Péter Pázmány taught philosophy at the Jesuit university of Graz, end of 16th century. This analyzes his interpretation of Aristotelian psychology.

(Spanish) RESUMEN: La libertad absoluta postulada por Viktor Emil Frankl y Jean-Paul Sartre, la Shoah y la creencia en un dios omnipotente, bueno y justo parecen contradecirse. La pregunta por el sentido del sufrimiento de las víctimas del Holocausto (la verdadera catástrofe, el mayor crimen contra la humanidad), simbolizado por Auschwitz, y como punto de inflexión en la historia, es terriblemente dolorosa y parece no tener una respuesta filosófica ni teológica. A mi juicio, es importantísimo distinguir entre las víctimas (...) inocentes de la Shoah que perecieron y las víctimas inocentes que sufrieron un verdadero infierno y perdieron a sus seres queridos, pero que lograron sobrevivir. Ambas son víctimas, por supuesto, pero así como encontrarle un posible sentido al sufrimiento de las víctimas masacradas y gaseadas podría suponer un insulto a su sufrimiento y agonía –en especial, al horror que sufrieron los niños–, el horrible sufrimiento de los supervivientes pudo dar, tal vez, de alguna manera, un sentido a sus vidas después de la liberación de los campos de concentración y exterminio, ya fuera como voz, como protesta o como simple supervivencia. Frankl apuesta por un sentido último (que abraza el sentido del sufrimiento de las víctimas), y Sartre, aunque parezca no apostar por sentido alguno, volcó su vida al compromiso político después de la Segunda Guerra Mundial, y ello parece vislumbrar una minúscula pizca de sentido después de la barbarie. La filosofía de Frankl es un sí a la vida incluso en las situaciones más extremas, un grito casi nietzscheano que exalta el valor de la vida más allá de cualquier sufrimiento. Frankl, padre de la logoterapia y superviviente del Holocausto, abre una puerta a Dios al hablar de un dios inconsciente, una dimensión suprahumana y una fe incondicional, y define la religión como espiritualidad y como la búsqueda del hombre por el sentido último. Según Frankl, la libertad no se contradice con Dios, y la religión existe no a raíz de la barbarie, sino a pesar de la barbarie. El existencialismo sartreano es una filosofía de la libertad radical y de la responsabilidad. El hombre está condenado a ser libre. El ser humano es un ser en el que la existencia precede a la esencia. Somos totalmente responsables de lo que somos. Sartre afirma que la libertad humana es incompatible con Dios. En un mundo sin Dios, la moral la construyen los hombres, con sus propias decisiones y sus acciones, y la existencia y el sufrimiento de las víctimas no tienen sentido alguno. Sartre define al hombre como libertad, responsabilidad, angustia y contingencia. Frankl define al hombre como libertad, responsabilidad, espiritualidad y búsqueda de sentido. Con esta tesis me propongo entrar en la resbaladiza dimensión del dolor, la desesperación, el sentido y sinsentido del sufrimiento de las víctimas (teniendo presente los horrores de Auschwitz, que en teología y filosofía ha simbolizado desde la liberación de los campos la muerte de Dios y la muerte de la moral). Es verdad que no solo los hombres, mujeres y niños judíos fueron víctimas de la barbarie alemana, pero, como reza el mensaje de Elie Wiesel en la exposición permanente del Block 27 del Auschwitz-Birkeanu State Museum: "Not all victims were Jewish in this place, but all Jews were victims". La Shoah no es un episodio dentro de la Segunda Guerra Mundial, sino un punto de inflexión en la historia de la humanidad, y es una catástrofe que nos concierne a todos, hombres y mujeres judíos y no judíos, religiosos e irreligiosos, creyentes e increyentes, como seres libres, responsables y morales que somos –o que deberíamos ser. Muchas de las víctimas del Holocausto, en medio de la desesperación, entraron en las cámaras de gas orando, aferrándose a la esperanza de que ese final espeluznante no era un punto final. Con esta tesis no me propongo de ninguna manera responder a la eterna pregunta de si Dios existe o no, sino que propongo interpretar ese grito hacia Dios como un desesperado anhelo de esperanza. También me propongo encontrar una coherencia en las posturas de estos dos grandes pensadores para quienes la libertad y la responsabilidad definen al hombre: Frankl (quien apuesta por una dimensión suprahumana donde existe un sentido último en el que el sufrimiento de las víctimas tiene que tener algún sentido, aunque ese sentido sea completamente incomprensible en la dimensión humana) y Sartre (el existencialista ateo por excelencia, para quien el mundo, la existencia y el sufrimiento son absolutamente contingentes). En el primer capítulo expongo la logoterapia y el existencialismo sartreano: describo las tres dimensiones del hombre y las tres búsquedas de sentido propuestas por Frankl, y expongo las cinco consecuencias de "l'existence précède l'essence", centrándome en la libertad y la responsabilidad, y hablo del suicidio. El segundo capítulo está dedicado al dios inconsciente frankleano, la dimensión suprahumana, la búsqueda por el sentido último y la fe incondicional. En el tercer capítulo ilustro la libertad sin Dios sartreana, la ontología sartreana, el ateísmo sartreano y el humanismo sartreano, y hablo sobre la responsabilidad, la mauvaise foi, la contingencia, la situation y la angustia. El cuarto capítulo es necesariamente histórico (sin dejar de ser filosófico): me pregunto por la muerte de Dios después de Auschwitz, argumento y defiendo la unicidad del Holocausto (la Shoah es un punto de inflexión en la historia de la humanidad), describo las masacres antes de los campos de exterminio (Einsatzgruppen, Ordnungspolizei y Wehrmacht), el gigantesco complejo de Auschwitz (Stammlager, Auschwitz-Birkenau y Monowitz-Buna), reflexiono sobre Dios y el mal (centrándome en los niños de Auschwitz), describo los días de Frankl en Auschwitz, hablo de Dios como esperanza, de la inmortalidad y la escatología, de la crueldad de Dios, de la relación entre el cristianismo y el antisemitismo, del islam y el antisemitismo, critico el silencio de Dios, hablo de la muerte de Dios y del juicio contra Dios. En el quinto capítulo expongo la moral frankleana (una moral que atañe al hombre y no a Dios), basándome en su teoría del amor y en su única obra de teatro (Synchronisation in Binkerwald), y la moral sartreana (una moral que atañe a una humanidad sin Dios), recordando a Dostoyevsky, analizando la famosa cita de Garcin en Huis clos "L'enfer, c'est les Autres", criticando el marxismo de Sartre y cuestionando (con la mirada de Frankl y Sartre) el verso de Brecht "Erst kommt das Fressen, dann kommt die Moral"; al final del capítulo incluyo una reflexión propia y las críticas frankleana y sartreana sobre la impunidad de los verdugos y colaboradores después del Holocausto (con el permiso de Dios). Después de la Conclusión, añado un Apéndice sobre las vidas de Frankl y Sartre, para poder entender mejor su obra. PALABRAS CLAVE: logoterapia, existencialismo sartreano, búsqueda de sentido, libertad, responsabilidad, moral, angustia, sufrimiento, supervivientes, víctimas, contingencia, espiritualidad, religión, Dios, esperanza, antisemitismo, culpa, Auschwitz, Holocausto, Shoah. /// (English) ABSTRACT: The absolute freedom defended by Viktor Emil Frankl and Jean-Paul Sartre, the Shoah and the belief in an omnipotent, benevolent and just God seem to contradict each other. The question of the meaning of the victims' suffering of the Holocaust (the true catastrophe, the biggest crime against humanity), simbolised by Auschwitz and as a turning point in History, is terribly painful and doesn't seem to have an answer. In my opinion, it's crucial to distinguish between the innocent victims of the Shoah who perished and the innocent victims who sufferend a real hell and lost their loved ones, but managed to survive. Both are victims, of course, but just as finding a possible meaning to the suffering of the massacred and gassed victims could result in an insult to their suffering and agony –especially to the horror that the children suffered– the gigantic suffering of the survivors could, maybe, somehow, give a meaning to their lives after the liberation of the concentration and extermination camps, either as a voice, as a protest, or as a simple survival. Frankl believes in an ultimate meaning (that embraces the meaning of the victims' suffering), and Sartre, even if it appears not to embrace any meaning, turned his life to political engagement after War World II, and that attitude seems to give a tiny glimpse of meaning after the barbarity. Frankl's philosophy says yes to life even in the most extreme situations, and it's a Nietzschean-like scream that exalts the value of life beyond any monstrous suffering. Frankl, the father of logotherapy and a Holocaust survivor, opens a door to God when he talks about an unconscious God, a supra-human dimension and an unconditional faith; he defines religion as spirituality and as man's search for ultimate meaning. According to Frankl, freedom is not contradictory with God, and religion exists not because of the barbarity but in spite of the barbarity. Sartrean existentialism is a philosophy of radical freedom and responsibility. Men are condemned to be free. We are beings where the existence precedes the essence. We are completely responsible of what we are. Sartre argues that human freedom is incompatible with God. In a godless world, morality is constructed by people, with their own choices and actions, and human existence and the suffering of the victims don't have any meaning. Sartre defines man as freedom, responsibility, Angst and contingency. Frankl defines man as freedom, responsibility, spirituality and search for meaning. With this dissertation I attempt to enter in the slippery dimension of the pain, despair, meaning and meaninglessness of the victims' suffering (having in mind the horrors of Auschwitz, that in theology and in philosophy have simbolised, since the liberation of the camps, the death of God and the death of morality). It's true that not only Jewish men, women and children were victims of the German barbarity, but, as Elie Wiesel's message from the permanent exhibition from Block 27 of the Auschwitz-Birkeanu State Museum reads: "Not all victims were Jewish in this place, but all Jews were victims". The Shoah is not an episode inside War World II, but a turning point in the history of humankind, and a catastrophe that embraces us all, Jewish and not not Jewish men and women, religious and not religious, believers and not believers, as the free, responsible and moral beings that we all are –or that we should be. A lot of the victims, in the midst of their desperation, entered into the gas chambers praying, holding to the hope that their horrifying end was not the ultimate end. With this dissertation I do not attempt to answer the eternal question of the existence of God, rather, I will try to interpret that scream to God as a longing for hope. I also intend to find a coherence between the thought of these two great thinkers for whom freedom and responsibilty define man: Frankl (who argues that there is a suprahuman dimension where an ultimate meaning exists and where the victims' suffering has to have a meaning, even if this meaning is completely incomprehensible in the human dimension) and Sartre (the atheist existentialist par excellence, for whom the world, human existence and suffering are absolutely contingent). In the first chapter I expose logotherapy and Sartrean existentialism: I describe the three dimensions of man, the three searches for meaning, the five consequences of "l'existence précède l'essence" and I speak about suicide. The second chapter delves into the unconscious God, the supra-human dimension, the ultimate meaning and the unconditional faith. In the third chapter I expose the freedom without God defended by Sartre, Sartre's ontology, Sartre's atheism, Sartre's humanism, and his ideas about responsibility, mauvaise foi, contingency, situation, and Angst. The fourth chapter is necessarily historical (while being philosophical too): I wonder about the death of God after Auschwitz, I argue and defend the uniqueness of the Holocaust (the Shoah is a turning point in the history of humankind), I describe the massacres before the extermination camps (Einsatzgruppen, Ordnungspolizei y Wehrmacht), the gigantic Auschwitz camp complex (Stammlager, Auschwitz-Birkenau y Monowitz-Buna), I reflect on God and evil (focusing on the children of Auschwitz), I describe Frankl's days in Auschwitz, I talk about God as hope, about immortality and escathology, I discuss God's cruelty, the relationship between Christianity and antisemitism and Islam and antisemitism, I question the silence of God, and I talk about the death of God and about the trial against God. In the fifth chapter I talk about the Franklean morality (a morality that concerns man and not God), on the basis of his love theory and his only work of theater (Synchronisation in Binkerwald), and the Sartrean morality (a morality that concerns a humanity without God), remembering Dostoyevsky, analysing Garcin's famous quote in Huis clos "L'enfer, c'est les Autres", crticizing Sartre's marxism and questioning (with Frankl's and Sartre's eyes) Brecht's verse "Erst kommt das Fressen, dann kommt die Moral"; at the end of the chapter I include my own reflection (and Frankl and Sartre's critique) about the impunity of the executioners and collaborators after the Holocaust (with God's permission). After the Conclusion, I add an Appendix about the lives of Frankl and Sartre, which helps understanding better their work. KEYWORDS: logotherapy, existentialism, search for meaning, freedom, responsibility, morality, Angst, suffering, survivors, victims, contingency, spirituality, religion, God, hope, antisemitism, guilt, Auschwitz, Holocaust, Shoah. (shrink)

