the first interpretation of the entire history of Physics, both classical and modern; This fact proves that the four models of scientific theories can works as a compass (that of the front cover) suggesting a direction among the many physical theories. This new history of physics leads to re-visit both Koyré’s and Kuhn’s historiographies. Their interpretative categories are interpreted and explained through the two dichotomies so that it is possible to suggest à la Koyré categories based on the alternative choices theories to Newton’s as the suitable categories for interpreting the alternative theories to Newton’s mechanics. All that suggests a new interpretation of the crucial step in the history of Western philosophy of knowledge, i.e. the passage from Leibniz to Kant: Leibniz’s suggestion of the two labyrinths of human minds may be seen as a close anticipation of the two above dichotomies. Kant applied them in order to construct the well-known four cosmological proofs, which however he misinterpreted as leading to contradictions, instead to tow different methods of investigation corresponding to the two different kinds of logic.(7) Bibliography 1. Mach E. (1883), Die Mechanik, Leipzig: Brockhaus, Chap. IV, Sect. III. 2. Bishop E. (1967), Constructive Analysis, New York: Mc Graw-Hill. 3. Heyting A. (1962), Intuitionism. An Introduction, Amsterdam: North-Holland. 4. L. Carnot (1783), Essai on the Machines en général, Defay, Dijion (Enlish translation: Springer, Berlin, 2020). Drago A. (2004), “A new appraisal of old formulations of mechanics”, Am. J. Phys., 72(3), pp. 407-9. 5. Vella M.R. (2007), “Le quattro versioni del principio di inerzia”, in M. Leone et al. (eds.), L’eredità di Fermi, Majorana e altri Temi. Napoli: ESI, pp. 147-151. 6. Drago A. (2014), “The emergence of two options from Einstein°s first paper on Quanta”, in Pisano R., Capecchi D., Lukesova A. (eds.), Physics, Astronomy and Engineering. Critical Problems in the History of Science and Society, Scientia Socialis P., Siauliai, 2013, pp. 227-234. 7. This and all in the above points are illustrated by the book Drago A. (2017), Dalla Storia della Fisica ai Fondamenti della Scienza, Roma: Aracne. (shrink)

Lakatos a proposé une méthodologie pour étudier l'évolution de la science par le biais de programmes de recherche, une combinaison de la falsifiabilité de Popper, des révolutions scientifiques de Kuhn et de la tolérance méthodologique de Feyerabend. Les programmes de recherche peuvent en même temps concurrencer des théories uniques, des théories uniques entre eux ou des programmes de recherche entre eux. On peut parler d'une « unité de recherche » en tant que théorie singulière ou d'un programme de recherche. (...) DOI: 10.13140/RG.2.2.31636.65925. (shrink)

This is an edited transcription of Thomas S. Kuhn’s “Does Knowledge ‘Grow’?”.

Analizo los alcances y los límites de las teorías sobre el progreso científico elaboradas por Larry Laudan y Philip Kitcher, respectivamente. Comienzo por caracterizar sus teorías, después hago una comparación entre éstas y finalmente reviso cuáles son sus principales problemas. Al final muestro algunas razones por las cuales sus criterios propuestos para evaluar el progreso cognitivo de la ciencia no son exitosos. Termino sugiriendo una manera de evaluar el progreso cognitivo de la ciencia.

