Con base en los varios papeles, 1989-2002, mediante los textos originales, se presenta la crítica, de los matemático-físicos A. Logunov y M. Mestvirishvil, de la “general relatividad” de A. Einstein, paso previo para la elaboración de la teoría relativista de la gravitación de estos autores. Se demuestra concluyentemente que desde las ecuaciones de Einstein-Grossman-Hilbert la gravedad es absurdamente un campo métrico carente de realidad física.

Presentamos lo básico de la teoría relativista de la gravitación, con la inclusión de textos originales, de varios papeles, publicados entre 1987 y 2009, por sus autores: S. S Gershtein, A. A Logunov, Yu. M Loskutov y M. A Mestvirishvili junto con las introducciones, resúmenes y conclusiones elaborados por el autor de este papel. Esta es una teoría gauge, compatible con las teorías de la física cuántica de las fuerzas electromagnética, débil y fuerte, que define la gravedad como la cuarta (...) fuerza existente en la naturaleza, como campo estático dotada de la partícula transmisora del gravitón virtual de espines 2 y 0, dentro del espíritu del principio de relatividad de Galilei, en su generalización de la relatividad especial de Poincaré que le permitió a los autores la universalización de que las leyes físicas de la naturaleza se cumplen con independencia de los marcos de referencia donde se apliquen. No obstante, integrada a la teoría Entwurf de Grossmann-Einstein, en su desarrollo ulterior, por parte de estos autores, por lo tanto, preserva las leyes de conservación de la energía-impulso y del impulso angular conjuntamente del campo gravitacional y los demás campos materiales existentes en la naturaleza, en el espaciotiempo efectivo de Riemann, mediante su identidad con el espaciotiempo pseudo Euclídeo de Minkowski. (shrink)

● Mucho más relevante que la complejidad o simplicidad de un método de medir las casas es si dicha división se mantiene fiel a la física del cielo (i.e. si tiene sentido alguno). ● Dado que la astrología no goza de una institución central que decida qué es válido y qué no, consideramos que lo mínimo que pueden hacer los astrólogos es respetar las verdades confirmadas por la ciencia. La física enseña que no podemos separar el tiempo del espacio o (...) el espacio del tiempo, pues sostienen una relación ininterrumpida o indisoluble que llamamos continuo , un plano constituido de cuatro dimensiones (i.e. las tres del espacio aunadas a la única del tiempo) denominado espaciotiempo, y que el tiempo no es absoluto sino relativo (dependiente de los marcos de referencia). ● La astrología (que no es horoscopismo sino una de las consecuencias de la física) apela a diferentes métodos de medir las regiones astrográficas (i.e. casas) y los ha clasificado entre métodos espaciales y métodos temporales (según cuál de los dos conceptos decide la subdivisión del arco diurno) , pero esta clasificación resulta impertinente ante la realidad que nos gobierna. Uno que puede ser confirmado compatible con nuestra realidad debe ser empleado en todo momento para todo tipo de astrografía, es decir, uno verdadera o esencialmente basado en el espaciotiempo sin presentar, a la misma vez, ninguno de los errores característicos de otros sistemas de casas . Veremos que solo uno de ellos es compatible con la relatividad, pues mientras los demás nos harían hacer creer que el tiempo es absoluto, el método Placidus de medición de las casas nos enseña que es relativo. ● La diferencia estriba en la capacidad de un método para reconocer los tiempos ascensionales de no solo los doce segmentos de nuestra eclíptica en distintas latitudes, sino también de cada grado de dicha circunferencia simultánea e ininterrumpidamente, es decir, temporalmente simultánea y espacialmente ininterrumpida durante sus trayectorias desde el horizonte (ASC) hasta el medio cielo (MC). Hemos concluido, con base en el análisis de las cúspides de casas, que solamente la fórmula placidiana puede cumplir la promesa antes referida, es decir, hacer posible medir las duraciones del tiempo bajo tales condiciones. ● Mientras las mediciones del tiempo Alcabitius y Koch asignan velocidades (i.e. tiempos de ascensión oblicua) ficticias a todos los grados contenidos entre el horizonte (ASC) y el medio cielo (MC), Placidus se ocupa de medir las velocidades o los tiempos verdaderos de todos. La medida más newtoniana de todos los métodos de división de casas, Regiomontanus, a su turno, se aferra al espacio a expensas del tiempo, razón por la cual no puede reflejar las verdaderas posiciones de los planetas en el espaciotiempo (ignora la relación del espacio con el tiempo). ● Durante el proceso demostrativo, aprovechamos la ocasión para señalar que la velocidad (relatividad especial) y la gravedad (relatividad general) no constituyen las únicas (dos) expresiones principales de la dilatación del tiempo. La inclinación o basculación de los marcos de referencia (i.e. la inclinación del eje de la Tierra con relación al plano de la eclíptica, si bien la velocidad sigue siendo una variable, mientras la gravedad, a su vez, una posibilidad que exploraremos en los apéndices) constituye una tercera expresión. ● Animamos a todo físico y/o astrónomo a corroborar nuestras observaciones con sus propias herramientas. Por nuestra parte, hemos empleado el software astrológico/astronómico Solar Fire Gold, si bien las astrografías o mapas provienen del software astrológico/astronómico Janus. (shrink)

Masters degree dissertation on -- Geometrical Aspects of General Relativity.