This paper discusses Jean-Paul Sartre's existentialist interpretation of Jean-Jacques Rousseau's philosophy of education, or Emile. It aims to show the Sartrean concept of freedom and responsibility in understanding education, as shown in Emile and his tutor's narrative. It utilizes Sartre’s significant works, such as Being and Nothingness, and Existentialism is Humanism, in explicating the Sartrean concept in Rousseau's book, Emile. Existentialist hermeneutics helps the paper to re-interpret the text of Emile. It argues that Rousseau's philosophy (...) of education, as demonstrated by Emile and his tutor, implicitly manifests absolute freedom and responsibility in the learning process. Thus, this paper provides a Sartrean existentialist perspective of understanding Rosseau's Emile. (shrink)

Introduction / St.L. JAKI (pp. 9-19). Présentation / J.-Fr. STOFFEL (p. 21). – L'œuvre de Pierre Duhem (pp. 25-113). Publications post­humes (pp. 115-129). – IIe partie : Les travaux de ses doc­torands. Fernand Caubet (pp. 133-135). Henry Chevallier (pp. 137-141). Émile Lenoble (pp. 143-144). Lucien Marchis (pp. 145-154). Eugène Monnet (pp. 155-156). Henri Pélabon (pp. 157-168). Paul Saurel (pp. 169-172). Albert Turpain (pp. 173-197). – IIIe partie : La litté­rature secondaire. Thèses et mé­moires (pp. 201-202). Livres (pp. 203-205). Biographies (...) et étu­des générales (pp. 207-209). Duhem en perspective (pp. 211-212). Le philosophe de la physique (pp. 213-234). L'histo­rien des théories physiques (pp. 235-243). Le physicien (pp. 245-251). Le croyant (pp. 253-256). Notices nécrologiques (pp. 257-258). Notices de dictionnaires et d'encyclopédies (pp. 259-260). – IVe partie : Index. (shrink)