While we typically think of culture as defined by geography or ethnicity (e.g., American culture, Mayan culture), the term also applies to the practices and expectations of smaller groups of people. Though embedded in the larger culture surrounding them, such subcultures have their own sets of rules like those that scientists do. Philosophy of science has as its main object of studio the scientific activity. A way in which we have tried to explain these scientific practices is from the actual (...) ontological commitments that scientists do through their scientific theories. Certainly, we know scientific theories through some specific scientific language, which is, in its turn, a subset of the natural language developed by a particular culture. This study is conducted to explore and evaluate some of the most important epistemological consequences of these ontological commitments, specially the so-called ‘truth-commitment’ and its relation with a linguistic-cultural framework. There is an interesting debate between advocates and opponents of scientific realistic view of the natural world. Some lines of scientific realism argumentation assure that: (i) Mature scientific theories are approximately true. (ii) There are entities and organisms in the world that correspond with the ontology presupposed by the best scientific theories within a specific domain of scientific research and (iii) The new acceptable scientific theories should explain why past theories were successful predecessors (Colyvan 2008, Cocchiarella 2007 & Laudan 1981). Contrary, anti- realist positions ensure against the realist’s true - claim that is a semantic commitment - that the purpose of scientific theories to found the truth it is simple an unattainable goal, especially if the kind of truth they are looking for is a corresponding relation between scientific theories and the ontology of the world. Anti-realist positions held that this relation could be circular and unknowable. I do believe that there is a deep confusion between the way in which we accede to the knowledge of the constitutive structures, entities and organisms of the world (which is an epistemological matter) and the way these structures, entities and organisms are (which is an ontological matter). It seems that there is a bridge between the epistemological and ontological aspect in need for conceptual clarification. I do propose that the type of link between the two extremes have to be linguistic in nature. (shrink)

En este texto analizo los principales argumentos y contraargumentos realistas y anti-realistas que se han construido a favor y en contra de la capacidad científica para producir conocimiento objetivo y verdadero del mundo social y natural. Argumento que el lenguaje teórico y el lenguaje observacional con el que los científicos sociales y naturales se refieren a las diversas entidades, fenómenos, propiedades y procesos científicos observables e inobservables están determinados, en la práctica, por sus tradiciones teóricas de investigación; lo que muestra (...) que la metodología científica depende en tal medida de las teorías que es, a lo sumo, un proceder constructivo y no un proceder de descubrimiento. (shrink)

Se explora la naturaleza de los problemas lacunae a partir del análisis de los conceptos elaborados, respectivamente, por Larry Laudan, Theo Kuipers y Atocha Aliseda. Sugeriré que los problemas lacunae pueden surgir del debilitamiento de la noción de ‘falsación empírica’ y repercutir en la noción de ‘implicación lógica’.

Analizo los principales argumentos en torno a la dependencia teórica de los enunciados y conceptos observacionales tomando como eje de discusión la postura de Gerhard Schurz. Después discuto los principales argumentos sobre la dependencia teórica de la percepción. Finalmente analizo la dependencia teórica de la experimentación científica teniendo como eje de discusión la postura de Allan Franklin. Muestro que un rasgo positivo de la dependencia teórica de la observación y la experimentación es que una teoría científica puede establecer los mecanismos (...) para evaluar la importancia de los fenómenos observados inesperados. Estos mecanismos sin duda constituyen un instrumento esencial para el progreso científico. (shrink)

It is argued here that cognitive science currently neglects an important source of insight into the human mind: the effects created by magicians. Over the centuries, magicians have learned how to perform acts that are perceived as defying the laws of nature, and that induce a strong sense of wonder. This article argues that the time has come to examine the scientific bases behind such phenomena, and to create a science of magic linked to relevant areas of cognitive science. Concrete (...) examples are taken from three areas of magic: the ability to control attention, to distort perception, and to influence choice. It is shown how such knowledge can help develop new tools and indicate new avenues of research into human perception and cognition. (shrink)

Inferentialism is the view that representational content is explained by lingual or mental states interacting according to inferential rules. Mendelovici and Bourget have argued against inferentialism that rules of inference do not sufficiently constrain content. This paper argues that their argument can be further strengthened such that its conclusion yields that content and inferential roles are strictly independent. It will then be argued that this conclusion is untenable and that the argument, rather than undermining inferentialism, corrodes the model theoretic foundations (...) of standard philosophical semantics. The paper concludes with some hints towards an alternative semantic paradigm. (shrink)