En las actividades ordinarias de nuestra vida cotidiana encontramos nuestros actos de percepción confrontados por las cosas materiales. A ellos ─actos de percepción─ les atribuimos una existencia "real" asumiéndolos de tal manera que los sumergimos y transfundimos, de forma múltiple e indefinida, dentro del entorno de realidades análogas que se unen para formar un único mundo al que yo, con mi propio cuerpo, pertenezco. Ahora bien sí frente a la cotidianidad descrita anteriormente asumimos una actitud escéptica acerca de lo que (...) es “real” en el mundo,nos descubriremos haciendo una reflexión filosófica. Bajo esta deliberación encontramos que, por ejemplo, la cualidad "verde", tiene existencia por medio de la sensación "verde"asociada a un objeto dado por la percepción, lo que nos lleva a pensar que no tiene sentido vincularla sensación como cosa en sí misma a cosas materiales existentes en sí mismos , esto nos lleva a pensar que las cualidades de los sentidostienen carácter subjetivo.A pesar de esta reflexión es conveniente acotar que esta subjetividad no interesaa las ciencias exactas ya que éstas procuran lo objetivo. -/- Desde este punto de vista,encontramos dentro de los estudios de Galileo Galilei el principio que subyace al método matemáticoconstructivo de nuestra física moderna ; de esta manera, y bajo este principio,los colores ─ por ejemplo “verde”─ son solo vibraciones en un medio repudiando de esta forma el carácter subjetivo a la vez que se mantiene la objetividad. Sin embargo, dentro del campo de la filosofía el idealismo transcendental de Kant marca un cambio de paradigma en relación a lo anterior. Kant sostiene que no solamente las cualidades de los sentidos tienen carácter subjetivo, sino que espacio y tiempo, conceptos fundacionales dentro de la física, no tienen significación absoluta; en otras palabras, espacio y tiempo son formas de nuestra percepción . Para Kant aquello que sustenta nuestra percepción y aquello que sustenta el conocimiento matemático aplicado a la experiencia son lo mismo: intuiciones puras a priori del espacio y el tiempo. De esta manera, y bajo esta perspectiva, sólo la teoría de la relatividad deja muyen claro que las dos esencias: espacio y tiempo, como formas de la intuición en términos kantianos, no tienen lugar en el mundo construido por la física matemática concebida por Galileo . -/- Según esto, los colores no son siquiera vibraciones en un medio sino simplemente una serie de valores de funciones matemáticas en las que se producen cuatro parámetros independientes que corresponden a las tres dimensiones del espacio y la del tiempo, expresado como principio general esto significa que el mundo real y cada uno de sus constituyentes con sus características sólo pueden ser, en términos husserlianos, objetos intencionales de actos de conciencia . En otras palabras: los datos inmediatos que recibo son las experiencias de la conciencia. Esto nos permite afirmar que la sensación de un objeto está presente de una forma físicamente real para mí con quien esa sensación se relaciona. Esto es lo que Brentano llama objeto intencional ;es así como al percibir un objeto, por ejemplo: veo este “libro” mi atención está totalmente dirigida hacia él. Yo "tengo" la percepción, pero sólo cuando hago de esta percepción ─ acto libre de reflexión ─algo que "conozco" con respecto a ella ─y no sólo el “libro”─ llego precisamente a un segundo acto: objetos intencionales de actos de conciencia, que son a los que referíamos antes . -/- El objeto intencional es inmanente y lo que es inmanente es absoluto ; es exactamente lo que es en la forma en que lo tengo, y puedo reducir esto, su esencia, por los actos de reflexión . En otras palabras, es un componente real de mis experiencias; contrario a lo que sucede con el acto primario de percepción, donde el objeto es trascendental , esto es, se da en una experiencia de conciencia pero no es un componente real de la misma. Por otra parte, los objetos trascendentales tienen sólo una existencia fenoménica; son apariencias que se presentan de múltiples maneras. Ninguno de estos modos de aparición puede pretender presentar aquello que percibimos – por ejemplo el libro- tal como es en sí, además en toda percepción está involucrada la tesis de la realidad del objeto que aparece en ella; este último es, de hecho, un elemento fijo y duradero de la tesis general de la realidad del mundo . En resumen, lo que interesa ver claramente es la importancia enel dato de la conciencia como punto de partida en el que debemos situarnos si queremos comprender el significado absoluto . (shrink)

Desde un enfoque epistemológico se busca hacer la crítica de la relatividad general en el momento en que se formula una teoría cuántica sobre la gravedad (año 1967). Como consecuencia de la restauración de la concepción física sobre la geométrica de la gravedad, en una física de partículas-ondas, se plantea, mediante un análisis formal de estructura, que el gravitón-onda gravitatoria tendrá una velocidad mayor que c.

En este ensayo el autor supera la contradicción teórica existente entre la Relatividad General que define el campo gravitacional como un aspecto geométrico del espaciotiempo, bien como potencial o curvatura, y la Gravedad Cuántica que lo define como una fuerza de interacción fundamental, con el cambio de la concepción del espaciotiempo de propiedad geométrica estructural del campo gravitacional, a la concepción del espaciotiempo propiedad geométrica estructural de la materia en movimiento. El espaciotiempo no es continente de la materia (...) (Substancialismo) sino que por el contrario está contenido en la materia en cuanto constituye la estructura geométrica que le da su forma y permite sus cambios, a la cual como espacio le confiere su capacidad de contener y como tiempo su capacidad de devenir. Tampoco, el espaciotiempo es la categoría de las relaciones geométricas de los cuerpos materiales y sus eventos (Relacionismo), puesto que, no es una propiedad relacional de la materia sino la propiedad estructural espacio-temporal geométrica de la materia, a la cual la dota con sus capacidades de auto contenerse y transformarse. La teoría del autor sobre el espaciotiempo es la de la materia intrínsecamente dinámica, dotada estructuralmente de las cuatro dimensiones de espaciotiempo, autocontenida espacialmente y auto deviniendo temporalmente, puesto, que la materia en su capacidad de contener dinámicamente ésta ensimisma contenida y transformándose. La partícula-onda, de la materia y del campo, no existe en el espaciotiempo, sino que éste es la propiedad geométrica intrínseca estructural de la partícula-onda, por lo tanto, adherida a su propia naturaleza interna, como su propiedad geométrica dimensional intrínseca, que con fuerza de ley se manifiesta en sus mediciones cuantitativas, bien cuando es tomada la partícula-onda en sí o en relación con otras. Así, sólo son posibles las teorías sobre la gravedad provenientes de la Gravedad Cuántica, aunque, deben reformularse renunciando a integrarlas con la visión geométrica derivada de las ecuaciones de la llamada “General Relatividad”. (shrink)

En el ámbito de la teoría general de la relatividad (TGR), se considera que el espaciotiempo es una entidad real. En este sentido, atendiendo al realis mo sobre entidades, surgen problemas como ¿qué tipo de entidad es el espaciotiempo?, ¿cuál es su naturaleza? Tradicionalmente, en atención a dicha teoría conviven dos concepciones realistas: la substancialista, donde el espaciotiempo sería una substancia; y la relacionista, tal que el espaciotiempo correspondería a una “relación entre substancias”.