HISTÓRIA DA SOCIOLOGIA: O DESENVOLVIMENTO DA SOCIOLOGIA I -/- A SOCIOLOGIA NOS ESTADOS UNIDOS -/- -/- HISTORY OF SOCIOLOGY: THE DEVELOPMENT OF SOCIOLOGY I -/- SOCIOLOGY IN UNITED STATES -/- -/- Emanuel Isaque Cordeiro da Silva – IFPE-BJ, CAP-UFPE e UFRPE. E-mails: [email protected] e [email protected] WhatsApp: (82)9.8143-8399. -/- -/- PREMISSA -/- A Sociologia nos Estados Unidos desenvolveu-se no contexto de dois grandes eventos que marcaram profundamente a história do país. -/- O primeiro foi a Guerra de Secessão (também conhecida como (...) Guerra Civil Americana), que ocorreu entre 1861 e 1865 e gerou ressentimentos e atritos entre a população do sul e a do norte dos Estados Unidos. -/- Em contrapartida, houve a urbanização das terras do oeste e das áreas centrais do país, o que contribuiu para o crescimento da economia e a expansão industrial. No norte, graças ao esforço de guerra, houve um grande crescimento, principalmente na metalurgia, no transporte ferroviário, na indústria de armamentos e na indústria naval. O comércio também se expandiu de maneira exponencial em todo o território estadunidense. -/- O padrão de cultura dos Estados Unidos passou a ser o ideal nortista de “trabalho duro, educação e liberdade econômica a todos”. Houve ainda um grande desenvolvimento de escolas e instituições de ensino superior. -/- O segundo grande evento que marcou a história estadunidense foi a chegada em massa de estrangeiros. Entre 1860 e 1900, os Estados Unidos passaram de país agrícola, com população em torno de 4 milhões, para país industrial, com uma das maiores economias do mundo e com 75 milhões de habitantes. -/- O incremento populacional e a industrialização redundaram em um processo de urbanização sem precedentes que continuou até a década de 1930. Para se ter uma ideia, em 1860 viviam em Chicago 102 260 pessoas; em 1900, a população da cidade passou a 1 698 575 e, em 1930, a 3 375 329. Em virtude desses fatores, consolidaram-se nos Estados Unidos uma burguesia industrial, comercial e financeira significativa, uma classe trabalhadora majoritariamente formada por imigrantes e uma classe média em ascensão. -/- As principais cidades passaram a ser um espaço de conflito e alvo de preocupações. Temas como imigração, aculturação, conflitos étnicos, comportamentos desviantes e políticas públicas foram importantes na Sociologia desenvolvida inicialmente no país. -/- Entre os principais fundadores da Sociologia nos Estados Unidos estão William Graham Sumner (1840 -1910), Lester Frank Ward (1841-1913), Albion Woodbury Small (1854-1926), Franklin Henry Giddings (1855-1931), Thorstein Bunde Veblen (1857-1929), William Isaac Thomas (1863-1947), Robert Ezra Park (1864-1944), Charles Horton Cooley (1864-1929) e George Herbert Mead (1863-1931). -/- A herança cultural desses fundadores é muito diversa: foram influenciados principalmente pela tradição religiosa protestante disseminada em quase todo o território, pelo liberalismo econômico clássico conservador, do tipo laissez-faire, pelo evolucionismo do inglês Charles Darwin (1809-1882) e pelo darwinismo social de Herbert Spencer (1820-1903). Acrescente-se a esse cadinho de concepções de mundo e ciência o pragmatismo do filósofo e psicólogo William James (1842-1910) e do filósofo Charles Pierce (1839-1914). -/- Essa herança permite compreender as duas grandes características da Sociologia nos Estados Unidos: -/- • multiplicidade de temas, problemas e propostas e diversidade teórica e metodológica; -/- • desenvolvimento desse campo do conhecimento em universidades, nas quais as atividades eram financiadas pelo Estado e pelo setor privado (Fundação Rockefeller, comitês e associações normalmente religiosas). -/- Por causa dessa segunda característica, optei por analisar o desenvolvimento da Sociologia nos Estados Unidos em três importantes universidades estadunidenses: a de Chicago, Harvard e Columbia. -/- 1. A Universidade de Chicago -/- A Universidade de Chicago foi fundada em 1890 pelo magnata do petróleo John D. Rockefeller e recebeu os primeiros alunos em 1892. Nela foi criado o primeiro departamento de Sociologia dos Estados Unidos, sob a direção de Albion Woodbury Small. -/- No início de seus trabalhos sociológicos, a Universidade de Chicago deu primazia à pesquisa empírica, procurando conhecer, por meio da observação direta, a dinâmica das relações sociais. Desenvolveu uma forte tendência pragmática e microssociológica, que viria a ser conhecida como a Escola de Chicago. A maior preocupação dos integrantes dessa Escola foi com os problemas das grandes cidades dos Estados Unidos, como a marginalidade social, o alcoolismo, as drogas, a segregação racial e a delinquência, estabelecendo uma relação entre a pesquisa sociológica e a intervenção dos organismos públicos na sociedade. -/- Os sociólogos de Chicago também se dedicaram ao que chamaram de ecologia humana, em oposição à ecologia animal e vegetal. -/- Em 1895, Albion Woodbury Small fundou o American Journal of Sociology e, em 1907, participou ativamente da fundação da Sociedade Americana de Sociologia. Ele publicou, com Georges Vincent, em 1894, talvez o primeiro manual de Sociologia para estudantes, intitulado Introdução ao estudo da sociedade. Tendo estudado na Alemanha, Small foi o principal divulgador do pensamento de Georg Simmel nos Estados Unidos. -/- Entre os integrantes da Escola de Chicago mais conhecidos no Brasil, podemos citar William I. Thomas (1863-1947) e Florian Znaniecki (1882-1958), cuja principal obra foi O camponês polonês na Europa e na América, editada em 1918. -/- Destacam-se ainda Robert E. Park (1864-1944) e Ernest W. Burgess (1886-1966), que escreveram, entre outras obras, Introdução à ciência da Sociologia, em 1921. -/- Os dois, com Roderick Mackenzie, escreveram o clássico A cidade, em 1925. Outro membro de destaque foi Louis Wirth (1897-1952), autor de O gueto, escrito em 1928, e de um artigo que se tornou famoso, “Urbanismo como modo de vida”, publicado em 1938, no American Journal of Sociology. -/- A Escola de Chicago congregou, ainda, sociólogos e antropólogos com ligação com a Psicologia Social, que desenvolveram uma abordagem sociológica das relações sociais conhecida como interacionismo simbólico. A principal figura dessa vertente foi George Herbert Mead (1863-1932), que trabalhou em diversas áreas, sobretudo como psicólogo social e como professor de várias gerações de antropólogos e sociólogos. Seus escritos foram sistematizados por seus alunos e publicados com o nome Mind, self and society (A mente, o eu e a sociedade), em 1934. -/- Além da tradição intelectual dos Estados Unidos, os integrantes da Escola de Chicago receberam a influência de Jean-Gabriel de Tarde, Émile Durkheim e Georg Simmel. Seus continuadores foram Herbert Blumer (1900-1987) e Everett C. Hughes (1897-1983). -/- 1.1 Erving Goffman (1922-1982) -/- O representante da Sociologia desenvolvida na Universidade de Chicago mais influente no Brasil é Erving Goffman, que nasceu em Manville, Alberta, no Canadá, em 1922, e faleceu nos Estados Unidos em 1982. Obteve o grau de bacharel pela Universidade de Toronto, em 1945, e concluiu mestrado (1949) e doutorado (1953) na Universidade de Chicago, onde estudou Sociologia e Antropologia Social. Em 1958, tornou-se professor da Universidade da Califórnia e, em 1968, ingressou na Universidade da Pensilvânia, onde foi professor de Antropologia e Sociologia. -/- Entre 1981 e 1982, Goffman foi presidente da Sociedade Americana de Sociologia e realizou pesquisas na linha da Sociologia interpretativa e cultural, iniciada por Max Weber, desenvolvendo a ideia de que o mundo é um teatro e cada um, individualmente ou em grupo, interpreta papéis de acordo com as circunstâncias em que se encontra. Essas circunstâncias são marcadas por rituais e posições distintivas em relação a outros indivíduos ou grupos. Para ele, é possível distinguir indivíduos, grupos e classes com base, por exemplo, em aspectos como as formas de vestir ou de se apresentar publicamente. -/- O sociólogo considera a interação social como um processo fundamental de identificação e de diferenciação dos indivíduos e grupos, analisando-a no cotidiano, especialmente em lugares públicos. Goffman estudou com especial atenção o que chamou de “instituições totais”, lugares onde o indivíduo é isolado da sociedade, como prisões e manicômios. -/- De acordo com o sociólogo brasileiro Édison Gastaldo: -/- O trabalho de Goffman trouxe à luz aspectos da vida cotidiana que não se julgavam “sociologicamente relevantes”. Seus insights sobre as interações ordinárias, sobre o deslocamento dos pedestres, sobre a ocupação social dos espaços públicos, sobre a atuação dos vigaristas, mendigos, loucos, espiões, jogadores e de todos aqueles que passam cotidianamente debaixo de nossos narizes sem que prestemos atenção modificaram o pensar sociológico no mundo. Sua descrição etnográfica de um hospital para doentes mentais colaborou decisivamente para deflagrar a luta antimanicomial no mundo inteiro. Vinte e dois anos depois de sua morte, os temas e os conceitos desenvolvidos por Goffman ainda estão em pleno uso e vitalidade (GASTALDO, 2004, p. 9/10). -/- Suas três obras mais conhecidas são: A representação do eu na vida cotidiana (1959), Manicômios, prisões