We address the question whether there is an explanation for the fact that as Fodor put it the micro-level “converges on stable macro-level properties”, and whether there are lessons from this explanation for other issues in the vicinity. We argue that stability in large systems can be understood in terms of statistical limit theorems. In the thermodynamic limit of infinite system size N → ∞ systems will have strictly stable macroscopic properties in the sense that transitions between different macroscopic phases (...) of matter (if there are any) will not occur in finite time. Indeed stability in this sense is a consequence of the absence of fluctuations, as (large) fluctuations would be required to induce such macroscopic transformations. These properties can be understood in terms of coarse-grained descriptions, and the statistical limit theorems for independent or weakly dependent random variable describing the behaviour averages and the statistics of fluctuations in the large system limit. We argue that RNG analyses applied to off-critical systems can provide a rationalization for the applicability of these limit theorems. Furthermore we discuss some related issues as, for example, the role of the infinite-system idealization. (shrink)

Le but de ce texte est de mettre en évidence les équi­valences entre la façon dont le concept de conatus résout, dans l'Éthique, le problème de l'unité modale complexe. en rendant consis­tant le concept de chose singulière en tant que celle-ci doit être consi­dérée comme un légitime sujet d'attribution d'états, et la façon dont ce même concept dessine le rapport cognitif de l'esprit avec lui-même, rapport par lequel l'esprit se saisit comme sujet de ses états et qui ca­ractérise la notion (...) moderne de subjectivité. Ainsi, en éclairant cet as­pect du concept spinoziste de chose singulière. on comprendra aussi, de façon indirecte, l'une des conditions par lesquelles les choses peuvent, dans la doctrine spinoziste, devenir des objets ou des signes pour la connaissance humaine. (shrink)

El libro de Lorraine Daston Breve Historia de la Atención Científica, publicado en español por editorial La Cifra en el 2012, consta de seis apartados a través de los cuales Daston formula una interesante pregunta desde las perspectivas de la psicología de la investigación científica y la epistemología de la historia natural: por qué, cuándo y cómo ocurre que los científicos dirigen su atención sobre determinados objetos de estudio y no sobre otros. O visto desde otro punto de vista, cómo (...) emergen los objetos científicos y cómo, en determinado momento, se desvanecen. (shrink)

Magicians use misdirection to prevent you from realizing the methods used to create a magical effect, thereby allowing you to experience an apparently impossible event. Magicians have acquired much knowledge about misdirection, and have suggested several taxonomies of misdirection. These describe many of the fundamental principles in misdirection, focusing on how misdirection is achieved by magicians. In this article we review the strengths and weaknesses of past taxonomies, and argue that a more natural way of making sense of misdirection is (...) to focus on the perceptual and cognitive mechanisms involved. Our psychologically-based taxonomy has three basic categories, corresponding to the types of psychological mechanisms affected: perception, memory, and reasoning. Each of these categories is then divided into subcategories based on the mechanisms that control these effects. This new taxonomy can help organize magicians' knowledge of misdirection in a meaningful way, and facilitate the dialog between magicians and scientists. (shrink)

Our perceptual experience is largely based on prediction, and as such can be influenced by knowledge of forthcoming events. This susceptibility is commonly exploited by magicians. In the Vanishing Ball Illusion, for example, a magician tosses a ball in the air a few times and then pretends to throw the ball again, whilst secretly concealing it in his hand. Most people claim to see the ball moving upwards and then vanishing, even though it did not leave the magician’s hand ( (...) class='Hi'>Kuhn & Land, 2006; Triplett, 1900). But what exactly can such illusions tell us? We investigated here whether seeing a real action before the pretend one was necessary for the Vanishing Ball Illusion. Participants either saw a real action immediately before the fake one, or only a fake action. Nearly one third of participants experienced the illusion with the fake action alone, while seeing the real action beforehand enhanced this effect even further. Our results therefore suggest that perceptual experience relies both on long-term knowledge of what an action should look like, as well as exemplars from the immediate past. In addition, whilst there was a forward displacement of perceived location in perceptual experience, this was not found for oculomotor responses, consistent with the proposal that two separate systems are involved in visual perception. (shrink)

This classic collection of essays, first published in 1968, represents H.L.A. Hart's landmark contribution to the philosophy of criminal responsibility and punishment. Unavailable for ten years, this new edition reproduces the original text, adding a new critical introduction by John Gardner, a leading contemporary criminal law theorist.