El autor presenta la historia de las ondas gravitacionales según Einstein, uniéndola a su biografía y a su época con el fin de comprenderla en su conexión con la historia de los semitas, la personalidad de Einstein en el manejo de sus circunstancias generadoras de conflicto en sus relaciones de competencia con sus colegas y en la formulación de la llamada teoría general de la relatividad. Recaeremos en las vicisitudes que vivió Einstein en el tránsito de que su (...) trabajo científico pasara a la ciencia normal como un pilar de la física teórica. Trataremos como Einstein introdujo el éter relativístico confiriéndole un “olor de materialidad” a su explicación geométrica de la gravedad, donde indudablemente, no cabe, pero que él tuvo que ceder ante la presión eso sí justificada de sus más connotados colegas, liderados por Lorentz. Einstein lo tuvo que hacer para mantenerse en la cola que lo llevaría al Nobel. Fue así, como desarrollando el hilo del éter relativista, en junio de 1916, introdujo las ondas gravitacionales de las que, en un acto de liberación personal y honradez científica, cuando pudo, en 1938, demostró como no podían existir, dentro del escenario de su relatividad, para de inmediato también darle fin al éter relativista. (shrink)

En primer lugar, se revisan aproximaciones en las que subyace una búsqueda de unidad ante la diversidad de todo lo que hay: el concepto de consiliencia revivido por Edward O. Wilson en 1998, el emergente campo académico de la Gran Historia (GH) iniciado por Fred Spier y David Christian, y el campo interdisciplinar de los Sistemas Complejos. La consiliencia, por ejemplo, busca un marco unificado para integrar los diversos conocimientos, especialmente tendiendo puentes entre las —en principio, muy distantes— ciencias y (...) humanidades. La GH encuentra su principio unificador en el tiempo, un solo hilo temporal que alinea el tiempo humano, el histórico, el geológico, el biológico, el cosmológico, etc. Y, finalmente, los sistemas complejos: cualquier cosa sería una unidad compuesta por partes que interactúan fuertemente entre sí dotando al conjunto de una entidad propia. -/- En segundo lugar, ensayo si lo físico pudiera ser el principio vertebrador con el que caracterizar la unidad. Se trata por tanto de una propuesta fisicalista. Pero, para resaltar sus peculiaridades frente a otras propuestas fisicalistas presentes en la literatura, es bautizada como la Gran Historia de los Sistemas Físicos Complejos (GHSFC). Bajo esta expresión se ocultan varias intenciones: en primer lugar, un intento de crear una cosmovisión que combinara el fisicalismo, la GH y los sistemas complejos; -/- en segundo lugar, un vago esbozo de lo que, sin mucho rigor, sería una especie de “postura oficial” de la comunidad científica respecto a una explicación general de lo que hay (suponiendo, lo cual es mucho suponer, que tenga algún sentido hablar de comunidad científica como un todo, cuando en realidad hay una diversidad de opiniones heterogénea); y en tercer lugar, caracterizar una postura que los últimos capítulos de la tesis obligan a matizar. -/- Esta tesis pone a prueba el crecientemente exitoso fisicalismo en la cultura, en las matemáticas y en la consciencia. La consciencia, o experiencia subjetiva, se asume aquí como sinónimo de lo mental, lo fenoménico, en el sentido general que la filosofía de la mente afronta. -/- Todas estas aplicaciones se desarrollan siguiendo este esquema: -/- - Primero, proponiendo una cosmovisión fisicalista a partir de la GH y los sistemas complejos. -/- - Segundo, contrastando y perfilando dicha propuesta ante las aportaciones de diversos filósofos de la cultura. -/- - Tercero, contrastando y definiendo dicha propuesta frente a las diferentes corrientes en filosofía de las matemáticas. -/- - Cuarto, repasando la historia de las diferentes respuestas ofrecidas —y las objeciones que levantan— a la difícil pregunta de si lo mental puede ser caracterizado en términos físicos en el marco de la filosofía de la mente. -/- - Quinto, introduciendo mi propia respuesta a la pregunta anterior. Mi propuesta es que la naturaleza de la relación entre lo mental y lo físico es la naturaleza de la relación entre lo que soy y lo que percibo por los sentidos. He utilizado la expresión “lo que no soy” para designar lo que percibo por los sentidos con el fin de subrayar el carácter complementario, relativo y asociado al ser de esa relación. La clave es darme cuenta de que yo, como sujeto, no puedo evitar separar el universo en lo que soy y lo que no soy. -/- Mi propuesta subraya el hecho de que siempre planteamos el problema desde un punto de vista individual y que en realidad estamos definiendo conceptos que se refieren al sujeto concreto que los define: relatividad. Cabe destacar que en el nuevo marco filosófico propuesto hay afirmaciones que se oponen radicalmente a la tradición. Lo que llamábamos “físico” y que pensábamos que era independiente del sujeto concreto que lo designaba, es en realidad algo relativo al sujeto mismo: lo que yo no soy. -/- - Y sexto, resumiendo todo lo anterior, discutiéndolo y llegando a unas conclusiones finales. -/- Los seis puntos de este esquema se corresponden con los seis capítulos de esta tesis. (shrink)

Algunos defensores del realismo científico, particularmente Ilkka Niiniluoto y Philip Kitcher, han intentado moderar las tesis ontológicas más fuertes del realismo buscando la integración de la teoría de la verdad como correspondencia con alguna versión matizada del relativismo conceptual propugnado por Putnam, según el cual el mundo carece de una estructura propia y, por tanto, la ontología depende de nuestros esquemas conceptuales. No es claro, sin embargo, que ambas cosas se puedan armonizar fácilmente. Si nuestro conocimiento del mundo está mediado (...) por nuestras categorías y conceptos, y si además la elección de esas categorías y conceptos puede variar en función de nuestros intereses y no obedecen a la existencia de unos supuestos géneros naturales o a una estructura propia del mundo, se torna entonces problemático establecer a qué corresponden nuestros enunciados verdaderos. ¿Corresponden al mundo independiente de nuestra mente o al mundo estructurado por nosotros mediante nuestras categorías y conceptos? En este artículo se presentarán las principales dificultades que encuentra este proyecto de realismo moderado tanto en Niiniluoto como en Kitcher, se analizarán sus propuestas para solventar dichas dificultades, mostrando sus insuficiencias y, finalmente, se propondrá una modalidad de realismo ontológico moderado que, recogiendo algo del espíritu de la relatividad conceptual de Putnam, es lo suficientemente fuerte como para sustentar una teoría de la verdad como correspondencia. Replucación autorizada. Publicado por primera vez en Contrastes vol. XII. (shrink)