e conventos (1961) e Estigma: notas sobre a manipulação da identidade (1963). -/- 2. A Universidade Harvard -/- A história de Harvard começa em 1636, quando foi fundada, na cidade de Cambridge, no estado de Massachusetts, uma instituição de ensino denominada New College. Em 1639, essa instituição recebeu o nome de Harvard College, em homenagem a John Harvard, seu principal mecenas. -/- A Sociologia desenvolvida na Universidade Harvard é marcada por uma preocupação teórica e tem dois sociólogos como expoentes: Pitirim Alexandrovich Sorokin (1889-1968) e Talcott Edgar Frederick Parsons (1902-1979). Este último influenciou muito o desenvolvimento da Sociologia no mundo e no Brasil. -/- 2.1 Talcott Parsons (1902-1979) -/- Talcott Parsons nasceu no Colorado, nos Estados Unidos. Em 1924, graduou-se em Biologia e Filosofia na Faculdade Amherst. Em 1925, pós-graduou-se em Ciências Sociais na Escola de Economia de Londres, na Inglaterra, e, em seguida, doutorou-se na Universidade de Heidelberg, na Alemanha. -/- Nos Estados Unidos, lecionou Economia e Sociologia na Universidade Harvard durante 45 anos (1927-1973). Em 1944, tornou-se presidente do Departamento de Sociologia, transformando-o, dois anos depois, no Departamento de Relações Sociais, a fim de unir a Sociologia a outras ciências sociais. -/- Assim como Sorokin, Parsons voltou-se para a Sociologia europeia, tendo por base as ideias de Max Weber, Vilfredo Pareto (1848-1923) e Émile Durkheim, além das do economista inglês Alfred Marshall (1842-1924). Fundamentado nesses autores, desenvolveu uma grande obra teórica, que dominaria a Sociologia estadunidense desde então. -/- Parsons é o sociólogo estadunidense mais conhecido no mundo. Em geral, seus críticos entenderam-no como um pensador conservador, preocupado basicamente com o bom ordenamento da sociedade. Seu interesse era determinar a função que os indivíduos desempenhavam na estrutura social. Entendia o indivíduo como expressão dessa estrutura, a qual devia ser mantida e preservada. Caso isso não ocorresse, deviam entrar em ação os mecanismos de controle social (moral, ética, sistema jurídico e penal etc.), como instrumentos preventivos ou corretivos. -/- Seu trabalho exerceu influência em diversos países e ambientes acadêmicos (particularmente nas décadas de 1950 a 1970), até mesmo na então União Soviética, onde, em 1964, ministrou aulas sobre a Sociologia estadunidense a convite da Academia de Ciências da União Soviética (URSS). -/- Suas principais obras foram: A estrutura da ação social (1937), O sistema social (1951), Economia e sociedade (1956, com N. Smelser), Estrutura e processo nas sociedades modernas (1960), Sociedades: perspectivas evolucionárias e comparativas (1966), Teoria sociológica e sociedade moderna (1968), Política e estrutura social (1969), Sistemas sociais e a evolução da teoria da ação (1977) e Teoria da ação e a condição humana (1978). -/- 3. A Universidade Columbia -/- A King’s College foi fundada em 1754, em Nova York, nos Estados Unidos. Quando as colônias inglesas se declararam independentes da Grã-Bretanha, a instituição passou a se chamar Universidade Columbia. A partir da última década do século XIX, essa universidade se destacaria por uma importante produção no campo da Sociologia, tendo como pioneiro Franklin Giddings (1855-1931), fundador da cadeira de Sociologia. Fortemente marcado pelo evolucionismo e pelo pragmatismo, foi um dos primeiros a usar métodos quantitativos e experi-mentais no estudo dos fenômenos sociais. -/- Dois sociólogos de Columbia merecem destaque, por serem muito conhecidos no Brasil: Robert K. Merton e Charles Wright Mills. -/- 3.1 Robert King Merton (1910-2003) -/- Merton nasceu na Filadélfia e faleceu em Nova York. Graduou-se em Sociologia na Universidade Temple e pós-graduou-se na Universidade Harvard, onde trabalhou com Pitirim Sorokin e Talcott Parsons até a defesa de seu doutorado, em 1936. -/- Em 1941 Merton transferiu-se para a Universidade Columbia, onde permaneceu durante 38 anos, até aposentar-se. Nessa universidade procurou integrar teoria à prática sociológica. Estudou o comportamento desviante e os processos de adaptação social, tendo por base pesquisas qualitativas e quantitativas do exercício profissional em ambiente de solidariedade e de conflito. Com Paul Lazarsfeld (1901-1976), desenvolveu o Departamento de Pesquisa Social Aplicada. -/- O nome de Merton está vinculado à proposta de criação de teorias de alcance médio, segundo a qual os sociólogos seriam mais úteis à sociedade se deixassem de lado as grandes teorias (criticando Parsons) e criassem outras de médio alcance. Essas teorias estariam situadas entre as hipóteses de trabalho rotineiras na pesquisa e as amplas especulações. Mediariam, dessa forma, as abstrações, generalizações e fundamentos empíricos da pesquisa. -/- Merton tinha uma visão humanista da função social da ciência, demonstrando influência clara de Max Weber. Concebia a ciência como um conjunto de conhecimentos compartilhados por todos os membros da sociedade, que deveriam julgar a credibilidade das postulações científicas de acordo com suas expectativas e valores morais. Mas as decisões acerca do fazer científico não caberiam à sociedade, e sim ao próprio cientista, sempre adequando seus valores aos da sociedade. -/- 3.2 Charles Wright Mills (1916-1962) -/- Charles Wright Mills (1916-1962) nasceu em Waco, no Texas, Estados Unidos. Mestre em Artes, Filosofia e Sociologia pela Universidade do Texas, concluiu, em 1942, seu doutorado em Sociologia e Antropologia pela Universidade de Wisconsin. Foi professor de Sociologia nas universidades de Maryland e Columbia, onde passou a lecionar em 1947 e permaneceu até a morte, em 1962. -/- Charles Mills representa uma tendência quase marginal na Sociologia dos Estados Unidos, por apresentar uma visão crítica e militante da sociedade estadunidense e da própria Sociologia. -/- Influenciado por Karl Marx e Max Weber, Mills procurou conciliar o conceito de classe social com o de status, visando esclarecer processos e mecanismos dos conflitos e das mudanças sociais. Por meio de pesquisas, tentou elucidar a complexidade de estruturas de poder, particularmente das elites (em lugar de classes dominantes), e de seu papel na mudança social, fugindo da ideia de revolução como única via para a transformação social. -/- Charles Wright Mills é conhecido principalmente por seu livro A imaginação sociológica, publicado originalmente nos Estados Unidos em 1959. Nele, o autor propõe que os sociólogos, ao exercer a profissão, não deixem a imaginação e a criatividade de lado em favor de uma pretensa objetividade e neutralidade do trabalho científico. Para Mills, os grandes intelectuais da história nunca abriram mão da reflexão e da criatividade e mantiveram uma postura crítica diante da realidade. -/- Atribuindo aos sociólogos a responsabilidade de agentes ativos na sociedade, cabendo-lhes tomar parte nos debates públicos de sua época, Mills defendia a ideia de que a Sociologia deveria ser compreensível para o grande público. Para ele, a ciência social era inseparável da vida pessoal do cientista: a intuição, a imaginação e o comprometimento com o tempo em que se vivia eram fundamentais para compreender cientificamente a sociedade. Suas obras foram publicadas em vários idiomas. Além da citada anteriormente, as mais importantes são: A nova classe média (1951), A elite do poder (1956), Sobre o artesanato intelectual (1959) e Os marxistas (1962). -/- Mills escreveu também artigos em revistas e dois livros que tiveram grande exposição na mídia dos Estados Unidos, por seu caráter polêmico: As causas da Terceira Guerra Mundial (1958), no qual discute a corrida nuclear, e A Revolução em Cuba (1960), em que analisa a fase inicial da Revolução Cubana. -/- Outros sociólogos que defendem uma postura crítica na Sociologia estadunidense, continuadores ou não de Charles Wright Mills, são Irving Louis Horowitz (1929-2012), Martin Nicolaus (1928-) e Alvin Gouldner (1920-1980). -/- REFERENCIAL TEÓRICO -/- BOTTOMORE, T.; et al. Dicionário do pensamento social do século XX. Trad. Eduardo Francisco Alves. Álvaro Cabral. Rio de Janeiro: Zahar, 1996. -/- COULON, A. A Escola de Chicago. Trad. Tomás R. Bueno. 1ª ed. Campinas: Papirus, 1995. -/- CUIN, C. H.; GRESLE, F. História da Sociologia. Trad. Roberto Leal Ferreira. São Paulo: Ensaio, 1994. -/- DOMINGUES, J. M. A sociologia de Talcott Parsons. 1ª ed. São Paulo: Annablume, 2008. -/- GASTALDO, É. (org.); et al. Erving Goffman, desbravador do cotidiano. 1ª ed. Porto Alegre: Tomo Editorial, 2004. -/- NOVA, S. V. Introdução à Sociologia. 6ª ed. São Paulo: Atlas, 2004. -/- SILVA, A. et al. Sociologia em movimento. 2ª ed. São Paulo: Ática, 2016. -/- VALLADARES, L. do P. A Escola de Chicago: impacto de uma tradição no Brasil e na França. 1ª ed. Belo Horizonte: UFMG, 2005. -/- VÁRIOS, autores. O livro da sociologia. As grandes ideias de todos os tempos. Trad. Rafael Longo. 1ª ed. São Paulo: Globo, 2015. -/- SBS - Sociedade Brasileira de Sociologia PUCRS - PPG em Ciências Sociais Avenida Ipiranga, 6681 - Partenon CEP: 90619-900 - Porto Alegre, RS [email protected] Emanuel Isaque Cordeiro da Silva ©2019 -/- Estimule a criatividade. Respeite os direitos autorais. (shrink)