Alexander Bird indicates that the significance of Thomas Kuhn in the history of philosophy of science is somehow paradoxical. On the one hand, Kuhn was one of the most influential and important philosophers of science in the second half of the twentieth century. On the other hand, nowadays there is little distinctively Kuhn’s legacy in the sense that most of Kuhn’s work has no longer any philosophical significance. Bird argues that the explanation of the paradox of (...) Kuhn’s legacy is that Kuhn took a direction opposite to that of the mainstream of the philosophy of science in his later academic career. This paper aims to provide a new way to understand and develop Kuhn’s legacy by revisiting the development of Kuhn’s philosophy of science in 1970s and proposing a new account of exemplar. Firstly, I propose my diagnosis of Kuhn’s “wrong turning” by identifying Kuhn’s two novel contributions: the introduction of paradigm and the proposal of the incommensurability thesis. Secondly, I argue that Kuhn made a conceptual/terminological turn from paradigm to theory, which undermined Kuhn’s novel contributions. Thirdly, I propose a new articulation of exemplar and propose an exemplar-based approach to analysing the history of science. Finally, I show how the exemplar-based approach can be applied to analyse the history of science by my case study of the early development of genetics. (shrink)

A philosophical linguistic exploration into the existence of not of AI ethics. Using Adorno's negative dialectics the author considers contemporary approaches to AI and Ethics, especially with regards to policy and law considerations. Looking at if these approaches are in fact speaking to our historical conception of AI and what the actual emergence of the latter could imply for future ethical concerns.

Lloyd Humberstone’s recently published Philosophical Applications of Modal Logic presents a number of new ideas in modal logic as well explication and critique of recent work of many others. We extend some of these ideas and answer some questions that are left open in the book.

Over the centuries, magicians have developed extensive knowledge about the manipulation of the human mind—knowledge that has been largely ignored by psychology. It has recently been argued that this knowledge could help improve our understanding of human cognition and consciousness. But how might this be done? And how much could it ultimately contribute to the exploration of the human mind? We propose here a framework outlining how knowledge about magic can be used to help us understand the human mind. Various (...) approaches—both old and new—are surveyed, in terms of four different levels. The first focuses on the methods in magic, using these to suggest new approaches to existing issues in psychology. The second focuses on the effects that magic can produce, such as the sense of wonder induced by seeing an apparently impossible event. Third is the consideration of magic tricks—methods and effects together—as phenomena of scientific interest in their own right. Finally, there is the organization of knowledge about magic into an informative whole, including the possibility of a science centered around the experience of wonder. (shrink)

The past few years have seen a resurgence of interest in the scientific study of magic. Despite being only a few years old, this “new wave” has already resulted in a host of interesting studies, often using methods that are both powerful and original. These developments have largely borne out our earlier hopes (Kuhn et al., 2008) that new opportunities were available for scientific studies based on the use of magic. And it would seem that much more can still (...) be done along these lines. -/- But in addition to this, we also suggested that it might be time to consider developing an outright science of magic—a distinct area of study concerned with the experience of wonder that results from encountering an apparently impossible event1. To this end, we proposed a framework as to how this might be achieved (Rensink and Kuhn, 2015). A science can be viewed as a systematic method of investigation involving three sets of issues: (i) the entities considered relevant, (ii) the kinds of questions that can be asked about them, and (iii) the kinds of answers that are legitimate (Kuhn, 1970). In the case of magic, we suggested that this could be done at three different levels, each focusing on a distinct set of issues concerned with the nature of magic itself: (i) the nature of magical experience, (ii) how individual magic tricks create this experience, and (iii) organizing knowledge of the set of known tricks in a more comprehensive way (Rensink and Kuhn, 2015). Our framework also included a base level focused on how the methods of magic could be used as tools to investigate issues in existing fields of study. -/- Lamont (2010) and Lamont et al. (2010) raised a number of concerns about the possibility of such a science, which we have addressed (Rensink and Kuhn, 2015). More recently, Lamont (2015) raised a new objection, arguing that although base-level work (i.e., applications of magic methods) might be useful, there is too little structure in magic tricks for them to be studied in a systematic way at the other levels, ruling out a science of magic. We argue here, however, that although this concern raises some interesting challenges for this science, it does not negate the possibility that it could exist, and could contribute to the study of the mind. (shrink)