Algunos defensores del realismo científico, particularmente Ilkka Niiniluoto y Philip Kitcher, han intentado moderar las tesis ontológicas más fuertes del realismo buscando la integración de la teoría de la verdad como correspondencia con alguna versión matizada del relativismo conceptual propugnado por Putnam, según el cual el mundo carece de una estructura propia y, por tanto, la ontología depende de nuestros esquemas conceptuales. No es claro, sin embargo, que ambas cosas se puedan armonizar fácilmente. Si nuestro conocimiento del mundo está mediado (...) por nuestras categorías y conceptos, y si además la elección de esas categorías y conceptos puede variar en función de nuestros intereses y no obedecen a la existencia de unos supuestos géneros naturales o a una estructura propia del mundo, se torna entonces problemático establecer a qué corresponden nuestros enunciados verdaderos. ¿Corresponden al mundo independiente de nuestra mente o al mundo estructurado por nosotros mediante nuestras categorías y conceptos? En este artículo se presentarán las principales dificultades que encuentra este proyecto de realismo moderado tanto en Niiniluoto como en Kitcher, se analizarán sus propuestas para solventar dichas dificultades, mostrando sus insuficiencias y, finalmente, se propondrá una modalidad de realismo ontológico moderado que, recogiendo algo del espíritu de la relatividad conceptual de Putnam, es lo suficientemente fuerte como para sustentar una teoría de la verdad como correspondencia. (shrink)

El tema central de esta tesis de maestría en filosofía de la ciencia es el de la naturaleza de la persistencia a través del tiempo, en el contexto de nuestras mejores teorías físicas acerca del espacio-tiempo. Este problema involucra uno de los conceptos centrales en nuestra comprensión científica del mundo físico, a saber, el concepto de tiempo. La forma usual en que se plantea el problema de la persistencia involucra ciertas nociones que están conectadas con la física, pero estos supuestos (...) rara vez suelen ser formulados de manera explícita, empero, extrapolar las disputas filosóficas en torno a la naturaleza de la persistencia al contexto de espacios newtonianos, galileanos y relativistas (minkowski) no es una tarea trivial. Estos espacios son algunos de los espacios fundamentales donde ocurre la dinámica de los objetos físicos en física clásica. -/- En esta investigación he perseguido diferentes objetivos que vinculan el problema de la persistencia, las diferentes tesis que buscan resolver el problema y las estructuras espacio-temporales postuladas nuestras mejores teorías físicas: -/- 1. Articular el problema de la persistencia, así como varios supuestos de metafísica y filosofía de la ciencia indispensables para plantear la discusión, así como para formular mi solución. 2. Introducir a detalle las diversas estructuras-espacio temporales que, en nuestras mejores teorías de física, albergan a los objetos materiales persistentes. 3. Introducir herramientas formales que permitan analizar la relación de todo-parte en contextos temporales (mereología), así como las propiedades formales de la relación de ubicación que mantienen los objetos materiales con las regiones espacio-temporales. 4. Reformular las posiciones, con estas herramientas, en las estructuras espacio-temporales previamente mencionadas. 5. Ofrecer una serie de argumentos que favorecen lo que más adelante caracterizo como “perdurantismo de ubicación”, desde dos posiciones metafísicas: el unitismo, la tesis de que el tiempo y el espacio son aspectos de una sustancia más fundamental, el espacio-tiempo y el supersustantivismo, la tesis de que el espacio-tiempo y sus propiedades son suficientes para dar soporte a una ontología realista en el caso de nuestras mejores teorías físicas. -/- De esos cinco puntos me ocupo, en ese orden, en los cinco capítulos de esta investigación, con el capítulo V siendo mi contribución original a la literatura especializada sobre el tema. En los primeros capítulos (I, II) el enfoque es en presentar una serie de posiciones y asunciones estructurales en filosofía y física. En los capítulos intermedios (III, IV), hay también una presentación de posiciones filosóficas dominantes en la literatura (Balashov, 2010; Gibson y Pooley, 2006; Gilmore, 2008, 2014; Calosi y Fano, 2015; Saucedo, 2011) que acompañan a una discusión de elementos formales de mereología y postulados estructurales de las teorías naturalizadas de persistencia a través del tiempo. El capítulo V, que es mi contribución original a la discusión filosófica, integra todo lo discutido en los capítulos anteriores en una serie de argumentos que presento en favor del perdurantismo de ubicación. (shrink)

Parece haber una inconsistencia en el hecho de que se acepta que en la historia de la ciencia hay cambios teóricos con cambio de ontologías, de maneras de explicar, de términos y significados científicos, se descubren cosas nuevas, se modifican teorías vigentes, surgen nuevas disciplinas científicas y se formulan nuevas teorías sobre nuevos aspectos de la realidad, y también que, según la propia ciencia, la realidad no permanece fija (pues El Universo se expande, antes no había seres vivientes en La (...) Tierra, robots ni organismos genéticamente modificados, surgen nuevas especies, hay glaciaciones y cosas así) y, sin embargo, al mismo tiempo se suele considerar que lo que el conocimiento científico afirma que existe es lo que existe y se comporta como él lo describe. Pero lo que la ciencia afirma que existe es su ontología, un conjunto de referentes de expresiones lingüísticas que las personas incorporamos en nuestra idea de realidad, de modo que luego de un cambio ontológico ésta resulta modificada y –por ejemplo- ya no creemos que exista el flogisto o un espacio físico absoluto, sino otras cosas. Esto significa que hablar de galaxias o de virus es usar un metalenguaje que se refiere a ciertas teorías científicas, y que decir que existen galaxias es asumir metalingüísticamente la ontología de la ciencia actual: las personas hoy no creen que exista el flogisto ni lo afirman porque no lo afirma la ciencia (no es un referente científico). Consecuentemente, no es adecuado interpretar que una oración como “existen planetas” es verdadera en el sentido correspondentista (que es parte del realismo metafísico de la vida cotidiana o actitud natural y del lenguaje humano), porque todo argumento que afirme la existencia de algo independientemente de él, en realidad, lo supone al adoptar una ontología. Si no fuese así, cuando en el pasado se creía y se afirmaba la existencia del flogisto, miasmas o un espacio físico absoluto porque la ciencia lo afirmaba, esas oraciones hubiesen sido correspondentistamente verdaderas y habrían designado partes de la realidad: el flogisto, miasmas y el espacio físico absoluto. (shrink)