HISTÓRIA DA SOCIOLOGIA: O DESENVOLVIMENTO DA SOCIOLOGIA I -/- A SOCIOLOGIA BRASILEIRA -/- HISTORY OF SOCIOLOGY: THE DEVELOPMENT OF SOCIOLOGY I -/- THE BRAZILIAN SOCIOLOGY -/- Emanuel Isaque Cordeiro da Silva – IFPE-BJ, CAP-UFPE e UFRPE. E-mails: [email protected] e [email protected] WhatsApp: (82)9.8143-8399. -/- PREMISSA -/- Como na França de Émile Durkheim, os primeiros passos da Sociologia no Brasil, em termos institucionais, ocorreram a partir de iniciativas para a inclusão dessa disciplina no ensino secundário (hoje, ensino médio). A primeira tentativa ocorreu (...) em 1890, logo após a proclamação da República, com a reforma educacional de Benjamin Constant, que defendia o ensino laico em todos os níveis. O ensino secundário tinha por objetivo a formação intelectual dos jovens fora do contexto religioso, então predominante. Mas, sem nunca ter sido de fato incluída nos currículos escolares, a Sociologia foi expurgada pela Reforma Epitácio Pessoa, em 1901. Somente em 1925 a Sociologia retornou ao currículo do ensino secundário por meio da Reforma de Rocha Vaz, que tinha os mesmos objetivos da de Benjamin Constant. Em decorrência dessa reforma, o Colégio Pedro II, na cidade do Rio de Janeiro, implantou a Sociologia regularmente no seu currículo. Em 1928, a disciplina foi introduzida nas escolas de vários estados brasileiros, notadamente em São Paulo, Rio de Janeiro e Pernambuco. -/- Desde 1925, podem-se destacar alguns intelectuais que contribuíram para o ensino de Sociologia no ensino secundário, lecionando e escrevendo manuais para esse nível: Fernando de Azevedo (1894-1974), Gilberto Freyre (1900-1987), Carneiro Leão (1887-1966) e Delgado de Carvalho (1884-1980), em São Paulo, Rio de Janeiro e Recife. Eles tinham por objetivo preparar intelectualmente os jovens das elites dirigentes, elevando o conhecimento daqueles que chegavam às escolas médias. Esses autores, em sua maioria, foram influenciados pela Sociologia desenvolvida na Europa e nos Estados Unidos. -/- Em 1931, a reforma de Francisco Campos, no governo de Getúlio Vargas, introduziu a Sociologia nos cursos preparatórios ao ensino superior nas faculdades de Direito, Ciências Médicas, Engenharia e Arquitetura, além de mantê-la nos cursos normais (de formação de professores). -/- No final do Estado Novo, em 1942, o governo de Getúlio Vargas, através de seu ministro da Educação, Gustavo Capanema, implantou a Reforma Capanema, que excluiu a Sociologia do ensino secundário brasileiro. Assim, a Sociologia fez parte do currículo do ensino secundário por 18 anos (1925-1942). Ela, contudo, permaneceu como matéria obrigatória do currículo das Escolas Normais, de nível secundário, destinadas à formação de professores do antigo ensino primário (o que corresponderia aos atuais 2º a 5º anos). -/- 1. A SOCIOLOGIA NO ENSINO SUPERIOR: INÍCIO DO SÉCULO XX -/- Nas primeiras décadas do século XX, a Sociologia no ensino superior estava presente de forma embrionária em vários estados brasileiros (Pernambuco, Rio de Janeiro, São Paulo) e principalmente nos cursos de Direito. Desenvolveu-se de forma mais consistente, contudo, nos estados que passavam por um processo de industrialização e urbanização crescente desde o final da década de 1910. -/- Essas transformações da estrutura econômica e social repercutiram nas esferas culturais e educacionais, propiciando um crescente interesse pelos estudos científicos da realidade social da época. -/- Em decorrência disso, foram publicados importantes trabalhos que contribuíram para o desenvolvimento das ciências sociais no Brasil. Uma das preocupações dos pensadores daquele período era a busca do entendimento do Brasil por meio de seus componentes históricos, tendo por base as muitas vertentes europeias e estadunidenses das ciências humanas. -/- Esses pensadores defendiam a ideia de que havia uma ligação entre o passado colonial e a configuração social em que viviam. Para eles, esse condicionamento do passado deveria ser superado para que o país saísse do atraso. As preocupações desses pensadores giravam em torno do futuro do Brasil e das possibilidades de mudança social e das resistências a elas. Entre outros, podem ser citados: Francisco José de Oliveira Vianna (1883 -1951), Caio da Silva Prado Júnior (1907-1990), Sérgio Buarque de Holanda (1902-1982), Gilberto Freyre (1900-1987) e Fernando de Azevedo (1894-1974). -/- Pode-se afirmar que foi entre as décadas de 1920 e 1940 que a Sociologia fincou alicerces no Brasil. Nesse período, procuraram-se definir mais claramente as fronteiras entre a Sociologia e as áreas do conhecimento afins, como a Literatura, a História e a Geografia, e institucionalizou-se o curso de Sociologia e/ou Ciências Sociais em faculdades e universidades. Foram fundadas a Escola Livre de Sociologia e Política (ELSP) em São Paulo, em 1933, e as Universidades de São Paulo (USP) e do Distrito Federal (UDF), esta no Rio de Janeiro, respectivamente em 1934 e 1935, nas quais foram instituídos cursos de Ciências Sociais. -/- Vários professores estrangeiros vieram ao Brasil para trabalhar nessas universidades e contribuíram de modo significativo para o desenvolvimento da Sociologia no Brasil. Entre outros, podem ser citados: Donald Pierson (1900-1995), Alfred Radcliffe-Brown (1881-1955), Claude Lévi -Strauss (1908-2009), Georges Gurvitch (1894-1965), Roger Bastide (1898-1974), Charles Morazé (1913-2003) e Paul-Arbousse Bastide (1901-1985). -/- A revista Sociologia, da Escola Livre de Sociologia e Política, foi um exemplo da produção sociológica da época. Criada em 1939 e publicada até 1981, em São Paulo, constituiu um verdadeiro marco de estudo, pesquisa e divulgação das Ciências Sociais no Brasil. -/- 1.1 De 1940 a 1960: disseminação da Sociologia na universidade -/- A partir do final da Segunda Guerra Mundial até meados da década de 1960, disseminaram-se as Faculdades de Filosofia, Ciências e Letras no Brasil, em universidades ou fora delas, e a Sociologia passou a fazer parte do currículo dos cursos de Ciências Sociais ou a apresentar-se como disciplina obrigatória em outros cursos. -/- Uma nova geração de cientistas sociais passou a ter presença marcante no Brasil. Entre eles, podem ser citados: Florestan Fernandes (1920-1995), Antonio Candido (1918-2017), Maria Isaura Pereira de Queiroz (1918-2018), Juarez Rubens Brandão Lopes (1925-2011), Alberto Guerreiro Ramos (1915-1982), Luiz Aguiar da Costa Pinto (1920-2002) e Hélio Jaguaribe (1923-2018), que influenciaram muitos cientistas sociais em todo o território nacional. -/- Os principais temas de pesquisas, análises e discussões nesse período foram: imigração e colonização, estudos de comunidades, educação, folclore, questão rural e urbana, teoria e método das Ciências Sociais, estratificação e mobilidade sociais e sociologia da arte e da literatura. Cabe um destaque para o tema das relações étnico-raciais envolvendo a questão do negro no Brasil, graças a um projeto de pesquisa financiado pela Unesco. -/- Nesse período, a Sociologia tornou-se disciplina hegemônica no quadro das Ciências Sociais no Brasil, e a primeira a formar uma “escola” ou uma “tradição” em São Paulo, tendo em Florestan Fernandes um dos seus mentores. -/- 1.2 De 1960 a 1980: consolidação da Sociologia no Brasil -/- Mesmo sob a ditadura civil-militar no Brasil, a partir de 1964, a Sociologia começou a se expandir, principalmente nos grandes centros urbanos, e a se relacionar com outros campos das ciências humanas. As discussões sobre o processo de industrialização crescente no país foram o centro das atenções. -/- Um dos temas de discussão era o desenvolvimento, incluindo as teorias da dependência e da modernização. Outros temas de debates e pesquisas da época foram o trabalho industrial e o sindicalismo, a formação da classe trabalhadora, a urbanização crescente e as transformações no campo, os problemas da marginalidade social, a presença do capital estrangeiro e a indústria nacional. A questão educacional também esteve presente, pois de alguma forma os problemas sociais estavam vinculados à precariedade do setor. Foram bastante debatidos, ainda, o autoritarismo, principalmente depois do golpe militar de 1964, e o planejamento, criando-se uma interface com a ciência política. Além disso, destacaram-se, nesse momento, os estudos sobre a América Latina. -/- Em razão desses debates, foram incluídas nas universidades disciplinas como: Sociologia do Desenvolvimento, Sociologia Urbana, Sociologia Rural, Sociologia Industrial e do Trabalho (incluindo a questão sindical), Sociologia do Planejamento, Sociologia da Educação e da Juventude e Sociologia da Arte e Literatura. -/- Muitos foram os estudiosos que, em diferentes áreas do pensamento sociológico, desenvolveram pesquisas nessas décadas. Alguns dos que formaram a segunda geração de sociólogos no Brasil são: Octavio Ianni (1926-2004), Marialice M. Foracchi (1929-1971), Fernando Henrique Cardoso (1931-), Leôncio Martins Rodrigues (1934-), Heleieth Saffioti (1934-2010), Maurício Tragtenberg (1929-1998), Francisco de Oliveira (1933-), Luiz Pereira (1933-1985), Luiz Eduardo W. Wanderley (1935-), José de Souza Martins (1938-), Gabriel Cohn (1938-), Roberto Schwarz (1938-), Elide Rugai Bastos, Luiz Werneck Vianna (1938-) e Simon Schwartzman (1939-). -/- 1.3 Diversificação da Sociologia no Brasil -/- A partir da década de 1980, ampliam-se os cursos de graduação e pós-graduação (mestrado e doutorado) em Ciências Sociais e, em particular, de Sociologia em todo o território nacional, elevando o nível, em número e em qualidade, das pesquisas e do ensino da área. Os estudos sociológicos passaram a ser mais específicos, ocorrendo uma fragmentação dos temas/objetos, como: violência, gênero e sexualidade, corpo e saúde, religião, cotidiano, comunicação e informação, indústria cultural, representações sociais, consumo, cidadania, direitos humanos, questão ambiental, globalização, ciência e tecnologia, urbanização, juventude, família, trabalho, classes e mobilidade social, questões étnico-raciais, Estado e sociedade civil. -/- Novas gerações de sociólogos se formam nas universidades em quase todos os estados da federação, e há centros de ensino e pesquisa na maioria das universidades, disseminando-se assim a formação de sociólogos, sob diversas influências teóricas. A formação em Sociologia, que havia se estabelecido a partir de São Paulo e Rio de Janeiro, na década de 1930, expandiu-se para todo o território nacional em pouco mais de 50 anos. -/- 1.4 O retorno da Sociologia ao ensino médio -/- Oficialmente extinta do currículo do ensino médio em 1942, a Sociologia voltou a marcar presença em um ou outro estado da federação, de modo intermitente, a partir da década de 1980, com os primeiros ensaios de democratização da sociedade brasileira, conforme diz o sociólogo brasileiro Amaury C. Moraes, na esteira de mudanças na legislação educacional realizadas pelo governo ditatorial pós-1964. A Lei n° 7.044/82 flexibilizou o ensino médio (então 2º grau) e profissionalizante, abrindo espaço para a presença da Sociologia, não em caráter obrigatório, mas por escolha das escolas. Nesse sentido, ela começou a ter uma presença crescente nos currículos escolares. -/- Aqui cabe citar as Orientações Curriculares para o ensino médio, (p. 104-105). -/- Há uma interpretação corrente que (...) deve ser bem avaliada criticamente; ela afirma que a presença ou a ausência da Sociologia no currículo está vinculada a contextos democráticos ou autoritários, respectivamente. No entanto, se se observar bem, pelo menos em dois períodos isso não se confirma, ou se teria de rever o caráter do ensino de Sociologia para entender sua presença ou ausência. Entre 1931 e 1942, especialmente após 1937, a Sociologia está presente e é obrigatória no currículo em um período que abrange um governo que começa com esperanças democratizantes e logo se tinge de autoritarismo, assumindo sua vocação ditatorial mais adiante. Em outro momento, em plena democracia, o sentido do veto do Presidente da República (2001) à inclusão da Sociologia como disciplina obrigatória traz uma certa dificuldade para essa hipótese. O que se entende é que nem sempre a Sociologia teve um caráter crítico e transformador, funcionando muitas vezes como um discurso conservador, integrador e até cívico – como aparece nos primeiros manuais da disciplina. Não se pode esquecer que a Sociologia chegou ao Brasil de mãos dadas com o positivismo. No caso recente, deve-se entender que a ausência da disciplina se prende mais a tensões ou escaramuças pedagógico-administrativas que propriamente a algum conteúdo ideológico mais explícito (BRASIL/MEC, 2006). -/- Paralelamente, algumas associações de sociólogos, em diferentes estados brasileiros – mas principalmente em São Paulo –, iniciaram um movimento pela volta da Sociologia ao ensino médio, almejando a ampliação de espaço de trabalho para os formandos dos cursos de Ciências Sociais. Apesar de não haver a obrigatoriedade da disciplina, os cursos de Ciências Sociais continuavam a formar professores de Sociologia. Em alguns estados brasileiros, ao longo dos anos, foram abertos concursos para professores de Sociologia. -/- Com a Constituição de 1988 e a consequente formulação das constituições estaduais, sociólogos em todo o país passaram a reivindicar a presença da Sociologia no ensino médio. Assim, leis estaduais de alguns estados e as constituições estaduais do Rio de Janeiro e de Minas Gerais tornaram a Sociologia obrigatória no ensino médio. -/- A partir do ano 2000, organizações representativas de sociólogos (sindicatos e associações de sociólogos e de cientistas sociais) de várias tendências, assim como pequenos grupos nas universidades do país, começaram a desenvolver um movimento em defesa da obrigatoriedade do ensino da Sociologia no nível médio, considerando que os conteúdos dessa disciplina contribuíam para melhor formação do jovem estudante. -/- O movimento estendeu-se ao início do século XXI, conquistando o apoio de instituições de ensino, associações científicas, intelectuais, sindicatos e associações de categorias profissionais. Finalmente, pela Lei n° 11.684, de 2 de junho de 2008, que alterou a Lei de Diretrizes e Bases da Educação Nacional, a Sociologia retornou oficial e obrigatoriamente ao currículo do ensino médio brasileiro. -/- A título de conclusão, e ainda refletindo sobre a Sociologia e sua contribuição para a formação dos estudantes, é importante destacar o que as Orientações Curriculares para o ensino médio afirmam com muita clareza: -/- A presença da Sociologia no currículo do ensino médio tem provocado muita discussão. Além dessa justificativa que se tornou slogan ou clichê – “formar o cidadão crítico” –, entende-se que haja outras mais objetivas decorrentes da concretude com que a Sociologia pode contribuir para a formação do jovem brasileiro, quer aproximando esse jovem de uma linguagem especial que a Sociologia oferece, quer sistematizando os debates em torno de temas de importância dados pela tradição ou pela contemporaneidade. A Sociologia, como espaço de realização das Ciências Sociais na escola média, pode oferecer ao aluno, além de informações próprias do campo dessas ciências, resultados das pesquisas as mais diversas, que acabam modificando as concepções de mundo, a economia, a sociedade e o outro, isto é, o diferente – de outra cultura, “tribo”, país etc. Traz também modos de pensar (...) ou a reconstrução e desconstrução de modos de pensar. É possível, observando as teorias sociológicas, compreender os elementos da argumentação – lógicos e empíricos – que justificam um modo de ser de uma sociedade, classe, grupo social e mesmo com unidade. Isso em termos sincrônicos ou diacrônicos, de hoje ou de ontem. -/- Um papel central que o pensamento sociológico realiza é a desnaturalização das concepções ou explicações dos fenômenos sociais. Há uma tendência sempre recorrente a se explicarem as relações sociais, as instituições, os modos de vida, as ações humanas, coletivas ou individuais, a estrutura social, a organização política etc. com argumentos naturalizadores. Primeiro, perde -se de vista a historicidade desses fenômenos, isto é, que nem sempre foram assim; segundo, que certas mudanças ou continuidades históricas decorrem de decisões, e essas, de interesses, ou seja, de razões objetivas e humanas, não sendo fruto de tendências naturais (BRASIL/MEC, 2006). -/- REFERENCIAL TEÓRICO -/- BRASIL. Secretaria de Educação Básica. Orientações curriculares para o ensino médio: ciências humanas e suas tecnologias. Brasília: Ministério da Educação/Secretaria de Educação Básica, 2006. -/- FILHO, E. D. L. A sociologia no Brasil: história, teorias e desafios. Sociologias , Porto Alegre, n. 14, p. 376-437, dezembro de 2005. -/- MARTINS, C. B.; MICELI, S. (Org.). Sociologia brasileira hoje. São Paulo: ateliê editorial, 2017. -/- SILVA, A. Sociologia em movimento. 2ª ed. São Paulo: Moderna, 2016. -/- -/- SBS - Sociedade Brasileira de Sociologia PUCRS - PPG em Ciências Sociais Avenida Ipiranga, 6681 - Partenon CEP: 90619-900 - Porto Alegre, RS [email protected] -/- Estimule a criatividade, respeite o direito autoral. -/- ©2019 - Emanuel Isaque Cordeiro da Silva. (shrink)