This paper considers the responsibilities of the FDA with regard to disseminating information about the benefits and harms of e-cigarettes. Tobacco harm reduction advocates claim that the FDA has been overcautious and has violated ethical obligations by failing to clearly communicate to the public that e-cigarettes are far less harmful than cigarettes. We argue, by contrast, that the FDA’s obligations in this arena are more complex than they may appear at first blush. Though the FDA is accountable for informing the (...) public about the health risks and benefits of products it regulates, it also has other roles that inform when and how it should disseminate information. In addition to being a knowledge purveyor, it is also a knowledge producer, an advisor to the public, and a practical agent shaping the material conditions in which people make health-related choices. In our view, those other roles call for caution in the way the FDA interprets and communicates the available evidence. (shrink)

In transplant medicine, the use of normothermic regional perfusion (NRP) in donation after circulatory determination of death raises ethical difficulties. NRP is objectionable because it restores the donor's circulation, thus invalidating a death declaration based on the permanent cessation of circulation. NRP's defenders respond with arguments that are tortuous and factually inaccurate and depend on introducing extraneous concepts into the law. However, results comparable to NRP's—more and higher‐quality organs and more efficient allocation—can be achieved by removing organs from deceased donors (...) and using normothermic machine perfusion (NMP) to support the organs outside the body, without jeopardizing confidence in transplantation's legal and ethical foundations. Given the controversy that NRP generates and the convoluted justifications made for it, we recommend a prudential approach we call “ethical parsimony,” which holds that, in the choice between competing means of achieving a result, the ethically simpler one is to be preferred. This approach makes clear that policy‐makers should favor NMP over NRP. (shrink)

On Kratzer’s canonical account, modal expressions (like “might” and “must”) are represented semantically as quantifiers over possibilities. Such expressions are themselves neutral; they make a single contribution to determining the propositions expressed across a wide range of uses. What modulates the modality of the proposition expressed—as bouletic, epistemic, deontic, etc.—is context.2 This ain’t the canon for nothing. Its power lies in its ability to figure in a simple and highly unified explanation of a fairly wide range of language use. Recently, (...) though, the canon’s neat story has come under attack. The challenge cases involve the epistemic use of a modal sentence for which no single resolution of the contextual parameter appears capable of accommodating all our intuitions.3 According to these revisionaries, such cases show that the canonical story needs to be amended in some way that makes multiple bodies of information relevant to the assessment of such statements. Here I show that how the right canonical, flexibly contextualist account of modals can accommodate the full range of challenge cases. The key will be to extend Kratzer’s formal semantic account with an account of how context selects values for a modal’s.. (shrink)

Despite his enormous influence on the philosophy of science, Kuhn seems to have been unfairly treated by philosophers. His work was often oversimplified, misinterpreted, and quickly dismissed. The legacy of Kuhn for contemporary philosophy of science seems to be unfortunately thin. This book revisits his legacy for the history and philosophy of science and reflects on the prospect of the Kuhnian philosophy of science. It explores Kuhnian or neo-Kuhnian approaches to central issues in twenty-first philosophy of science. It (...) also rereads Kuhn's published and unpublished work and reassesses its philosophical significance and historical context. (shrink)

In this paper I argue that aim-oriented empiricism (AOE), a conception of natural science that I have defended at some length elsewhere[1], is a kind of synthesis of the views of Popper, Kuhn and Lakatos, but is also an improvement over the views of all three. Whereas Popper's falsificationism protects metaphysical assumptions implicitly made by science from criticism, AOE exposes all such assumptions to sustained criticism, and furthermore focuses criticism on those assumptions most likely to need revision if science (...) is to make progress. Even though AOE is, in this way, more Popperian than Popper, it is also, in some respects, more like the views of Kuhn and Lakatos than falsificationism is. AOE is able, however, to solve problems which Kuhn's and Lakatos's views cannot solve. [Back to Top]. (shrink)