It is unknown to what extent medical researchers generalize study findings beyond their samples when their sample size, sample diversity, or knowledge of conditions that support external validity do not warrant it. It is also unknown to what extent medical researchers describe their results with precise quantifications or unquantified generalizations, i.e., generics, that can obscure variations between individuals. We therefore systematically reviewed all prospective studies (n = 533) published in the top four highest ranking medical journals, Lancet, New England Journal (...) of Medicine (NEJM), Journal of the American Medical Association (JAMA), and the British Medical Journal (BMJ), from January 2022 to May 2023. We additionally reviewed all NEJM Journal Watch clinical research summaries (n = 143) published during the same time. Of all research articles reporting prospective studies, 52.5% included generalizations beyond specific national study populations, with the numbers of articles with generics varying significantly between journals (JAMA = 12%; Lancet = 77%) (p < 0.001, V = 0.48). There was no evidence that articles containing broader generalizations or generics were correlated with larger or more nationally diverse samples. Moreover, only 10.2% of articles with generalizations beyond specific national populations reported external validity strengthening factors that could potentially support such extrapolations. There was no evidence that original research articles and NEJM Journal Watch summaries intended for practitioners differed in their use of broad generalizations, including generics. Finally, from the journal with the highest citation impact, articles containing broader conclusions were correlated with more citations. Since there was no evidence that studies with generalizations beyond specific national study populations or with generics were associated with larger, more nationally diverse samples, or with reports of population similarity that may permit extensions of conclusions, our findings suggest that the generalizations in many articles were insufficiently supported. Caution against overly broad generalizations in medical research is warranted. (shrink)

In their Why Machines Will Never Rule the World, Landgrebe and Smith (2023) argue that it is impossible for artificial general intelligence (AGI) to succeed, on the grounds that it is impossible to perfectly model or emulate the “complex” “human neurocognitive system”. However, they do not show that it is logically impossible; they only show that it is practically impossible using current mathematical techniques. Nor do they prove that there could not be any other kinds of theories than those (...) in current use. Even if perfect theories were impossible or unlikely, perfection may not be needed and may even be unhelpful. (shrink)

Lipsey and Lancaster's "general theory of second best" is widely thought to have significant implications for applied theorizing about the institutions and policies that most effectively implement abstract normative principles. It is also widely thought to have little significance for theorizing about which abstract normative principles we ought to implement. Contrary to this conventional wisdom, I show how the second-best theorem can be extended to myriad domains beyond applied normative theorizing, and in particular to more abstract theorizing about the (...) normative principles we should aim to implement. I start by separating the mathematical model used to prove the second-best theorem from its familiar economic interpretation. I then develop an alternative normative-theoretic interpretation of the model, which yields a novel second best theorem for idealistic normative theory. My method for developing this interpretation provides a template for developing additional interpretations that can extend the reach of the second-best theorem beyond normative theoretical domains. I also show how, within any domain, the implications of the second-best theorem are more specific than is typically thought. I conclude with some brief remarks on the value of mathematical models for conceptual exploration. (shrink)

Hossack's 'The Metaphysics of Knowledge' develops a theory of facts, entities in which universals are combined with universals or particulars, as the foundation of his metaphysics. While Hossack argues at length that there must be negative facts, facts in which the universal 'negation' is combined with universals or particulars, his conclusion that there are also general facts, facts in which the universal 'generality' is combined with universals, is reached rather more swiftly. In this paper I present Hossack with three (...) arguments for his conclusion. They all draw, as does Hossack's theory of facts, on views Russell expressed in various writings. Two arguments are based on Russell's explanation of universals as aspects of resemblance; the third on Russell's observation that general propositions do not follow logically from exclusively particular premises. Comparison with other metaphysics of generality show them to be wanting and Russell's and Hossack's accounts superior. (shrink)

Many scientists routinely generalize from study samples to larger populations. It is commonly assumed that this cognitive process of scientific induction is a voluntary inference in which researchers assess the generalizability of their data and then draw conclusions accordingly. We challenge this view and argue for a novel account. The account describes scientific induction as involving by default a generalization bias that operates automatically and frequently leads researchers to unintentionally generalize their findings without sufficient evidence. The result is unwarranted, overgeneralized (...) conclusions. We support this account of scientific induction by integrating a range of disparate findings from across the cognitive sciences that have until now not been connected to research on the nature of scientific induction. The view that scientific induction involves by default a generalization bias calls for a revision of the current thinking about scientific induction and highlights an overlooked cause of the replication crisis in the sciences. Commonly proposed interventions to tackle scientific overgeneralizations that may feed into this crisis need to be supplemented with cognitive debiasing strategies against generalization bias to most effectively improve science. (shrink)

According to Intellectualism knowing how to V is a matter of knowing a suitable proposition about a way of V-ing. In this paper, I consider the question of which ways of acting might figure in the propositions which Intellectualists claim constitute the object of knowledge-how. I argue that Intellectualists face a version of the Generality Problem – familiar from discussions of Reliabilism – since not all ways of V-ing are such that knowledge about them suffices for knowledge-how. I consider various (...) responses to this problem, and argue that none are satisfactory. (shrink)

I present and defend the generalized selected effects theory (GSE) of function. According to GSE, the function of a trait consists in the activity that contributed to its bearer’s differential reproduction, or differential retention, within a population. Unlike the traditional selected effects (SE) theory, it does not require that the functional trait helped its bearer reproduce; differential retention is enough. Although the core theory has been presented previously, I go significantly beyond those presentations by providing a new argument for GSE (...) and defending it from a recent objection. I also sketch its implications for teleosemantics and philosophy of medicine. (shrink)

In this paper, I examine Hume’s account of an important class of causal belief which he calls “general rules”. I argue that he understands general rules, like all causal beliefs, as lively ideas which are habitually associated with our impressions or memories. However, I argue, he believes that they are unlike any reflectively produced causal beliefs in that they are produced quickly and automatically, such that they occur independently of any other processes of reasoning. Given this, I argue, (...) Hume appears to understand general rules as relatively simple beliefs, expressible only via generic sentences, like “birds lay eggs”. (shrink)

[Edited from Conclusion section:] We have looked at various challenging issues to do with getting connectionism to cope with high-level cognitive activities such a reasoning and natural language understanding. The issues are to do with various facets of generalization that are not commonly noted. We have been concerned in particular with the special forms these issues take in the arena of propositional attitude processing. The main problems we have looked at are: (1) The need to construct explicit representations of generalizations, (...) not just generalize correctly to individual cases; (2) The need to be able to match two or more complex short-term information structures, to enable rapid generalization from recent examples rather than from long-term memories; (3) The need to represent and reason with anomalous combinations of concepts; (4) The need to perform embedded reasoning. This presents special problems for systems using non-concatenative representations (as in mainstream connectionist approaches). We also touched on vague quantification in attitude report complements. Neither this topic nor that of analogies between short-term structures (point 2) has been adequately addressed in the symbolic framework, let alone in connectionism. -/- The opportunities and problems covered are put forward as things worth being optimistic about or pessimistic about, respectively. They are not put forward as decisive arguments for or against connectionism. The hope is that this chapter contributes to a greater understanding of the connectionist/symbolist gap by presenting some unusual issues and by throwing new light on some well known ones. (shrink)