Dilation occurs when an interval probability estimate of some event E is properly included in the interval probability estimate of E conditional on every event F of some partition, which means that one’s initial estimate of E becomes less precise no matter how an experiment turns out. Critics maintain that dilation is a pathological feature of imprecise probability models, while others have thought the problem is with Bayesian updating. However, two points are often overlooked: (1) knowing that E is stochastically (...) independent of F (for all F in a partition of the underlying state space) is sufficient to avoid dilation, but (2) stochastic independence is not the only independence concept at play within imprecise probability models. In this paper we give a simple characterization of dilation formulated in terms of deviation from stochastic independence, propose a measure of dilation, and distinguish between proper and improper dilation. Through this we revisit the most sensational examples of dilation, which play up independence between dilator and dilatee, and find the sensationalism undermined by either fallacious reasoning with imprecise probabilities or improperly constructed imprecise probability models. (shrink)

What is the correct metric of distributive justice? Proponents of the capability approach claim that distributive metrics should be articulated in terms of individuals’ effective abilities to achieve important and worthwhile goals. Defenders of resourcism, by contrast, maintain that metrics should instead focus on the distribution of external resources. This debate is now more than three decades old, and it has produced a vast and still growing literature. The present paper aims to provide a fresh perspective on this protracted debate. (...) It does so by defending capability metrics while also criticizing the two most common arguments used to support them, and sympathetically reconstructing the arguments for resourcism. I ultimately argue that while sweeping defenses of the capability approach do not succeed, capability theorists can indeed vindicate the justice-relevance of certain capabilities while still accommodating what is plausible in resourcism. (shrink)

This paper argues that societal duties of health promotion are underwritten (at least in large part) by a principle of beneficence. Further, this principle generates duties of justice that correlate with rights, not merely “imperfect” duties of charity or generosity. To support this argument, I draw on a useful distinction from bioethics and on a somewhat neglected approach to social obligation from political philosophy. The distinction is that between general and specific beneficence; and the approach from political philosophy has at (...) times been called equality of concern. After clarifying the distinction and setting out the basis of the equality of concern view, I argue that the result is a justice-based principle of “specific” beneficence that should be reflected in a society’s health policy. I then draw on this account to criticize, refine, and extend some prominent health care policy proposals from the bioethics literature. (shrink)

The existence of God is once again the focus of vivid philosophical discussion. From the point of view of analytic theology, however, people often talk past each other when they debate about the putative existence or nonexistence of God. In the worst case, for instance, atheists deny the existence of a God, which no theists ever claimed to exist. In order to avoid confusions like this we need to be clear about the function of the term 'God' in its different (...) contexts of use. In what follows, I distinguish between the functions of 'God' in philosophical contexts on the one hand and in theological contexts on the other in order to provide a schema, which helps to avoid confusion in the debate on the existence or non-existence of God. (shrink)

We describe an approach to measuring biological information where ‘information’ is understood in the sense found in Francis Crick’s foundational contributions to molecular biology. Genes contain information in this sense, but so do epigenetic factors, as many biologists have recognized. The term ‘epigenetic’ is ambiguous, and we introduce a distinction between epigenetic and exogenetic inheritance to clarify one aspect of this ambiguity. These three heredity systems play complementary roles in supplying information for development. -/- We then consider the evolutionary significance (...) of the three inheritance systems. Whilst the genetic inheritance system was the key innovation in the evolution of heredity, in modern organisms the three systems each play important and complementary roles in heredity and evolution. -/- Our focus in the earlier part of the paper is on ‘proximate biology’, where information is a substantial causal factor that causes organisms to develop and causes offspring to resemble their parents. But much philosophical work has focused on information in ‘ultimate biology’. Ultimate information is a way of talking about the evolutionary design of the mechanisms of development and inheritance. We conclude by clarifying the relationship between the two. Ultimate information is not a causal factor that acts in development or heredity, but it can help to explain the evolution of proximate information, which is. (shrink)

Contrary to popular belief, population-wide preventive measures are rarely cost-reducing. Yet they can still be cost-effective, and indeed more cost-effective than treatment. This is often true of preventive measures that work by slightly reducing the already low risks of death faced by many people. This raises a difficult moral question: when we must choose between life-saving treatment, on the one hand, and preventive measures that avert even more deaths, on the other, is the case for prevention weakened when it works (...) by reducing many healthy people’s already low risks by a further tiny amount? I argue the answer is no. (shrink)

Hacker communities of the 1970s and 1980s developed a quite characteristic work ethos. Its norms are explored and shown to be quite similar to those which Robert Merton suggested govern academic life: communism, universalism, disinterestedness, and organized scepticism. In the 1990s the Internet multiplied the scale of these communities, allowing them to create successful software programs like Linux and Apache. After renaming themselves the `open source software' movement, with an emphasis on software quality, they succeeded in gaining corporate interest. As (...) one of the main results, their `open' practices have entered industrial software production. The resulting clash of cultures, between the more academic CUDOS norms and their corporate counterparts, is discussed and assessed. In all, the article shows that software practices are a fascinating seedbed for the genesis of work ethics of various kinds, depending on their societal context. (shrink)

Two property regimes for software development may be distinguished. Within corporations, on the one hand, a Private Regime obtains which excludes all outsiders from access to a firm's software assets. It is shown how the protective instruments of secrecy and both copyright and patent have been strengthened considerably during the last two decades. On the other, a Public Regime among hackers may be distinguished, initiated by individuals, organizations or firms, in which source code is freely exchanged. It is argued that (...) copyright is put to novel use here: claiming their rights, authors write `open source licenses' that allow public usage of the code, while at the same time regulating the inclusion of users. A `regulated commons' is created. The analysis focuses successively on the most important open source licenses to emerge, the problem of possible incompatibility between them (especially as far as the dominant General Public License is concerned), and the fragmentation into several user communities that may result. (shrink)

Contextualism (the view that ‘knowledge’ and its variants are context-sensitive) has been supported in large part through appeal to intuitions about Keith DeRose’s Bank Cases. Recently, however, the contextualist construal of these cases has come under fire from Kent Bach and Jennifer Nagel who question whether the Bank Case subject’s confidence can remain constant in both low- and high-stakes cases. Having explained the Bank Cases and this challenge to them, I argue that DeRose has given a reasonable reply to this (...) initial challenge. However, I proceed to argue that the current stalemate can be broken. Seeking to extend the Bach-Nagel critique, I offer a novel interpretation of the Bank Cases according to which the subject’s evidence changes between low- and high-stakes cases. If I am correct, then, given the amount of support the Bank Cases have been thought to lend contextualism, the case for contextualism is seriously weakened. (shrink)

In this article, we examine in detail the New Atheists' most serious argument for the conclusion that God does not exist, namely, Richard Dawkins's Ultimate 747 Gambit. Dawkins relies upon a strong explanatory principle involving simplicity. We systematically inspect the various kinds of simplicity that Dawkins may invoke. Finding his crucial premises false on any common conception of simplicity, we conclude that Dawkins has not given good reason to think God does not exist.