The aim of this chapter is to explore the relationship between Kuhn’s views about science and scientific realism. I present an overview of key features of Kuhn’s model of scientific change. The model suggests a relativistic approach to the methods of science. I bring out a conflict between this relativistic approach and a realist approach to the norms of method. I next consider the question of progress and truth. Kuhn’s model is a problem-solving model that proceeds by (...) way of puzzles and anomalies rather than progress toward truth. I explore Kuhn’s views about scientific progress in connection with scientific realist views about truth and progress. This leads to consideration of Kuhn’s views about the incommensurability of paradigms, as well as brief consideration of an anti-realist interpretation of his talk of world-change. I conclude by indicating that the scientific realist may endorse some aspects of Kuhn’s view. (shrink)

Atualmente, biotecnologias são empregadas na forma de protocolos a fim de sincronizar o crescimento folicular e a ovulação, bem como permitir que vacas atuem como receptoras de embriões visando melhorar o potencial genético do rebanho. O objetivo desse estudo foi avaliar o efeito da utilização de implantes intravaginais de progesterona de 1º, 2º e 3º uso no protocolo de transferência de embriões em tempo fixo (TETF) sobre a taxa de prenhez em receptoras girolandas. O experimento ocorreu em uma fazenda localizada (...) no município de São Sebastião do Maranhão (MG). Foram utilizadas 74 vacas submetidas aos seguintes protocolos: No dia 0 (D0) administrou-se 2 ml de 17β-Estradiol e progesterona e foi colocado o implante intravaginal de progesterona. Estes implantes foram colocados de forma aleatória, sendo de 1° uso (grupo 1; n=15), 2° (grupo 2; n=24) ou 3° (grupo 3; n=35).No D8, os implantes foram retirados e administrou-se 2 ml PGF2α; 1,5 ml de eCG e 1 ml de 17β-Estradiol e progesterona. A inovulação dos embriões in vitroo correu no D (16) para todas as vacas que apresentaram um corpo lúteo. As variáveis qualitativas (prenhe ou não prenhe) foram comparadas em tabelas de contingência e analisadas pelo teste de qui-quadrado a 5% de probabilidade. Neste estudo não houve diferença estatística entre os grupos protocolados em relação ao aproveitamento como receptoras: 1º uso (53,3%), 2º (79,2%) e 3º (68,65). Ademais, observou-se uma taxa de prenhez entre os grupos de 37,5% para o 1º uso, 42,1% para o 2º e 33,3% para o 3º (P>0,05). Dentre as vantagens ao reaproveitamento dos implantes multiusos destaca-se a redução dos custos dos protocolos hormonais, já que a progesterona é o hormônio mais oneroso, desta forma, a maximização do uso reduz o valor final do protocolo sem prejuízos a taxa de prenhez. (shrink)

Wicked problems are tricky to solve because of their many interconnected components and a lack of any single optimal solution. At the science–policy interface, all problems can look wicked: research exposes the complexity that is relevant to designing, executing and implementing policy fit for ambitious human needs. Expertise in philosophical research can help to navigate that complexity.

In this paper, I argue that there is neither valid deductive support nor strong inductive support for Kuhn’s incommensurability thesis. There is no valid deductive support for Kuhn’s incommensurability thesis because, from the fact that the reference of the same kind terms changes or discontinues from one theoretical framework to another, it does not necessarily follow that these two theoretical frameworks are taxonomically incommensurable. There is no strong inductive support for Kuhn’s incommensurability thesis, since there are rebutting (...) defeaters against it in the form of episodes from the history of science that do not exhibit discontinuity and replacement, as Kuhn’s incommensurability thesis predicts, but rather continuity and supplementation. If this is correct, then there are no compelling epistemic reasons to believe that Kuhn’s incommensurability thesis is true or probable. (shrink)