I distinguish two ways an ability might be general: (i) an ability might be general in that its possession doesn't entail the possession of an opportunity; (ii) an ability might be general in virtue of pertaining to a wide range of circumstances. I argue that these two types of generality – I refer to them with the terms ‘general’ and ‘generic’, respectively – produce two orthogonal distinctions among abilities. I show that the two types of generality (...) are sometimes run together by those writing on free will and argue that both types of generality are relevant to understanding the modality of abilities. (shrink)

The generality problem is widely considered to be a devastating objection to reliabilist theories of justification. My goal in this paper is to argue that a version of the generality problem applies to all plausible theories of justification. Assume that any plausible theory must allow for the possibility of reflective justification—S's belief, B, is justified on the basis of S's knowledge that she arrived at B as a result of a highly (but not perfectly) reliable way of reasoning, R. The (...) generality problem applies to all cases of reflective justification: Given that is the product of a process-token that is an instance of indefinitely many belief-forming process-types (or BFPTs), why is the reliability of R, rather than the reliability of one of the indefinitely many other BFPTs, relevant to B's justificatory status? This form of the generality problem is restricted because it applies only to cases of reflective justification. But unless it is solved, the generality problem haunts all plausible theories of justification, not just reliabilist ones. (shrink)

We argue that the extant evidence for Stoic logic provides all the elements required for a variable-free theory of multiple generality, including a number of remarkably modern features that straddle logic and semantics, such as the understanding of one- and two-place predicates as functions, the canonical formulation of universals as quantified conditionals, a straightforward relation between elements of propositional and first-order logic, and the roles of anaphora and rigid order in the regimented sentences that express multiply general propositions. We (...) consider and reinterpret some ancient texts that have been neglected in the context of Stoic universal and existential propositions and offer new explanations of some puzzling features in Stoic logic. Our results confirm that Stoic logic surpasses Aristotle’s with regard to multiple generality, and are a reminder that focusing on multiple generality through the lens of Frege-inspired variable-binding quantifier theory may hamper our understanding and appreciation of pre-Fregean theories of multiple generality. (shrink)

A distinction is drawn among predicates, open sentences (or open formulas), and general terms, including general-term phrases. Attaching a copula, perhaps together with an article, to a general term yields a predicate. Predicates can also be obtained through lambda-abstraction on an open sentence. The issue of designation and semantic content for each type of general expression is investigated. It is argued that the designatum of a general term is a universal, e.g., a kind, whereas the (...) designatum of a predicate is a class (or its characteristic function) and the designatum of an open sentence is a truth-value. Predicates and open sentences are therefore typically non-rigid designators. It is argued further that certain general terms, including phrases, are invariably rigid designators, whereas certain others (general definite descriptions) are typically non-rigid. Suitable semantic contents for predicates, open sentences, and general terms are proposed. Consequences for the thesis of compositionality are drawn. (shrink)

Scientists may sometimes generalize from their samples to broader populations when they have not yet sufficiently supported this generalization. Do such hasty generalizations also occur in experimental philosophy? To check, we analyzed 171 experimental philosophy studies published between 2017 and 2023. We found that most studies tested only Western populations but generalized beyond them without justification. There was also no evidence that studies with broader conclusions had larger, more diverse samples, but they nonetheless had higher citation impact. Our analyses reveal (...) important methodological limitations of many experimental philosophy studies and suggest that philosophical training may not protect against hasty generalizations. (shrink)

Vogel argues that sensitivity accounts of knowledge are implausible because they entail that we cannot have any higher-level knowledge that our beliefs are true, not false. Becker and Salerno object that Vogel is mistaken because he does not formalize higher-level beliefs adequately. They claim that if formalized correctly, higher-level beliefs are sensitive, and can therefore constitute knowledge. However, these accounts do not consider the belief-forming method as sensitivity accounts require. If we take bootstrapping as the belief-forming method, as the discussed (...) cases suggest, then we face a generality problem. Our higher-level beliefs as formalized by Becker and Salerno turn out to be sensitive according to a wide reading of bootstrapping, but insensitive according to a narrow reading. This particular generality problem does not arise for the alternative accounts of process reliabilism and basis-relative safety. Hence, sensitivity accounts not only deliver opposite results given different formalizations of higher-level beliefs, but also for the same formalization, depending on how we interpret bootstrapping. Therefore, sensitivity accounts do not fail because they make higher-level knowledge impossible, as Vogel argues, and they do not succeed in allowing higher-level knowledge, as Becker and Salerno suggest. Rather, their problem is that they deliver far too heterogeneous results. (shrink)

The question of whether there are laws of nature in ecology has developed substantially in the last 20 years. Many have attempted to rehabilitate ecology’s lawlike status through establishing that ecology possesses laws that robustly appear across many different ecological systems. I argue that there is still something missing, which explains why so many have been skeptical of ecology’s lawlike status. Community ecology has struggled to establish what I call a General Unificatory Theory. The lack of a GUT causes (...) problems for explanation as there are no guidelines for how to integrate the lower-level mathematical and causal models into a larger theory of how ecological assemblages are formed. I turn to a promising modern attempt to provide a unified higher-level explanation in ecology, presented by ecologist Mark Vellend, and advocate for philosophical engagement with its prospects for aiding ecological explanation. (shrink)

In this paper, I argue that Kant gives a philosophically plausible derivation of the general duty of benevolence and that this derivation can be used to show how to derive other general duties of commission with the universalizability tests.The paper is divided into four sections. In the first, I explain Kant’s notion of a general duty. In the second, I introduce the universalizability tests. In the third, I examine and argue against an account in the secondary literature (...) of how to derive general duties from these tests. In the fourth, I look at Kant’s derivation of the duty of benevolence in the Metaphysics of Morals, and I suggest how this reasoning can be extended to other duties. (shrink)