During the two last decades, speeded up by the development of the Internet, several types of commons have been opened up for intellectual resources. In this article their variety is being explored as to the kind of resources and the type of regulation involved. The open source software movement initiated the phenomenon, by creating a copyright-based commons of source code that can be labelled `dynamic': allowing both use and modification of resources. Additionally, such a commons may be either protected from (...) appropriation (by `copyleft' licensing), or unprotected. Around the year 2000, this approach was generalized by the Creative Commons initiative. In the process they added a `static' commons, in which only use of resources is allowed. This mould was applied to the sciences and the humanities in particular, and various Open Access initiatives unfolded. A final aspect of copyright-based commons is the distinction between active and passive commons: while the latter is only a site for obtaining resources, the former is also a site for production of new resources by communities of volunteers (`peer production'). Finally, several patent commons are discussed, which mainly aim at preventing patents blocking the further development of science. Throughout, attention is drawn to interrelationships between the various commons. (shrink)

According to John Rawls’s famous Liberal Principle of Legitimacy, the exercise of political power is legitimate only if it is justifiable to all citizens. The currently dominant interpretation of what is justifiable to persons in this sense is an internalist one. On this view, what is justifiable to persons depends on their beliefs and commitments. In this paper I challenge this reading of Rawls’s principle, and instead suggest that it is most plausibly interpreted in externalist terms. On this alternative view, (...) what is justifiable to persons is not in any way dependent on, or relativized to, their beliefs and commitments. Instead, what is justifiable to all in the relevant sense is what all could accept as free and equal. I defend this reinterpretation of the view by showing how it is supported by Rawls’s account of the freedom and equality of persons. In addition, a considerable advantage of this suggestion is that it allows for an inclusive account of to whom the exercise of political power must be made justifiable. (shrink)

Temporal discounting is a technical operation in climate change economics. When discount rates are positive, economic evaluation treats future benefits as less important than equivalent present benefits. This chapter explains and critically evaluates four different reasons economists have given for tying discount rates to the interest rates we observe in real-world markets. I suggest that while philosophers have correctly criticized three of these reasons, their criticisms of the fourth miss the mark. This is because philosophers have not taken heed of (...) the distinct analytical framework in which the fourth reason arises. (shrink)

Masculinity? This book attempts to answer this one-word question by revisiting key philosophical concepts in the construction of masculinity, not in order to re-write or debunk them again, but in order to provide a radically new departure to what masculinity means today. This new departure focuses on an understanding of sexuality and gender that is neither structured in oppositional terms nor in performative terms, but in a perpendicular relation akin to that which brings space and time together. In doing so, (...) this book doesn’t aim to establish yet another theory within the field of masculism or men’s studies, but to put forward a personal account of how a revised understanding of the relationship between space, time, and gender can thoroughly alter concepts of masculinity. virility and patriarchy. (shrink)

Timothy Michael Fowler has argued that, as a consequence of their commitment to neutrality in regard to comprehensive doctrines, political liberals face a dilemma. In essence, the dilemma for political liberals is that either they have to give up their commitment to neutrality (which is an indispensible part of their view), or they have to allow harm to children. Fowler’s case for this dilemma depends on ascribing to political liberals a view which grants parents a great degree of freedom in (...) deciding on the education of their children. I show that ascribing this view to political liberals rests upon a misinterpretation of political liberalism. Since political liberals have access to reasons based upon the interests of children, they need not yield to parent’s wishes about the education of their children. A correct understanding of political liberalism thus shows that political liberals do not face the dilemma envisaged by Fowler. (shrink)

This paper considers the view that the basis of equality is the range property of being a moral person. This view, suggested by John Rawls in his A Theory of Justice (1971), is commonly dismissed in the literature. By defending the view against the criticism levelled against it, I aim to show that this dismissal has been too quick. The critics have generally failed to fully appreciate the fact that Rawls's account is restricted to the domain of distributive justice. On (...) Rawls's view distributive justice is a matter of the fair terms of cooperation among the participants of a system of social cooperation. I argue that this understanding of distributive justice can provide a compelling rationale for considering moral personality as the basis of equality for this domain of morality. That moral persons are indeed equal is further supported by an intuitive argument concerning the irrelevance of morally arbitrary factors, giving us reasons to believe that varying capacities among moral persons does not result in an unequal moral status. The dismissal of Rawls's account of equality has thus been premature, and it remains an important view to consider. (shrink)

John Rawls A Theory of Justice har haft ett monumentalt inflytande på den moderna politiska filosofin. Jag försöker här genom några nedslag i den nutida diskussionen förmedla en bild av detta inflytande, och av bokens fortsatta filosofiska relevans. Jag inleder med en kort presentation av huvuddragen i Rawls rättviseteori. Efter det går jag igenom, och bemöter, kritiken mot idealteori. Jag diskuterar sedan förhållandet mellan rättvisa och ekonomisk ojämlikhet, och förklarar varför teorin är radikalare än vad många kritiker insett. Slutligen går (...) jag igenom hur en kontraktsteori av detta slag kan hantera frågan om rättvisa mellan generationer. (shrink)

In the replies to my critics that follow I offer a more detailed account of the specific papers that they discuss or examine. The papers that they are especially concerned with are: “The Material World and Natural Religion in Hume’s Treatise” (Ryan) [Essay 3], “Hume’s Skepticism and the Problem of Atheism” (Fosl) [Essay 12], and “Hume’s Philosophy of Irreligion and the Myth of British Empiricism (Gautier) [Essay 16].

Recently, there have been attempts at offering new justifications of the Rawlsian idea of public reason. Blain Neufeld has suggested that the ideal of political autonomy justifies public reason, while R.J. Leland and Han van Wietmarschen have sought to justify the idea by appealing to the value of political community. In this paper, I show that both proposals are vulnerable to a common problem. In realistic circumstances, they will often turn into reasons to oppose, rather than support, public reason. However, (...) this counterintuitive result can be avoided if we conceive of autonomy and community differently. (shrink)

What was René Girard’s attitude towards philosophy? What philosophers influenced him? What stance did he take in the philosophical debates of his time? What are the philosophical questions raised by René Girard’s anthropology? In this interview, Paul Dumouchel sheds light on these issues.

Recasting Hume and Early Modern Philosophy is a collection of essays that are all concerned with major figures and topics in the early modern philosophy. Most of the essays are concerned, more specifically, with the philosophy of David Hume (1711-1776). The sixteen essays included in this collection are divided into five parts. These parts are arranged under the headings of: (1) Metaphysics and Epistemology; (2) Free Will and Moral Luck; (3) Ethics, Virtue and Optimism; (4) Skepticism, Religion and Atheism; and (...) (5) Irreligion and the Unity of Hume’s Thought. A particularly important theme running through many of these essays is the subject of Hume’s irreligious aims and intentions. The fifth and final part of the collection is devoted to an articulation and defence of this specific understanding of Hume’s philosophical thought. (shrink)

A review of Thomas Nagel's book Mind and Cosmos.

Should a principle of charity be applied to the interpretation of the colour concepts exercised in visual experience? We think not. We shall argue, for one thing, that the grounds for applying a principle of charity are lacking in the case of colour concepts. More importantly, we shall argue that attempts at giving the experience of colour a charitable interpretation either fail to respect obvious features of that experience or fail to interpret it charitably, after all. Charity to visual experience (...) is therefore no motive for resisting the natural, Galilean response to a scientific understanding of light and vision. The best interpretation of colour experience ends up convicting it of widespread and systematic error. (shrink)

This paper argues that, given a certain apparently inevitable thesis about content, we could not know our own minds. The thesis is that the content of a thought is determined by its relational properties.

This essay defends the claim that endogenous attention is necessary for the justification of perceptual beliefs. I criticize the so-called phenomenal approach, according to which perceptual experiences provide justification in virtue of being phenomenally conscious. I specifically target Siegel and Silins’ (2014 ; 2019) version of the phenomenal approach. As against their view, I claim that perceptual justification cannot be understood without reference to the cognitive mechanisms which underlie the mobilization of reasons in support of propositional attitudes – attention being (...) instrumental to those very mechanisms. Relying on the distinction between propositional and doxastic justification, I first criticize the alleged cases of justification in the absence of attention before elaborating a two-stage argument in favor of the necessity of attention for perceptual justification. In the first stage, I contend that the functional role of endogenous attention makes it a necessary condition for doxastic justification. In the second stage, by relying on Turri’s (2010) analysis, I establish that propositional justification itself necessitates attention. (shrink)

In the 6th century, Paul the Persian used his own pen to write a summary of Aristotle's Peri Hermeneias in the Persian language. Severus Sebokht translated it into Syriac. This book is a transcription and translation of the Syriac manuscript of Paul the Persian's Peri Hermeneias and a comparison of it with Aristotle's original Greek text.