[[THIS IS THE COMPLETE THIRD ISSUE OF MΕTASCIENCE]] -/- This third issue of the journal Mεtascience continues the characterization of this new branch of knowledge that is metascience. If it is new, it is not in a radical sense since Mario Bunge practiced it in an exemplary way, since logical positivists were accused of practicing only a mere metascience, since scientists have always practiced it implicitly, and since some philosophers no longer practice philosophy but rather metascience, but without characterizing it (...) or theorizing it, that is, without realizing that they have abandoned one general discourse for another. The novelty therefore lies in this awareness that a general discourse without philosophy is possible: a scientific general discourse. -/- The ten contributions gathered in this volume illustrate the metascientific approach to knowledge of the world as well as to knowledge of knowledge of the world, that is, science. And like Bunge’s project, they are neither part of the analytical movement nor the continental movement in philosophy. We will read here studies about the Bungean system, some applications of Bungean thought, some metascientific contributions, and some reflections around metascience. -/- Among metascientific disciplines, epistemology occupies a prominent place in this issue of Mεtascience. Metascience differs from philosophy in its rejection of the fundamental philosophical distinction between appearance and reality. Metascientific epistemology therefore does not postulate the existence of any metaphysical reality. But metascientific epistemology, no more than philosophical ontology, is a factual science. The first, because it studies scientific constructs and not concrete objects, the second, because it is interested in transcendent or metaphysical objects. (shrink)

We generalize, by a progressive procedure, the notions of conjunction and disjunction of two conditional events to the case of n conditional events. In our coherence-based approach, conjunctions and disjunctions are suitable conditional random quantities. We define the notion of negation, by verifying De Morgan’s Laws. We also show that conjunction and disjunction satisfy the associative and commutative properties, and a monotonicity property. Then, we give some results on coherence of prevision assessments for some families of compounded conditionals; in particular (...) we examine the Fréchet-Hoeffding bounds. Moreover, we study the reverse probabilistic inference from the conjunction Cn+1 of n + 1 conditional events to the family {Cn,En+1|Hn+1}. We consider the relation with the notion of quasi-conjunction and we examine in detail the coherence of the prevision assessments related with the conjunction of three conditional events. Based on conjunction, we also give a characterization of p-consistency and of p-entailment, with applications to several inference rules in probabilistic nonmonotonic reasoning. Finally, we examine some non p-valid inference rules; then, we illustrate by an example two methods which allow to suitably modify non p-valid inference rules in order to get inferences which are p-valid. (shrink)

The dynamics of general relativity is encoded in a set of ten differential equations, the so-called Einstein field equations. It is usually believed that Einstein's equations represent a physical law describing the coupling of spacetime with material fields. However, just six of these equations actually describe the coupling mechanism: the remaining four represent a set of differential relations known as Bianchi identities. The paper discusses the physical role that the Bianchi identities play in general relativity, and investigates whether (...) these identities --qua part of a physical law-- highlight some kind of a posteriori necessity in a Kripkean sense. The inquiry shows that general relativistic physics has an interesting bearing on the debate about the metaphysics of the laws of nature. (shrink)

In this paper, I present a general theory of topological explanations, and illustrate its fruitfulness by showing how it accounts for explanatory asymmetry. My argument is developed in three steps. In the first step, I show what it is for some topological property A to explain some physical or dynamical property B. Based on that, I derive three key criteria of successful topological explanations: a criterion concerning the facticity of topological explanations, i.e. what makes it true of a particular (...) system; a criterion for describing counterfactual dependencies in two explanatory modes, i.e. the vertical and the horizontal; and, finally, a third perspectival one that tells us when to use the vertical and when to use the horizontal mode. In the second step, I show how this general theory of topological explanations accounts for explanatory asymmetry in both the vertical and horizontal explanatory modes. Finally, in the third step, I argue that this theory is universally applicable across biological sciences, which helps to unify essential concepts of biological networks. (shrink)

A general framework for translating various logical systems is presented, including a set of partial unary operators of affirmation and negation. Despite its usual reading, affirmation is not redundant in any domain of values and whenever it does not behave like a full mapping. After depicting the process of partial functions, a number of logics are translated through a variety of affirmations and a unique pair of negations. This relies upon two preconditions: a deconstruction of truth-values as ordered and (...) structured objects, unlike its mainstream presentation as a simple object; a redefinition of the Principle of Bivalence as a set of four independent properties, such that its definition does not equate with normality. (shrink)

Multiple generality has long been known to cause confusion. For example, “Everyone has a donkey that is running” has two readings: either (i) there is a donkey, owned by everyone, and it is running; or (ii) everyone owns some donkey or other, and all such donkeys run. Medieval logicians were acutely aware of such ambiguities, and the logical problems they pose, and sought to sort them out. One of the most ambitious undertakings in this regard is a pair of massive (...) diagrams (magnae figurae) which map out the logical interrelations of two sets of doubly-general forms. These appear in a fourteenth-century MS of John Buridan’s Summulae de Propositionibus. In this paper, I present these diagrams, and determine the truth conditions of their different forms. To that end, I have developed a bespoke system of diagrams to display their truth conditions. As we will see, such forms present significant difficulties for an all-encompassing account of the role form plays in logic. Accordingly, they can tell us important things about the role logical form plays in Buridan’s account of logical foundations. (shrink)

This paper focuses on how experiences of trauma can lead to generalized fear of people, objects and places that are similar or contextually or conceptually related to those that produced the initial fear, causing epistemic, affective, and practical harms to those who are unduly feared and those who are intimates of the victim of trauma. We argue that cases of fear generalization that bring harm to other people constitute examples of injustice closely akin to testimonial injustice, specifically, mnemonic injustice. Mnemonic (...) injustice is a label that has been introduced to capture how injustice can occur via the operation of human memory systems when stereotypes shape what is remembered. Here we argue that injustices can also occur via memory systems when trauma leads to a generalized fear. We also argue that this calls for a reformulation of the notion of mnemonic injustice. (shrink)

What explains the truth of a universal generalization? Two types of explanation can be distinguished. While an ‘instance-based explanation’ proceeds via some or all instances of the generalization, a ‘generic explanation’ is independent of the instances, relying instead on completely general facts about the properties or operations involved in the generalization. This intuitive distinction is analyzed by means of a truthmaker semantics, which also sheds light on the correct logic of quantification. On the most natural version of the semantics, (...) this analysis vindicates some claims made—without a proper defense—by Michael Dummett, Solomon Feferman, and others. Where instance-based explanations are freely available, classical logic is shown to be warranted. By contrast, intuitionistic logic remains warranted regardless of what explanations are available. (shrink)

In responding to my article, Quinn raises the question of development in science and scientific method. He picks up on the topic of the last section of my paper, and suggests that “generalized empirical method” will be “coherent with the essential dynamics of scientific progress.” He points out that, if implemented, such an extended method “promises to be a way toward new and practical results”.

In this paper, I articulate and argue for a new truthmaker view of ontological commitment, which I call the “General Truthmaker View”: when one affirms a sentence, one is ontologically committed to there being something that makes true the proposition expressed by the sentence. This view comes apart from Quinean orthodoxy in that we are not ontologically committed to the things over which we quantify, and it comes apart from extant truthmaker views of ontological commitment in that we are (...) not ontologically committed to the truthmakers of our sentences. (shrink)

Metacognition is the capacity to evaluate the success of one's own cognitive processes in various domains; for example, memory and perception. It remains controversial whether metacognition relies on a domain-general resource that is applied to different tasks or if self-evaluative processes are domain specific. Here, we investigated this issue directly by examining the neural substrates engaged when metacognitive judgments were made by human participants of both sexes during perceptual and memory tasks matched for stimulus and performance characteristics. By comparing (...) patterns of fMRI activity while subjects evaluated their performance, we revealed both domain-specific and domain-general metacognitive representations. Multivoxel activity patterns in anterior prefrontal cortex predicted levels of confidence in a domain-specific fashion, whereas domain-general signals predicting confidence and accuracy were found in a widespread network in the frontal and posterior midline. The demonstration of domain-specific metacognitive representations suggests the presence of a content-rich mechanism available to introspection and cognitive control. (shrink)

I argue that moral principles, construed as moral generalizations, can be genuinely explanatory. Specifically, I present and respond to a challenge according to which moral generalizations are explanatorily redundant. In response, I present and defend an explanatory dimension of moral generalizations that is based on the idea of unification. I do so in the context of motivating a realist-friendly moral explanatory pluralism (i.e., the view that there can be many, equally legitimate, explanations of moral facts). Finally, I appeal to the (...) same theoretical resources to tackle an objection from explanatory circularity. (shrink)

What does it mean for a general term to be rigid? It is argued by some that if we take general terms to designate their extensions, then almost no empirical general term will turn out to be rigid; and if we take them to designate some abstract entity, such as a kind, then it turns out that almost all general terms will be rigid. Various authors who pursue this line of reasoning have attempted to capture Kripke’s (...) intent by defining a rigid general term as one that applies to the objects in its extension essentially. I argue that this account is significantly mistaken for various reasons: it conflates a metaphysical notion (essentialism) with a semantic one (rigidity); it fails to countenance the fact that any term can be introduced into a language by stipulating that it be a rigid designator; it limits the extension of rigid terms so much that terms such as ‘meter’, ‘rectangle’, ‘truth’, etc. do not turn out to be rigid, when they obviously are; and it wrongly concentrates on the predicative use of a general term in applying a certain test offered by Kripke to determine whether a term is rigid. (shrink)

This is the general introduction to the edited collection "A companion to Experimental Philosophy".

As the principle of natural selection is generalized to explain (adaptive) patterns of human behavior, it becomes less clear what the selective environment empirically refers to. While the environment and individual are relatively separable in the non-human biological context, they are highly entangled in the context of moral, social, and institutional evolution. This chapter brings attention to the problem of generalizing the selective environment, and argues that it is ontologically disunified and definable only through its explanatory function. What unifies the (...) selective environment is that it explains adaptation in a non-agential way, by screening off various forms of agency, whether divine, organismic, or human. This explanatory function of the selective environment helps avoid some sources of confusion when the theory of natural selection is applied to humanities and social sciences. (shrink)

Jeff Paris proves a generalized Dutch Book theorem. If a belief state is not a generalized probability then one faces ‘sure loss’ books of bets. In Williams I showed that Joyce’s accuracy-domination theorem applies to the same set of generalized probabilities. What is the relationship between these two results? This note shows that both results are easy corollaries of the core result that Paris appeals to in proving his dutch book theorem. We see that every point of accuracy-domination defines a (...) dutch book, but we only have a partial converse. (shrink)

In this paper we present the development from paradoxism to neutrosophy, which gave birth to neutrosophic set and logic and especially to NeutroAlgebraic Structures (or NeutroAlgebras) and AntiAlgebraic Structures (or AntiAlgebras) that are generalizations and alternatives of the classical algebraic structures.

The paper discusses the philosophical conclusions, which the interrelation between quantum mechanics and general relativity implies by quantum measure. Quantum measure is three-dimensional, both universal as the Borel measure and complete as the Lebesgue one. Its unit is a quantum bit (qubit) and can be considered as a generalization of the unit of classical information, a bit. It allows quantum mechanics to be interpreted in terms of quantum information, and all physical processes to be seen as informational in a (...) generalized sense. This implies a fundamental connection between the physical and material, on the one hand, and the mathematical and ideal, on the other hand. Quantum measure unifies them by a common and joint informational unit. Furthermore the approach clears up philosophically how quantum mechanics and general relativity can be understood correspondingly as the holistic and temporal aspect of one and the same, the state of a quantum system, e.g. that of the universe as a whole. The key link between them is the notion of the Bekenstein bound as well as that of quantum temperature. General relativity can be interpreted as a special particular case of quantum gravity. All principles underlain by Einstein (1918) reduce the latter to the former. Consequently their generalization and therefore violation addresses directly a theory of quantum gravity. Quantum measure reinterprets newly the “Bing Bang” theories about the beginning of the universe. It measures jointly any quantum leap and smooth motion complementary to each other and thus, the jump-like initiation of anything and the corresponding continuous process of its appearance. Quantum measure unifies the “Big Bang” and the whole visible expansion of the universe as two complementary “halves” of one and the same, the set of all states of the universe as a whole. It is a scientific viewpoint to the “creation from nothing”. (shrink)

What is absolutely unrestricted quantification? We distinguish two theoretical roles and identify two conceptions of absolute generality: maximally strong generality and maximally inclusive generality. We also distinguish two corresponding kinds of absolute domain. A maximally strong domain contains every potential counterexample to a generalisation. A maximally inclusive domain is such that no domain extends it. We argue that both conceptions of absolute generality are legitimate and investigate the relations between them. Although these conceptions coincide in standard settings, we show how (...) they diverge under more complex assumptions about the structure of meaningful predication, such as cumulative type theory. We conclude by arguing that maximally strong generality is the more theoretically valuable conception. (shrink)