The dispute between realists about color and anti-realists is actually a dispute about the nature of color properties. The disputants do not disagree over what material objects are like. Rather, they disagree over whether any of the uncontroversial facts about material objects--their powers to cause visual experiences, their dispositions to reflect incident light, their atomic makeup, and so on--amount to their having colors. The disagreement is thus about which properties colors are and, in particular, whether colors are any of the (...) properties in a particular set that is acknowledged on both sides to exhaust the properties of material objects. In a previous paper we discussed at length one attempt to identify colors with particular properties of material objects--namely, with their dispositions to cause visual experiences. Here we shall discuss a different and perhaps more influential version of realism, which says that the colors of material objects are microphysical properties of their surfaces. We shall call this theory physicalism about color (physicalism, for short). In order to evaluate this theory, however, we shall first have to clarify some methodological issues. Our hope is that we can bring some further clarity to the question of color realism, whether or not we succeed in our critique of the physicalists' answer. (shrink)

In ‘Religion within the Boundaries of Mere Reason’ Kant presents his thesis that human nature is ‘radically evil’. To be radically evil is to have a propensity toward moral frailty, impurity and even perversity. Kant claims that all humans are ‘by nature’ radically evil. By presenting counter-examples of moral saints, I argue that not all humans are morally corrupt, even if most are. Even so, the possibility of moral failure is central to what makes us human.

Proponents of public reason views hold that the exercise of political power ought to be acceptable to all reasonable citizens. This article elucidates the common structure shared by all public reason views, first by identifying a set of questions that all such views must answer and, second, by showing that the answers to these questions stand in a particular relationship to each other. In particular, we show that what we call the ‘rationale question’ is fundamental. This fact, and the common (...) structure more generally, are often overlooked or distorted within the literature. As a result, we argue, several prominent argumentative moves made by both critics and defenders of public reason are unsuccessful. Our overall conclusion is that discussions of public reason views would be more fruitful if they made consistent use of the common structure we identify. (shrink)

It is one thing to hold that merely statistical evidence is _sometimes_ insufficient for rational belief, as in typical lottery and profiling cases. It is another thing to hold that merely statistical evidence is _always_ insufficient for rational belief. Indeed, there are cases where statistical evidence plainly does justify belief. This project develops a dispositional account of the normativity of statistical evidence, where the dispositions that ground justifying statistical evidence are connected to the goals (= proper function) of objects. There (...) are strong intuitive motivations for doing this. For we can turn almost any case of _non-justifying_ merely statistical evidence into a case of _justifying_ merely statistical evidence by adding information about the dispositions and goals of the objects involved. The resulting view not only helps us understand when and why merely statistical evidence is normatively significant, but it also helps us understand how statistical evidence relates to more standard forms of evidence (perceptual, testimonial). The emerging view also has surprising applications, as it imposes limitations on the epistemic value of fine-tuning arguments for theism as well as undermines a standard class of case-based arguments for moral encroachment. (shrink)

Many of our most important goals require months or even years of effort to achieve, and some never get achieved at all. As social psychologists have lately emphasized, success in pursuing such goals requires the capacity for perseverance, or "grit." Philosophers have had little to say about grit, however, insofar as it differs from more familiar notions of willpower or continence. This leaves us ill-equipped to assess the social and moral implications of promoting grit. We propose that grit has an (...) important epistemic component, in that failures of perseverance are often caused by a significant loss of confidence that one will succeed if one continues to try. Correspondingly, successful exercises of grit often involve a kind of epistemic resilience in the face of failure, injury, rejection, and other setbacks that constitute genuine evidence that success is not forthcoming. Given this, we discuss whether and to what extent displays of grit can be epistemically as well as practically rational. We conclude that they can be (although many are not), and that the rationality of grit will depend partly on features of the context the agent normally finds herself in. In particular, grit-friendly norms of deliberation might be irrational to use in contexts of severe material scarcity or oppression. (shrink)

The Limits of Free Will presents influential articles by Paul Russell concerning free will and moral responsibility. The problems arising in this field of philosophy, which are deeply rooted in the history of the subject, are also intimately related to a wide range of other fields, such as law and criminology, moral psychology, theology, and, more recently, neuroscience. These articles were written and published over a period of three decades, although most have appeared in the past decade. Among the (...) topics covered: the challenge of skepticism; moral sentiment and moral capacity; necessity and the metaphysics of causation; practical reason; free will and art; fatalism and the limits of agency; moral luck, and our metaphysical attitudes of optimism and pessimism. (shrink)

THE PRINCIPLE OF SUPERPOSITION. The need for a quantum theory Classical mechanics has been developed continuously from the time of Newton and applied to an ...

Public shaming plays an important role in upholding valuable social norms. But, under what conditions, if any, is it morally justifiable? Our aim in this paper is systemically to investigate the morality of public shaming, so as to provide an answer to this neglected question. We develop an overarching framework for assessing the justifiability of this practice, which shows that, while shaming can sometimes be morally justifiable, it very often is not. In turn, our framework highlights several reasons to be (...) concerned about the increasingly widespread phenomenon of online public shaming. (shrink)

Fanaticism involves a robust and epistemically peculiar form of commitment: the fanatic is willing to sacrifice himself and others for the sake of his goal, and the fanatic is unable or unwilling to adjust his commitment in light of critical reflection. But is this always morally bad? While Cassam (Extremism: a philosophical analysis, Routledge, New York, 2022b) and Katsafanas (Philos Imprint 19:1–20, 2019; Philosophy of devotion: the longing for invulnerable ideals, Oxford University Press, Oxford, 2023a) have offered accounts of fanaticism (...) that treat it as vicious, Battaly (Synthese 201:1–27, 2023) and others have argued that fanaticism is morally neutral: whether it is bad or good depends on several factors, including the context in which it occurs and the ends toward which it is directed. I argue that these debates are marred by a failure to distinguish devotion and fanaticism. Devotion captures what is good in fanaticism; fanaticism is a morally vicious form of devotion. Fanaticism is a form of devotion that springs from a morally problematic psychological profile. (shrink)

In this paper, I explain the kinematics of non-ideal metalinguistic disagreement. This occurs when one speaker has greater control in the joint activity of pairing contents with words in a context. I argue that some forms of non-ideal metalinguistic disagreement are deeply worrying, namely those that involves certain power imbalances. In such cases, a speaker possesses illegitimate control in metalinguistic disagreement owing to the operation of identity prejudice. I call this metalinguistic injustice. The wrong involves restricting a speaker from participating (...) in the processes that determine the epistemic/linguistic resources of a conversation, and/or undermining a speaker's ability to affect metalinguistic outcomes. (shrink)

This paper explores the question: What would conceptual engineering have to be in order to promote social justice? Specifically, it argues that to promote social justice, conceptual engineering must deliver the following: it needs to be possible to deliberately implement a conceptual engineering proposal in large communities; it needs to be possible for a conceptual engineering proposal to bring about change to extant social categories; it needs to be possible to bring a population to adopt a conceptual engineering proposal for (...) the right reasons; and it needs to be possible to do – without producing harmful consequences. I show that, of the three dominant approaches to conceptual engineering in the literature, only one of them seems amenable to the idea that it is possible and legitimate to promote social justice in accordance with –. (shrink)

This entry introduces the Lockean Thesis and sketches the ways in which the lottery paradox, the preface paradox, and the problem of merely statistical evidence can be used to put pressure on the Lockean Thesis.

We are witnessing increasing use of the Internet, particular social media, to criticize (perceived or actual) moral failings and misdemeanors. This phenomenon of so-called ‘online public shaming’ could provide a powerful tool for reinforcing valuable social norms. But it also threatens unwarranted and severe punishments meted out by online mobs. This paper analyses the dangers associated with the informal enforcement of norms, drawing on Locke, but also highlights its promise, drawing on recent discussions of social norms. We then consider two (...) crucial conditions that online public shaming must meet in order to be justifiable: proportionality and accountability. We argue that these requirements are in fact frequently violated, rendering most cases of online public shaming unjustified. While the use of online public shaming against others’ vices has some apparent virtues, it is currently rarely justified, given its own vices. (shrink)

As robots and Artificial Intelligences become more enmeshed in rich social contexts, it seems inevitable that we will have to make them into moral machines equipped with moral skills. Apart from the technical difficulties of how we could achieve this goal, we can also ask the ethical question of whether we should seek to create such Artificial Moral Agents (AMAs). Recently, several papers have argued that we have strong reasons not to develop AMAs. In response, we develop a comprehensive analysis (...) of the relevant arguments for and against creating AMAs, and we argue that all things considered we have strong reasons to continue to responsibly develop AMAs. The key contributions of this paper are threefold. First, to provide the first comprehensive response to the important arguments made against AMAs by Wynsberghe and Robbins (in “Critiquing the Reasons for Making Artificial Moral Agents”, Science and Engineering Ethics 25, 2019) and to introduce several novel lines of argument in the process. Second, to collate and thematise for the first time the key arguments for and against AMAs in a single paper. Third, to recast the debate away from blanket arguments for or against AMAs in general, to a more nuanced discussion about the use of what sort of AMAs, in what sort of contexts, and for what sort of purposes is morally appropriate. (shrink)